miércoles, 24 de agosto de 2011

Sergio Tapia en Radio Programas del Perú, 25 enero 2011

Sergio Tapia con Jaime Althaus, 26 enero 2011

Sergio Tapia en "La Hora de Juan Cruz" - Radio Moderna 12 agosto 2011

La Pontificia Universidad Católica, una felonía caviar

LA RAZÓN DEL DÍA

La Pontificia Universidad Católica, una felonía caviar
Director Jurídico de UnoAmérica

            Vergüenza ajena e indignación propia da la felonía con la que se viene actuando sobre la Pontificia Universidad Católica del Perú. ¿Cómo es posible que se haya permitido llegar hasta tamaño despropósito? Varios intereses confluyentes lo han causado.
            En primer lugar, no podemos descartar la ambición del poder y la avaricia por el dinero y los bienes materiales, como generadores de este indigno enfrentamiento que se viene dando.
Dos, pues, son las dimensiones del conflicto: (a) La administración de los bienes de la fortuna de don José de la Riva Agüero, que fueron legados a la Universidad Católica; (b) El empoderamiento ideológico que las izquierdas caviares lograron perpetrar desde los años 60s en dicha Universidad. Quien no peca en una, se desbanda por la otra. Y, algunos hay que hasta van en dos cachetes, por ambas.
Frente a la educación universitaria estatal, buena y gratuita, que se caracterizó por seleccionar la inteligencia sin importar las aportaciones dinerarias; en contraste, la Pontificia Universidad Católica del Perú supo ganarse un sólido y creciente prestigio, en términos socio-económicos no fue exclusiva ni excluyente pero con fuerte tendencia hacia las clases económicas medias, que podían soportar la paga compensatoria al servicio educativo recibido.
La Universidad estatal, sin mengua de su prestigio académico, fue altamente politizada, en sus cuadros de profesores, y por ósmosis en sus diversos escalones estudiantiles. En tanto, la PUCP permaneció apolítica gran parte de sus primeros decenios de existencia, aunque con esporádicas tensiones ideo-políticas, que no afectaron  el ritmo ni la calidad académica.
Sin embargo, a través de la Democracia Cristiana, la PUCP fue lamentablemente politizándose. Y, la involución de la D.C. hacia las izquierdas, en los años 60s y 70s, causó evidentes inter-acciones e influencias, malsanas.
El escándalo moral-sexual-familiar causado por el Decano de la Facultad de Derecho de la PUCP, y su permanencia inicial en el cargo que precipitó la renuncia de Monseñor Landázuri a su emérito Rectorado, sentó el precedente.
Luego vendría la reforma curricular y una nueva generación de profesores, los “Wisconsin boys”, aparejada por un exorbitante alza de pensiones, que hizo migrar a muchos jóvenes alumnos hacia las universidades estatales, con sólo la mitad de cursadas sus carreras. Y, es porque, el nuevo profesorado caviar, gustaba ya de cobrar lucrativamente por la función magisterial. Asunto que no había sido así, en los lustros anteriores, en los que el profesorado universitario de la Católica, cobraba un estipendio simbólico.
Entre los años 60s y 70s surgirá una izquierda de “blasones y doblones”, apellidos de rancios abolengos, hijos de fortunas considerables, partidos de exclusivos hijos de papá. Fueron los tiempos de “Vanguardia Revolucionaria”, el instrumento revolucionario marxista que sólo operaba entre mayo y octubre de cada año, pues de noviembre a abril sus militantes corrían tabla en playas de exclusiva membrecía.
Hasta que llegó la hora de dar cuentas, porque siempre deben darse los balances sobre los patrimonios ajenos que se administran. Pero, he aquí que esos jóvenes de ayer, ahora ya viejos revolucionarios tras haber transcurrido 40 años de estos sucesos, se niegan a dar las cuentas: ¿Cómo es eso?
Y, quieren seguir llamándose “Pontificia” y “Católica”, sin sujetarse a las normas que rigen este modelo de casa de estudios universitarios: ¿Cómo es eso?
Al final, qué enseñaron y qué enseña hoy el profesorado-autoridad de la PUCP: ¿Que pueden levantarse un patrimonio, impunemente? ¿Que pueden levantarse una institución educativa, sin que pase nada? Qué vergonzosa enseñanza con la que concluyeron su ciclo.

