miércoles, 29 de junio de 2011

En memoria de Juan Vallet de Goytisolo

LA RAZÓN DEL DÍA

En Memoria de Juan Vallet de Goytisolo
Director Jurídico de UnoAmérica

El sábado 25 amaneció Lima con la infausta noticia, venida de Madrid, anunciando el sensible fallecimiento del jurista e intelectual español, Juan Vallet de Goytisolo; a quien tuve la dicha de conocer personalmente y de quien he leído algunas de sus obras (libros y artículos), tanto la de su especialidad como jurista en materia civil y como notario de Madrid, pero sobre todo la gran obra intelectual que él supo enmarcar mediante la revista Verbo, la Fundación Francisco Elías de Tejada y la Editorial Speiro. Emprendimientos de trayectoria perseverante, consagrados a dar luz al mundo de la cultura, a promover eficazmente la formación doctrinal para la acción y destinados a formular la Filosofía Política católica y tomista que responde a la crisis de identidad y de virtudes que caracterizan nuestro tiempo.
En todo ello invirtió su fructífera vida el doctor Vallet de Goytisolo, con admirable empeño, hasta sus 94 años; edad en la que ha dado inicio a su existencia en la eternidad.
Quienes lean a Juan Vallet, como quienes lo hemos conocido personalmente, es indudable que llama la atención su testimonio coherente a dos fidelidades a las que el Amor lo empujó con compromiso de por vida: El amor a su Patria y el amor a la Iglesia Católica. Una forma de amar en la que puede haber perfecta armonía, entre la celosa singularidad de lo que es la Patria y la universalidad abierta que es el catolicismo.
En las órbitas sociales y culturales donde anduvo Juan Vallet, destacó y dejó huella. Como maestro universitario fue querido, y mucho. Así lo demuestra el reconocimiento que le concedió en 1996 la Asociación de Antiguos Alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid: el premio por "Una Vida dedicada al Derecho".
Como notario presidió la Unión Internacional del Notariado Latino desde 1977 a 1980; precisamente en 1982 Lima fue sede de uno de sus congresos internacionales.
Su obra intelectual, tanto la de su producción como autor, así como la de animador y conductor de la revista Verbo, la editorial Speiro y la Fundación Elías de Tejada, puede tener varios factores de medición, todos con resultado de éxito: por su volumen, por su profundidad y por la adhesión que inspira a las nuevas generaciones.
Actualidad analítica y conservación de la tradición, ha sido el norte constante de la obra intelectual emprendida, promovida y sostenida por Juan Vallet de Goytisolo.
Su ejemplar servicio a la justicia, le motivó emitir un dictamen jurídico, el 2 de junio de 2007, para uso de los tribunales peruanos, redactado en su calidad de ilustrísimo profesor jus-privatista. En su dictamen el doctor Vallet dilucida la verdad en el contencioso que viene sufriendo el Arzobispado de Lima por parte de algunos de los actuales representantes legales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con relación a la administración de los bienes legados por José de la Riva Agüero. El aporte de Juan Vallet sobre este tema de actualidad puede verse en http://es.calameo.com/books/0005941647e579e2272c4, ó en la página web del Arzobispado de Lima (http://www.arzobispadodelima.org/notasrivaaguero/).
Hay caballeros que en su paso por la vida temporal, dejan profunda huella, e imperecedera. Esa es la que don Juan Vallet de Goytisolo nos deja, su obra será nuestra compañía en la sentida desolación que nos depara su partida a la eternidad.
En memoria de él, y con el más profundo afecto por su eterno descanso.

