Dilemas
políticos
SERGIO TAPIA T.
Las
ideologías no constituyen el pensamiento político correcto. Es una perversión
del lenguaje utilizar el término “ideología”
para referirse a un sistema doctrinario. Y, es desacertado adoptar la palabra “ideología” como sinónimo de pensamiento
político, salvo que la inspiración provenga propiamente de las ideologías, que
son dos: el Liberalismo Capitalista y los Socialismos Estatistas, que incluyen
al fascismo.
Ordinariamente,
nuestros políticos son inquietamente incultos, no son ilustrados. Adolecen de carencias
de actividad pensante. La ausencia de pensadores, en nuestra clase política, le
imprime carácter a ésta. Nuestra clase dirigente vive en el “babelismo” conceptual. Que, como toda
confusión, causa males.
Hoy
es común señalar como pernicioso para nuestra práctica política el transfuguismo, tomado como sinónimo de traición
partidaria. Sin embargo, nada se dice sobre la ausencia de identidad doctrinal
de los partidos, y la falta de voluntad partidaria para formar doctrinalmente a
los que adhieren a ellos.
La falsa
derecha, en parte constituida por el PPC, insiste en desdibujar la democracia, mediante
el predominio de la partidocracia. La partidocracia es la corrupción de la política.
Por eso, se repudia el voto preferencial, que es el último derecho democrático
que nos queda: Poder elegir a quien queramos, y no al que el partido imponga.
Nuestra
clase política es suicida, no ve y no pone remedio a la espantosa inoperancia y
corrupción de nuestros gobiernos regionales y municipales. Tampoco hace nada para
revertir el siniestro plan que, sistemáticamente, empodera a los marxistas en nuestras
estructuras provincianas.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, jueves 16 de mayo de 2013, pág. 8
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