Diario “La Razón”, miércoles 24 de agosto de 2011, pág. 13
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion01&td=24&tm=08&ta=2011

EL ARLEQUÍN

LA RAZÓN DEL DÍA

EL ARLEQUÍN
Director Jurídico de UnoAmérica

            Ambos hermanos, en los últimos once años, fueron socios de aventuras golpistas fracasadas, de prisión y amnistía, de proyectos políticos. Hoy uno es el hermano-presidente, que goza del poder; y el otro sólo le corresponde asumir las condiciones -siempre duras- del encarcelamiento. Sentenciado porque se levantó en armas para tratar de impedir, sin ningún éxito, que a su hermano –el presidente-, en esa fecha comandante del Ejército, no lo invitaran al retiro.
            Hay mucho escrito por Ollanta y por Antauro. La producción de éste último, es de mucha mejor calidad: Hojeando sus respectivos libros: el de Ollanta “De Locumba a candidato de la presidencia en Perú” y el de Antauro “Etnonacionalismo” (tercera edición). La obra de Antauro es literatura política; la de Ollanta son páginas anecdóticas, auto-complacientes, es una incompleta auto-biografía.
            Ollanta fue forjado, empujado y hasta arrastrado por su hermano Antauro, a la situación política de la que hoy goza. Ollanta dice querer a Antauro (así lo afirma, más de una vez, en su referido libro). Pero, hoy lo incomoda para poder gobernar.
            El problema para la estabilidad del gobierno de Ollanta no proviene de sus rivales políticos, porque todos son amantes del sistema democrático, y estiman que el éxito de la Administración de Ollanta, es el éxito para el país.
Las amenazas para el gobierno de Ollanta, vienen de la falta de concordia en su familia, así como de sus aliados socialistas que se embarcaron en su campaña electoral, y ahora controlan parcelas del poder, alrededor del presidente Ollanta.
            Hay una irreconciliable actitud de los marxistas con el sistema democrático. Porque la inspiración ideológica marxista no es de tolerancias, ni es de cultivar las formas, ni mucho menos de respetar los límites. El marxismo no es partidocrático y, sus ideales, no provienen exactamente de la Revolución llamada Francesa. Los marxistas son otra Revolución. Aunque entre ambas experiencias revolucionarias, la liberal y la marxista, hay ciertos puntos de aproximación y coincidencia, y si bien son contrarios, no llegan a sser contradictorios ni antípodas. Pero este es otro tema.
            Grandes amistades se han echado a perder, en razón de intereses políticos. Personas con estrechos vínculos entre sí, se han precipitado en espantosos desenlaces.
            Hoy, en el Perú, el endiosamiento de la política, cobra víctimas propiciatorias. El costo para Ollanta, al haberse ungido presidente democrático, echó por la borda su relación fraternal, y ha hecho crisis su relación paterno-filial.
            Es que el problema radica en el motivo por el que Antauro es hoy un preso. Fue “por y para” Ollanta. Y, ahora, Ollanta es el presidente del Perú; gracias a Antauro.
            Otro problema es si la argumentación jurídica del papá de los Humala, obtiene eco y validez en el Poder Judicial, para liberar a Antauro. Sí es así, se acabaron en el Perú los juicios contra los militares, por su lucha contra el terrorismo. Porque, según esta tesis, cuando media una sublevación armada, no hay asesinatos.

Diario “La Razón”, jueves 18 de agosto de 2011, página 13
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=18&tm=08&ta=2011

¿Sólo 130 “galifardos”?

