Revocación
contra el gobierno ilegítimo
SERGIO TAPIA T.
La doctrina política clásica distingue los gobiernos
legítimos de los ilegítimos. La legitimidad es diferente a la legalidad. Lo legal
no siempre es legítimo, como en China comunista que se condena abortar a partir
del segundo hijo engendrado. Esto es ilegítimo, por vil, aunque sea una ley de la
China marxista.
Son tres las formas legítimas de gobierno, según la
filosofía política: Monarquía, aristocracia y república.
Estas
formas legítimas de gobierno están expuestas al deterioro. A cada forma
legítima corresponde una forma ilegítima, respectivamente: Tiranía, oligarquía
y la anarquía (sin gobierno) que es la adulteración de la democracia.
Hay legitimidad
de origen y legitimidad de ejercicio. Susana Villarán, alcaldesa de Lima (a revocar
este domingo); goza de legitimidad de origen, fue electa según las leyes
imperantes. Pero, Villarán al ejercer la alcaldía se ilegitimó (por intentar
legalizar libertades sexuales ilegítimas que no le corresponde decidir; así
como por incurrir en incapacidad en la gestión municipal). La ilegitimidad de
ejercicio es muy grave, porque afecta el bien común.
De
no existir la revocatoria, la ética política nos permite confrontar la autoridad
ilegítima con el derecho a la resistencia y, en cierto extremo hasta con la
rebelión.
Por
eso, la revocatoria no es onerosa, aunque implique gasto. El argumento del
ahorro presupuestal es una falacia, que justifica a cualquiera gobernar prolongadamente,
para economizar elecciones cada cinco años.
La
revocatoria es legal y legítima. Este domingo votar cuarenta veces “SI”, es ético y prudente.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, jueves 14 de marzo de 2013, pág. 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario