viernes, 28 de marzo de 2014

Lima defiende la vida


Lima defiende la vida

SERGIO TAPIA T.



 

            La semana pasada se realizaron en Lima dos marchas multitudinarias, para defender la vida humana desde la concepción, y rechazando el aborto. El jueves fue la muy numerosa marcha de los cristianos evangélicos, reclamando por la vida y en defensa de la familia. El sábado fue la de los cristianos católicos, contra el aborto, de la que se calcula la asistencia de 250 mil limeños. La noticia dio la vuelta al mundo.

            Nuestras leyes fundamentales y los tratados internacionales suscritos, coinciden en la defensa de la vida humana, desde la concepción. El estado peruano no tiene obligación legal ni internacional alguna para promover el aborto, sino todo lo contrario.

            Los liberales y los socialistas están contra la vida promoviendo el aborto. Por diferentes motivos, por caminos distintos,  pero confluyen en la misma meta.

            Un sector de los verdugos de los no nacidos son los amorales, licenciosos, libertinos, individualistas… los liberales.

Y, engrosan las filas de verdugos de los no nacidos, los revolucionarios de diversas tendencias, desde caviares hasta pro-terroristas, todos partícipes del mismo denominador ideológico: El socialismo de inspiración marxista.

Aunque, vale aclararlo, los socialistas se distinguen o diferencian por su gradualidad en la aplicación de las técnicas y ritmos revolucionarios. Es decir, por la velocidad en la que administran el veneno a la Nación.

De otro lado, es interesante anotar que los comunistas en el tema del control de la natalidad cambiaron y se aproximaron a la posición liberal. Recuerdo que en mis primeros años universitarios, de fines de los sesenta, la propaganda os marxista era opuesta al control de la natalidad, “neo-fascismo” le decían. Ahora, sostienen lo contrario, y para mal, contra la vida.

Bueno, pues, a ninguno de estos liberales y socialistas, los creó Dios ni los juntó. Cada socialista y cada liberal es absolutamente responsable de su desquicio personal, y de las juntas que protagonizan.

No ha gustado la contundencia de las dos marchas por la vida, la semana pasada en Lima. No se pueden acallar dos marchas de más de 250 mil personas manifestándose en favor de la vida y contra el aborto, y en defensa de la familia heterosexual. El novísimo argumento es que el estado es laico, y que los marchantes son movidos por creencias religiosas. Es la peor discriminación inconstitucional en el siglo XXI: ¿Qué está pasando en el Perú?

¡Cuidado! Mal camino se aconseja a las autoridades del Estado, el próximo tema de lucha y combate será el de la unión civil homosexual, eufemismo con el que se camufla el matrimonio homosexual.

Esperemos que este gobierno no transite por la ilegitimidad de ejercicio, pues, hay condiciones para generar la resistencia contra las leyes injustas.
                                                      

 

Publicado en el diario “La Razón”, viernes 28 de marzo de 2014, pág. 6


 

Blog (artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

viernes, 21 de marzo de 2014

La Vida, entre dos marchas


La Vida, entre dos marchas

SERGIO TAPIA T.



 

Es entre dos marchas en Defensa de la Vida que este artículo se publica: la de ayer jueves, convocada por los líderes políticos y religiosos evangélicos; y, la de mañana sábado que convoca la Iglesia Católica.

Las entidades convocantes son estructuras institucionales de profunda raigambre social, representativas del 98 por ciento de la población peruana.

Se repite mucho que nuestro país carece de institucionalidad.

Del Perú se duda que funcione el sistema republicano, por las tremendas crisis que se desatan. Como las endémicas que sufre el gobierno de Ollanta Humala en sus cinco gabinetes ministeriales, en menos de tres años de gobierno.

En el Perú se manifiesta desconsuelo político en el impopular e ineficaz Congreso de la República. Poder del estado en el que el proceso de adopción de decisiones suele transitar bajo la mesa del reparto de influencias y prebendas.

Suele verificarse en el Perú, una opción preferencial electoralista por los políticos que reniegan del “sistema”, pero del que inescrupulosamente saben usufructuar.

Hay en el Perú funcionarios que se estiman investidos con facultades no insinuadas ni por la Constitución, ni por las leyes, como la actual Ministra de la Mujer, quien propone acelerar leyes que flexibilicen las prácticas abortivas.

Carente de criterio político, porque aún no se sosiega la gran crisis negadora de su investidura ministerial. Y, estando aún pendiente de aclaración, por lo tanto sin resolverse, los gravísimos cuestionamientos y dudas sobre la incorruptibilidad de la ministra en el ejercicio de la función pública, como parlamentaria de reciente data, apenas con menos de dos años y medio.

Ella, la Ministra de la Mujer “y Poblaciones Vulnerables”, ha confundido roles, al proponer semejantes iniciativas legislativas pro abortistas. ¿Así honra su cargo ministerial? ¿Le corresponde como Ministra de Estado provocar tanto irrespeto a la conciencia ética de las mayorías nacionales? Más bien ¿No le correspondería promover servicios públicos a “las Poblaciones Vulnerables” amenazadas de aborto?

Ayer, jueves, miles de ciudadanos llenaron las calles del Centro de Lima, marchando a la sede del Palacio Legislativo, para defender la Familia, institución básica de la Sociedad. Para defender la Vida, desde el nacimiento. Por lo tanto: ¡No al aborto!

Mañana, sábado, miles de otros ciudadanos marcharán hacia el Campo de Marte, para reclamar y exigir respeto a la Vida, con un rotundo ¡No al aborto!

Además del silenciamiento de la noticia, la única crítica que circula es por ser personas motivadas por su fe religiosa (eran evangélicos los de ayer, serán católicos los de mañana). Esta crítica es aberrante, discriminatoria, inválida e inconstitucional, no se admite discriminar por creencias religiosas (Constitución: artículo 2, numeral 2).

Desconocer el justo clamor en Defensa de la Vida, es gravísimo. Y, no es bueno para la destartalada institucionalidad peruana.

Es inaudito que la “República Peruana” no escuche a las mayorías sociológicas. Y, es cínicamente inmoral que las minorías lobistas, sean determinantes. Esto es inmoralidad legislativa e ilegitimidad política.

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 21 de marzo de 2014, pág. 6


 

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

viernes, 14 de marzo de 2014

Poder Judicial bipolar


Poder Judicial bipolar

SERGIO TAPIA T.



 

Algunos jueces, entre los mejores y muchas veces entre los que no lo son, dan la imagen del Poder Judicial.

Como toda institución, al Poder Judicial se le encomia y se le repudia. Al igual que a las demás instituciones estatales, la policía, los militares y los políticos. Así como a los gremios de profesiones privadas, médicos y abogados.

En todas estas categorías hay que reconocer a unos por su vida de entrega y servicio, por sus aciertos y lealtad. Frente a otros que coimean; son negligentes; deshonestos, corruptos y los que se sirven del poder y sus honores. La historia y la novelística, de todas las épocas, han recogido esta preocupación ética.

            Hoy en día nuestra atmósfera político-cultural es de ideologización de los derechos humanos. De versiones parcializadas, ni verdaderas, ni justas, y con apetencias impositivas.

¿Para qué sirve la ideologización de los derechos humanos? Para el interés y el apetitito. Subvertir al Estado en dos de sus funciones esenciales, la del Poder Judicial y la de las Fuerzas Armadas. Para emular las operaciones terroristas, por fraternidad ideológico-política.

Los instrumentos que desencadenan las prácticas ideologizadoras de los derechos humanos, son bufetes de abogados que se camuflan con la etiqueta de ONGs.

He constatado el “temor reverencial” de algunos jueces hacia los operadores de ONGs.

Es increíble como éstos se extralimitan en su arrogancia. No respetan las reglas de los debates. Y, los jueces simulan no advertirlo para evitar ejercer la autoridad de las que tendrían que estar investidos.

Por tanto extravío onegenista, me da la impresión que ya está empezando el inicio del fin de su influencia.

A pesar de que hay juicios anti-militaristas como el Caso “El Frontón”, que este año los sucesos cumplirán 28 años desde que ocurrieron. Es una olímpico abuso de las reglas de la prescripción de la acción penal.

Es un caso que goza de tres pronunciamientos jurisdiccionales, de toda la gama de la jerarquía judicial, para su archivamiento. Pero, se insiste en mantenerlo abierto ¿Tanto poder tienen?

Debido a mi buena memoria personal, así como por el orden de mis archivos, nunca había dado mayor relevancia a uno de los argumentos que se suman en favor de que los delitos prescriban: Que el paso de los años produce el olvido social de los hechos.

Pero, recientemente he constatado que esa pérdida de memoria daña la percepción de los hechos circundantes en el caso “El Frontón”, al haber escuchado recientemente en estrados judiciales, que los terroristas internos en el penal de “El Frontón” no lo eran, que no hay prueba contra ellos ¿Entonces, por qué los pusieron en la cárcel para terroristas de alta peligrosidad?

¡Qué increíble! Estamos alumbrando una versión de la historia, en la que ya no importan los hechos: ¿Son estos los “juicios” para conocer “la verdad”?

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 14 de marzo de 2014, pág. 6


 

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/