LA RAZÓN DEL DÍA

¿Sólo 130 “galifardos”?
Director Jurídico de UnoAmérica

            El presidente del Congreso de la República aplicó una expresión localista, para describir al Congreso que él no desea conducir: de “130 galifardos insultándose”. Pero, también dibujó un mapa de direcciones ideológicas representadas en el Congreso. Para él la “extrema derecha” es Alianza por el Gran Cambio y Solidaridad Nacional, el centro es Perú Posible, y a su alianza electoral, que es el oficialismo, la calificó de centro izquierda. Para el fujimorismo sus mejores palabras fueron respetar a los que “pueden convertirse en un proyecto político limpio”, sin definirlos si son de derecha o de izquierda.
Las expresiones “de derechas” y “de izquierdas”, nunca ayudaron a definir nada, desde su originaria utilización en la convención francesa. Basta comprobar que no hay más derechista porque reacciona a toda posibilidad de cambio que los marxistas gobernando, como en Cuba, en Venezuela, y en Corea del Norte.
En el Perú, los límites y las limitaciones por definirse y por sentirse políticamente definido con vocablos tan vacíos como derechas e izquierdas, es de larga data. Tres ejemplos: la Democracia Cristiana y el PPC, Acción Popular y el Apra.
La Democracia Cristiana, auto-definida como la tercera vía entre el Liberalismo y el Socialismo, se precipitó en convertirse en el furgón de cola de cuanto aventura socialista se ha intentado plasmar en América, desde mediados de los años sesenta. En el Chile fueron considerados verdaderos “mencheviques” por su colaboracionismo con el comunismo. En el Perú, las diversas corrientes del marxismo, recibieron el impulso renovador de los líderes democristianos que se les injertaron. La otra alternativa que determinó el quehacer político de los demo-cristianos, que no abrazaron el socialismo, fue mimetizarse en el liberalismo, bajo la denominación de Partido Popular Cristiano.
Acción Popular, fundada en los años 50 por Fernando Belaunde, gustó usar términos sin contenido, por lo que se autocalificó de “izquierda”. Asumió la conducción del país en 1963, despeñándose en una catastrófica pérdida de oportunidades y hundido en gravísimos actos de corrupción impunes. Después, ya no se duda que su orientación es netamente liberal.
El Apra fue la revolución y el marxismo peruano, en el siglo XX. Tan extremo fue su en ese rol, que atrasó el tiempo de la llegada del comunismo al país. Fueron los desertores del aprismo los que fundaron parte de la diversidad de partidos de inspiración marxista en el Perú. El Apra acentuó su aproximación al liberalismo político tolerante a partir de los años sesenta, hasta, finalmente, abrazar el Liberalismo económico en su segundo gobierno 2006-2011.
El presidente del Congreso adoptó un peruanismo, “galifardos”, para definir al Congreso que no desea presidir. Galifardo es una expresión localista, de uso restringido, no muy popular salvo en ambientes universitarios. Señala a quien es un vago pero ocupado en asuntos no trascendentales: que es listo, es ingenioso y hasta golfo.
El problema es que con la vaciedad de los referentes doctrinales e ideológicos, los gobiernos se infestan de “galifardos”. Y, de esto no está libre el gobierno de Ollanta, que recién se inicia, y que con sus primeras designaciones ya ha desatado críticas desde todas las perspectivas del análisis político nacional.

Diario “La Razón”, jueves 11 de agosto de 2011, pág. 13
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion02&td=11&tm=08&ta=2011

¿Un Legislativo legicida?