http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=29&tm=06&ta=2011

Empleo y desocupación

LA RAZÓN DEL DÍA

EMPLEO Y DESOCUPACIÓN
Director Jurídico de UnoAmérica

            Hay varias razones que mueven a pensar, con preocupación, sobre los niveles de empleo y de desocupación en la sociedad peruana.
En primer lugar por un sentido de sensibilidad humana. Pues, mediante el trabajo la persona se dignifica y se realiza vocacionalmente. Esta dimensión nos trasporta a una consideración moral del empleo, que relaciona el trabajo con la existencia humana.
En segundo lugar, porque la concreción del patriotismo y del amor a la Nación Peruana de la que nos reclamamos ser miembros, pasa por desear y querer lo mejor para todos los que son nuestros. Esta es la dimensión de la solidaridad.
En ambas razones hay compromiso social. Por supuesto, que hay un mayor número de fundamentos racionales acerca de la necesidad y de la justicia del pleno empleo para todos los peruanos.
Salvo los casos del empleo doméstico y del servicio público, lo común en la sociedad es que, la fuente de donde surge la oferta de empleo, sea la empresa. Por ser la célula básica de la economía; así como la familia es la célula básica del todo social.
Pero atentan contra la oferta del empleo, las crisis cíclicas del sistema productivo. Sean las crisis del sistema capitalista liberal e individualista, como las catastróficas crisis catastróficas que se han sufrido en el sistema capitalista estatal y socialista. En ambos se ha producido el fenómeno del desempleo masivo, afectando sectores de la población, ya sea por la inexistencia de suficientes plazas de trabajo con relación a la población que reclama empleo, ó por el cierre de empresas que venían funcionando.
No sólo el desempleo aprieta en lo no calificados o con insuficiente calificación tecnológica, también hay desempleo y sub-empleo para determinados oficios y en algunas profesiones.
El desempleo individual es un problema que afecta el progreso de una persona, y si es cabeza de familia pone a ésta en sumo riesgo. Mayores problemas se causan cuando el desempleo afecta a determinados sectores productivos y a porciones muy amplias de nuestra población.
Por eso observamos con preocupación que en determinadas localidades del país, en las que se verifica un crónico desempleo, como lo hay en el Departamento de Puno, se alcen voces y se realicen campañas de concientización ideológica contra las actividades mineras, y hasta se declare con suma irresponsabilidad que el “departamento es libre de minería”. Porque, a la desocupación fortuita que sufren nuestros compatriotas altiplánicos, sometidos a labores agrícolas bajo condiciones climáticas de intensas heladas, a la que se suman los desajustes en la reciprocidad del intercambio por las actividades económicas primarias que realizan. Se agudizará la cesación del empleo, por influencias ideológicas y por decisiones políticas. Esta es la mayor negación de la “economía inclusiva” a la que nos preparamos su aplicación con el próximo advenimiento de la “administración Humala”.
            Pero, no sólo son causas morales individuales las que producen graves injusticias en la calidad y dignidad del empleo. También el factor político imposibilita el pleno empleo en una sociedad: Cuando las políticas monetarias son inadecuadas (como las que receta el FMI); cuando no se estimula el ahorro para la inversión; cuando se adoptan medidas restrictivas del crédito; cuando no se acierta con una sana política salarial, sea por su excesivo incremento o por la severidad en su reducción. Como también causan repercusiones en el pleno empleo, las medidas de política comercial, cuando se cierran los mercados de exportación minera, y cuando se reducen ciertos rubros de importación de bienes que concluyen su transformación con mano de obra nacional.
            Las consecuencias del desempleo son tremendas, moral y socialmente, no solo son económicas: Miseria de familias enteras, marginación social del desempleado, la quiebra moral que produce el estado de ociosidad. Además, que son fuente de tensiones sociales, que favorecen ánimos revolucionarios y fomentan la difusión de ideologías violentistas.
            En el Perú, que venimos percibiendo los beneficios de varios años de crecimiento económico, conviene tener presente que así como ha sido posible lograrlo, hay por parte de nuestra clase política el deber ético-social de estabilizar la tendencia de nuestro actual ciclo económico, para que la mayor oferta de empleo sea permanente y no se trunque a causa de imprudencias gubernamentales.
            La coordinadora de todos los gremios empresariales, la CONFIEP, entre otros compromisos ha asumido el de cumplir y hacer cumplir las obligaciones laborales. Buen propósito, en un Perú que dejó a más de una generación laboral fuera del registro de la planilla, privándoles de la atención del seguro médico y de la previsión de la cobertura de la jubilación.
            No abandonemos las banderas de la justicia social a las izquierdas, las que sólo han servido para el reclamo y la protesta, pero no para su solución.
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion01&td=22&tm=06&ta=2011

“No soy izquierda ni derecha” (Ollanta)

LA RAZÓN DEL DÍA

“NO SOY IZQUIERDA NI DERECHA” (Ollanta)
Director Jurídico de UnoAmérica

            El libro “De Locumba a candidato de la Presidencia en Perú”, cuyos co-autores son el peruano Ollanta Humala y el español Ramón Pérez Almodóvar (México, 2009), uno de sus últimos capítulos se destina para dar explicaciones sobre  “Los sucesos de Andahuaylas”, que así se titula. Allí, Ollanta trata de establecer una distinción con su hermano Antauro, diciendo: “… nuestra principal diferencia es que yo soy radical y él es extremista” (ver: página 134).
Si en algo quería diferenciarse Ollanta de su hermano, lamentablemente adoptó una terminología confusa. En política no son contrarios los términos radical y extremista, en realidad son sinónimos. “Radical” sirve para identificar al “partidario de reformas extremas”. El “radicalismo”, en su forma de doctrina y en su forma de partido, se caracteriza por el “modo extremista de tratar los asuntos”, porque portan un “conjunto de ideas y doctrinas” que impulsan a “reformar, de un modo parcial o en su totalidad, el orden político, científico, moral y aun religioso”. Es decir, es un totalitarismo, porque ambiciona abarcarlo todo, sin respetar las legítimas competencias. Porque, no todas las realidades son de la competencia de la política. Hay realidades supra-políticas (como la religión y la cultura), así como hay legítimas autonomías de otras realidades que son las infra-políticas (como las familias, y todo aquello que es lo doméstico, que incluye la cuestión de la sexualidad, las que no son de competencia estatal).
Ollanta intentó dar una definición del significado de la palabra radical, que se había auto–aplicado para definirse políticamente, pero sin reparar que “radical” tiene significados analógicos, es decir, que con la misma palabra se pueden expresar diferentes significados.
Así como hay un uso de la palabra “radical” en la política, también lo hay en botánica, en gramática, en matemática y en química. Aunque en cada una de esas disciplinas la misma palabra exprese diferentes significados. Así, en botánica, “radical” señala lo “que nace inmediatamente de la raíz”. En gramática, las letras radicales son la parte fundamental de las palabras, como es el caso de algunas de las letras del modo infinitivo de los verbos, a las que se les agrega las desinencias, y así se forman y se conjugan los diversos tiempos verbales, y las diferentes personas gramaticales. En matemática, el radical es un signo que indica la operación de extraer las bases de un sistema numérico. En química, se llama radical al átomo o grupo de átomos que son la base para la formación de cuerpos compuestos.
Ollanta, en la referida página 134, aplica para sí, en su condición de político, el significado botánico de la palabra “radical”, es decir confundió su significado. Él dice: “El radicalismo viene del concepto de “raíz”; es decir, resolver el problema desde su origen El extremismo muchas veces no reconoce la raíz de los problemas nacionales y por eso se equivoca en sus propuestas de solución. El radical siempre es coherente; el extremista no…”. Bueno, estamos ante un inventó semántico, de Ollanta.
Dos años después de que Ollanta dictó las confusas significaciones al periodista español; el pasado miércoles 8 de junio, Ollanta otra vez dictó a una periodista, esta vez peruana y para una entrevista, su auto –definición ideo-política:”Yo he dicho que no soy izquierda, ni derecha…”.
Tan categóricas negaciones no deberían mantenernos ya más en dudas. Pero, hay frases del mismo Ollanta que las preceden, en el mismo párrafo, y la confusión se complica: “Soy una oportunidad para aglutinar a los sectores de izquierda que nunca llegaron al gobierno y que programáticamente se pueden unir a sectores empresariales que ya trabajan como nosotros como el señor Siomi Lerner y otros sectores de centroderecha  como Perú Posible y Acción Popular y otras fuerzas que han convergido en este proyecto”.
El problema es que estamos ante un Ollanta que usa las palabras y les otorga significados, que nos conducen a un babel.
Sin resignamos, elegimos otra de sus respuestas, en esa reciente entrevista a un diario capitalino. Dice Ollanta: “Mi mejor mensaje serán mis hechos..”
Bueno, estamos entonces ante un posible político pragmático. Esto sí que suena interesante, pues, se estaría desenganchando de los furgones de cola altamente ideologizados con los que ha tenido que cargar, para sostener su campaña electoral.
            Desde esta columna elaboraremos un barómetro de los hechos de Ollanta, para verificar cuál es su mensaje, qué nos va a decir en los próximos años a través de sus hechos. Y, en donde quedará el Perú, al ocurrir el cenit de su administración quinquenal.
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=15&tm=06&ta=2011

