Cultura
y Defensa Nacional
SERGIO TAPIA T.
El
sólo hecho de lo escrito en nuestra Ley Constitucional, no es suficiente para garantizar
su eficacia, estabilidad y perdurabilidad. Porque, hay diversas causas por las que
los contenidos constitucionales podrían dejar de tener vigencia, o tornarse efímero
su vigor.
Una
de las causas que produce esa inestabilidad, radica en el vaivén permisivo de
las mayorías parlamentarias, que es propio de nuestro actual sistema político. Tal
como ha venido sucediendo con las amenazas de la ideología anti-minera que
produce zozobra económico-social, y se excusa en el cuidado del medio ambiente
y en la consulta a los pueblos originarios.
Otra
causa la producen los lobbies internacionales, que con ingentes recursos obtienen
-en los países objeto de sus amenazas- subvertir el matrimonio heterosexual, la
familia como célula básica social, la empresa como célula básica de la economía.
Así como han logrado con su prédica maniquea desfigurar la doctrina de los
derechos humanos.
Creemos
que no es suficiente regular directa e indirecta la Defensa Nacional, en
nuestro texto constitucional (ver los artículos 2 incisos 1,22 ,23 y 24; 3; 8;
14; 38; 43; 44; 54; 56 incisos 2 y 3; 58; 59; 66; 71; 72; 88; 102 inciso 8;
118, incisos 4, 11, 14, 15, 16 y 23; 137; y finalmente en el Capítulo dedicado
a la “Seguridad y la Defensa Nacional”
los artículos 163 a 165, 167, 169 a 171 y 175; finalmente el 189 y la
Declaración final sobre la Antártida). Porque, la Constitución es una ley susceptible
de ser modificada, por diversas causas, como las ya referidas a los vaivenes de
las mayorías que produce nuestro actual sistema partidocrático parlamentario, o
por los flujos y reflujos de la permisividad ideológica.
Esto
es así, especialmente en nuestro país, porque los contenidos de nuestras leyes muy
pocas veces se transforman en acciones educativas, y porque no son objeto de
programas de difusión para cultivar su conocimiento.
Que
en la Constitución se prescriba que “toda
persona, natural o jurídica, está obligada a participar en la Defensa Nacional”,
no es por sí sólo suficiente para producir en la conducta de “todos” los peruanos, la conciencia y el
conocimiento adecuados de lo que es y exige la Defensa Nacional.
Asistí
hace dos días, en un recinto universitario, a un foro promovido por la Escuela
Superior de Guerra Naval, en el que un grupo de expertos civiles y militares, ventilaron
algunos temas descollantes sobre Defensa Nacional, acuñándose el llamativo y
acertado título de “Cultura de Defensa”.
Hay
que destacar esta iniciativa de mostrar en ambientes universitarios -en los que
prima el debate y la polémica- la situación, vigencia y perspectivas de nuestra
Defensa Nacional.
Por
el bien común de nuestra Nación, estas iniciativas navales deben continuarse e incrementarse,
y debieran ser compartidas o imitadas por los demás Institutos Armados.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 27 de junio de 2014, pág. 6