LA RAZÓN DEL DÍA

¿Un Legislativo legicida?
Director Jurídico de UnoAmérica

El primer hombre del Estado, es el presidente de la República, a quien la tradición constitucional democrática le ha conferido un reconocimiento de reminiscencias aristocráticas, al concederle que “personifica a la Nación”. Transformándolo en un símbolo, pero de carne y hueso.
El juramento proferido, por quien personificará a la Nación Peruana, ha causado una conmoción política a propios y extraños.
Repasando las grabaciones del ceremonial de la asunción al gobierno, el juramento del Presidente Ollanta ha sido abismalmente diferente a los de sus dos vicepresidentes, estos han jurado por una constitución jurídicamente inexistente. Pero, este barbarismo jurídico ha querido ser ignorado, minimizado o justificado por las diversas tiendas políticas, con excepción de la bancada fujimorista.
Algunos portavoces del nuevo oficialismo han sostenido que se puede jurar por cualesquiera de las constituciones que han tenido vigencia en el Perú, e inclusive se mencionó a la primera constitución republicana, porque sus valores fueron darnos la independencia.
Nunca me hubiera imaginado que el papel justificador para con el gobernante de turno, podía conducir a estos extremos del paroxismo. Imagínense un presidente que jure por los valores de la Constitución Vitalicia de Bolívar, otro que juramente por la Constitución de la Confederación Perú-Boliviana de Andrés de Santa Cruz integrando a la república de Bolivia dentro de un gran estado peruano, u otro que juramente por las constituciones de la primera etapa republicana que permitieron la continuación de la esclavitud de los negros.
Es evidente que no se puede jurar por otra Constitución que la está vigente, incumplir esta elemental regla –constitucional- es inconcebible, y deteriora la palabra empeñada por el funcionario que formule tan equivocado juramento.
La Constitución de 1933, expresamente señalaba que todo funcionario debía jurar cumplir la Constitución antes de ejercer el cargo. En contraste, nuestras dos últimas constituciones, la de 1979 y la de 1993, no regulan de esa explícita manera el juramento de los funcionarios, lo que ha permitido que se produzcan los usos y los abusos por todos conocidos.
De otro lado, es de lamentar que el Congreso adopte la tiranía de las mayorías, para sancionar ilegal e injustamente a la congresista Martha Chávez. Pues, según el Reglamento del Congreso, que es Ley de la República, quien tuvo la potestad de sancionarla es quien presidía el Congreso, en esa sesión. Pero, ya pasó la circunstancia, y legalmente no se puede sancionarla por la junta directiva, por ningún órgano congresal, por ninguna comisión, ni mucho menos por la Comisión de Ética Parlamentaria.
¡Cuidado! Que nuestro Congreso de la República no evolucione a constituirse en un Legislativo legicida, dedicado a liquidar las leyes. Esperamos que la racionalidad se imponga. Este es el arte de la política, la expresión más alta del espíritu humano. Aunque cuando lo mejor se degrada, entonces nos encontramos con lo peor.
No creo que eso sea la “Gran Transformación” que nos ha sido ofrecida.

Diario “La Razón”, Lima – Perú, miércoles 3 de agosto 2011, pág. 13:
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion01&td=03&tm=08&ta=2011

¿Habrá sorpresas ó sabemos lo que se nos viene?

LA RAZÓN DEL DÍA

¿Habrá sorpresas ó sabemos lo que se nos viene?
Director Jurídico de UnoAmérica

            Cada día me convenzo más que, para predecir a Ollanta, será necesario esperar sus decisiones, porque sigue siendo indescifrable en sus dichos.
            La composición del primer gabinete ministerial de Ollanta, es un hecho. Aunque no se descarta que se produzca prontamente alguna baja inmediata, ya sea por defenestración, por los “anticuchos” que ordinariamente suelen salir a flote en los hombres públicos, como por el desatino en declaraciones. No se descarta, la baja por razones principistas, cuando algún ministro observe que se embarcó en el tren equivocado.
            Según parece, los más importantes y mayoritarios de los sectores sociales, políticos y económicos tienen algún conocido en el gabinete, y eso les despierta confianza.
He dicho los ,ás importantes sectores, pero en realidad algunos que han sido importantes para Ollanta, han sido proscritos de la mesa que finalmente han servido Nadine y Siomi.
¿Qué sectores son éstos? En primer orden, los sectores que hicieron de Ollanta un personaje en la política peruana. Son dos sectores político-sociales y culturales: De un lado, los etno-caceristas y, de otro lado los nacionalistas.
Pero, no son categorías ideo–políticas semejantes ni confundibles. El etno-cacerismo es una posición ideológica cultivada por don Isaac Humala, y filialmente acogida por Antauro, quien con dosis de originalidad y matices aventureristas, logró que surgiera como un movimiento cívico-militarista, reclutando de los estratos más bajos de nuestra sociedad peruana, cuya característica es el inmenso porcentaje de población en extrema pobreza y en pobreza. Por lo que el etno-cacerismo más que una ideología de identificación, es un sentimiento de identidad.
En tanto que el otro sector, el nacionalismo, es una corriente política contemporánea, que con sus bemoles patrios diferenciales, ha estado presente en la mayoría de los países de los diversos continentes, surgiendo de ordinario para resolver la auto-estima de un pueblo. Es también un movimiento político que prioriza la doctrina y mediante su prédica hace una opción preferencial en las capas bajas y medias, dialectizando con la alta burguesía y con el gran capital transnacional, por lo que tiene ciertos ingredientes xenofóbicos que tratan de racionalizarlos; necesariamente los nacionalistas no son socialistas, aunque también los hay.
Por supuesto que hay otros sectores, que fueron convidados para formar la alianza electoral “Gana Perú”, fundada en diciembre de 2010; pero que han perdido el lugar en que esperaban ser favorecidos: el Partido Comunista del Perú (Patria Roja), el Partido Socialista, el Partido Socialista Revolucionario, el Movimiento Político Voz Socialista y un sector del Movimiento Político Lima para Todos.
            Parafraseando los libros sagrados, en este primer gabinete de Ollanta ha habido vírgenes prudentes que esperaron al novio y participaron de la cena, a inesperadas horas de media noche. Como también ha habida otras, las necias, que quedaron dormidas y fueron excluidas. La necedad es la imprudencia y es el ser porfiado.
            Pero, para saber lo que se nos viene, no basta escuchar el mensaje que Ollanta pronunciará el día de hoy, como presidente del Perú.