miércoles, 8 de junio de 2011

Victoria pero sin triunfo

por Sergio C. Tapia Tapia
 
            Obtiene la victoria quien vence al oponente en una competencia o en una disputa. Conocidos los resultados de la ONPE, hay que reconocer que el Teniente Coronel (ó Comandante) en situación de retiro del Ejército Peruano, don Ollanta Humala Tasso, ha sido el vencedor en las lides electorales del 2011: Antes había pasado a segunda vuelta, dejando atrás a PPK, a Toledo y a Castañeda. Ahora se impuso con una mayoría relativa de votos a Keiko Fujimori. De él es la victoria.
            Nuestra palabra castellana “victoria” proviene del latín “Víctor” que significa “vencedor”. Para los griegos, para decir victoria, utilizaban la palabra “Niké” ó “Nice”. En la mitología griega, la victoria era alada para señalar su capacidad de correr y de volar a gran velocidad, y su representación correspondía a la diosa del mar “Atenea”, que era alada. Sin embargo, para significar la victoria militar de Salamina, contra los persas, se representó escultóricamente sin alas (“Victoria Áptera”, es decir, sin alas), para significar que nunca abandonase a Atenas. Luego de ello, concluyó el período de Pericles, la grandeza de Atenas y se inició su languidez en la Historia. Nos queda, así, por el legado griego la expresión “victoria sin alas”.
            En cambio, obtener el triunfo, nos viene de una tradición romana. Triunfar consistía en ingresar a Roma solemnemente, con gran pompa y masivamente acompañado. Lo que sólo correspondía y estaba reservadísimo a quienes lo merecieran, por ser reconocidos como salvadores de los enemigos de la República. Hoy, se reserva la aplicación de “triunfo” para quienes logran un feliz éxito, tras la brega en un empeño difícil.
            Podemos afirmar, con objetividad, que Ollanta ha obtenido la victoria electoral sobre Keiko; pero que esta superioridad en el número de votos, no le han otorgado el triunfo político.
Gobernará, Ollanta, porque obtuvo ventaja en una proporción de votos, no masiva sino escasa. Por lo que no ha sido plenamente victorioso, sus propuestas políticas no han triunfado.
Ollanta ingresará al Palacio de Gobierno con cuatro planes políticos. Ollanta asumirá la conducción política del país no sólo con su Partido Nacionalista, sino en alianza electoral con el Partido Comunista del Perú-Patria Roja, con el Partido Socialista, con el Partido Socialista Revolucionario, con  el Movimiento Político Voz Socialista y con Lima Para Todos. Además, con las rémoras que le significarán los temperamentales Vargas Llosa (papá e hijo) y los aupados pedilones de “cuotas de poder” como lo son Alejandro Toledo y sus glotones monaguillos.
En suma, lo de Ollanta, ha sido una victoria sin triunfo. La victoria electoral, es innegable a estas alturas. Pero, el triunfo político, no lo ha obtenido.
Ya estamos en las vísperas de presenciar las pugnas por el poder en ese mosaico de grupos y entramado de intereses que se ha coagulado, tras un inicial liderazgo de Ollanta. Pero, aún no ha sido resuelto el liderazgo gubernamental de Ollanta, por encima del colectivo “Socialismo del Siglo XXI”, que tiene componentes en el Perú y en once gobiernos latinoamericanos.
Seremos espectadores de cómo resolverán sus diferencias internas, de cómo desembocarán en una correlación de fuerzas, de cómo solucionarán las pugnas internas, de cómo sobrevendrá el encausamiento de la dialéctica entre marxistas y socialistas, de tan dispares matices ideológicos, así como de las disputas metodológicas que determinarán la dosificación de qué y cómo van aplicar el socialismo marxista a nuestra realidad nacional.
Por lo tanto, todo sigue, aún, sin definición. Y, así lo estará por un tiempo, porque es un tema clásicamente complejo en la realidad de las izquierdas latinoamericanas, y especialmente en la peruana que se ha distinguido por la atomización de los liderazgos y la primacía de lo anárquico.
Calculamos que para consolidarse pacíficamente, a Ollanta le tomará un largo par de años. Es decir, en el 2013 sabremos por dónde va a ir, y hacia dónde querrá conducir al Perú. Mientras tanto, la incertidumbre será nuestra cotidianeidad.
            Por nuestra parte, seremos observadores atentos, desde esta columna: “La Razón del Día”.