Diario La Razón, Lima (Perú), jueves 28 de julio de 2011:
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=28&tm=07&ta=2011

Falta una semana

LA RAZÓN DEL DÍA

Falta una semana
Director Jurídico de UnoAmérica

            A ocho días escasos del cambio de gobierno, nada más sombrío nos podíamos imaginar que sucedería en nuestra Patria.
            El temor ha contagiado a tirios y troyanos. Quienes dicen encarnar la representación de derechas y de izquierdas, compiten en proyectar sus intenciones, con mezcla de ansiedad, pretendiendo descubrir en algún gesto o palabra de Ollanta, incluso hasta los largos silencios del presidente electo los imaginan elocuentes. Así, dos largos meses de antesala al nuevo gobierno han transcurrido, con mensajes que alientan todos los gustos y colores político-partidistas. Aunque, la turbación siempre está presente, pues, todos se miran entre sí, a ver quien se caerá primero del columpio, en esta etapa de mecidas y vaivenes de primera y segunda vueltas, que tendrá un final inaplazable a partir del 28 de julio próximo.
Y, el pueblo viene cobrándole las primeras cuentas a Ollanta, manifestándose con la bajísima aprobación que le confiere en las encuestas, en vísperas de iniciarse en el ejercicio del poder. Lo señalábamos la semana pasada, que se ha dilapidado el capital más caro de un político: la credibilidad por falta de honestidad.
El hermetismo, las palabras confusas, el lenguaje sinuoso, el doble discurso, no pagan en política.
La primera desaceleración en esta marcha triunfal de Ollanta, se ha producido por su hermano Alexis, en territorio de Rusia (la expatria putativa de los trabajadores marxistizados), y estando Ollanta en los Estados Unidos, uno de cuyos próceres –Thomas Jefferson– dijo: “La clave de un buen gobierno se basa en la honestidad”.
Llama la atención que habiendo transcurrido más de medio mes del “affaire” de Alexis en Europa, no haya ningún resultado satisfactorio.
No cae bien manifestar doble personalidad, o tener doble cara, como es en lo que han incurrido algunos voceros, o voceadores, del nacionalismo. No es suficiente que el tribunal de honor del Partido Nacionalista conozca y resuelva el asunto protagonizado por Alexis. Porque él actuó en nombre de la Alianza  Electoral “Gana Perú”, que es un colectivo de izquierdas que no se agota en la institucionalidad del Partido Nacionalista, el cual es sólo una porción del ente.
Además, extraña que desde el nacionalismo se emprenda un troglodítico ataque contra la corrupción, pero sólo y tuertamente enfocada sobre el gobierno de Alan García. Y, paralelamente, se silencie hasta la más leve insinuación de una investigación parlamentaria, con la burda excusa de que Alexis no es funcionario público.
¿Acaso el Congreso de Toledo no investigó al gobierno de Fujimori y a los empresarios vinculados? ¿Acaso este Congreso no ha investigado el chuponeo telefónico perpetrado desde empresas privadas?
Es claro que el Congreso puede investigar si lo de Alexis Humala fue un intento de negocio ilícito o un asunto oscuro, que ha generado repercusiones sociales y políticas; porque el Congreso “puede iniciar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público” (artículo 97 de la Constitución). Por la salud de la Nación, y el mejor inicio de la administración Ollanta.

Diario “La Razón”, Lima, miércoles 20 de julio de 2011, pág. 13
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion02&td=20&tm=07&ta=2011

No es hora para izquierdas

LA RAZÓN DEL DÍA

No es hora para izquierdas
Director Jurídico de UnoAmérica

            Las izquierdas en el Perú vienen cosechando los peores frutos de la faena política. Han dilapidado el capital de quien se destina al servicio político: la coherencia, la sinceridad, la verdad y la justicia. En una palabra: la “honestidad”.
            En esta quiebra moral compiten la Villarán y Ollanta, la alcaldesa de Lima desde enero y el presidente del Perú a partir de finales de julio: ¿Quién ganará, para ser el peor de ambos? Por las tendencias que cada uno muestra, no hay que esperar mucho para verificar resultados en esta competencia al descrédito público.
La Villarán ha obtenido un record político en el país, se ha hecho merecedora de una postulación al mecanismo de la revocatoria de autoridades, cumpliendo tan sólo la mitad del plazo mínimo que la ley exige. Lo que los legisladores supusieron que era necesario aguardar un año, la Villarán lo ha conseguido en menos de seis meses. Es que la “ideología” socialista marxista es venta de humo y vehículo evasor de la realidad. Es por eso que la “Tía Lentejita” se las pasa como Alcaldesa presidiendo asambleas populares (en día de semana y a horas laborables: ¿Quiénes asistirán?). Mientras Lima, se hunde en el marasmo de la anarquía, porque no hay autoridad que prevea y que ejecute, y no hay autoridad que se ejerza.
Pero, además, la Villarán y sus prosélitos de la zurda, han añadido algo de mal gusto, una actitud mísera frente a la obra de su predecesor Luis Castañeda, que históricamente de lejos es el Alcalde que más obra ha realizado en beneficio de los diversos sectores de Lima.
Estos estilos de las izquierdas, no le gusta a la gente. La desaprobación contra la Villarán es impresionante. Ayer, martes, miles de varones y mujeres, viejos y jóvenes, marcharon para rechazar el proyecto de Ordenanza Municipal por el que se intenta difundir la cultura gay y la permisividad moral. Con un estilo que es la expresión más genuina del totalitarismo marxista: imponiendo. Y, su contenido tiene condimentos del Socialismo del Siglo XXI, de influencia gramsciana. Hoy, hay un paro de microbuseros para expresarse contra la Villarán. ¿Cuántas marchas y protestas más provocará la “Tía Lentejita”?
De otro lado, y a buen galope, las izquierdas que ganaron las elecciones políticas para dirigir la Nación, han producido la parálisis de nuestro dinamismo económico. Bastó, nada más, con que salieran elegidos.
Pero, mientras debían esperar alrededor de dos meses para ocupar los cargos, se han esmerado en incurrir en desatinos que desmienten las ilusiones que suscitaron en sus campañas propagandísticas. Ollanta no se perfila como líder político. Su organización es un remiendo de intereses de todo tipo y en pugna. Terminaron por descolgar de su frontispicio la “Honestidad es la diferencia”, mediante el “faenón” que en Europa ha “gerenciando” el representante personal del presidente electo: Su “famoso” hermano Alexis.
            En el Perú no es la hora para las izquierdas.

Diario “La Razón”, miércoles 13 de julio de 2011, Lima (Perú): http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=13&tm=07&ta=2011