Actualidad
de nuestra Armada
SERGIO TAPIA T.
Hace
unos días, Lima fue sede de un importante Simposio Internacional sobre
Seguridad y Defensa. Tuvo poca difusión pública, a pesar de lo selecto de los
conferencistas.
Descarto
que el desinterés en su divulgación haya sido por la especialización del
temario, pues fue muy actual y vigente para la situación actual de nuestra
Nación. La que pervive asediada en la más variopinta criminalidad: Somos el primer
país productor del mundo de hoja de coca y de clorhidrato de cocaína, ha
surgido una mafia política provinciana que se sostiene con el sicariato, se
produce contrabando en volúmenes insospechados, sufrimos las bandas terroristas
que operan en zonas territoriales de difícil acceso, y hemos requerido de la
diplomacia naval para ocupar los espacios marítimos recuperados tras el
deslinde fronterizo de una sentencia internacional.
El
acto académico se centró en el análisis de los sistemas que integran las
armadas de los diversos países que son de interés del Perú: en la OEA-TIAR, en
la OTAN, en el Asia-Pacífico.
La
acertada combinación de las temáticas, y la selección de prestigiosos hombres
de la defensa en sus respectivos países, hizo de esta cita intercontinental de
Marinas de Guerra, que no faltara nada ni nadie: EEUU, España, Australia, Coria
del Sur, Canadá, Chile, Argentina, Ecuador, y por supuesto los propios marinos
nuestros.
El
reconocimiento a la Escuela Superior de Guerra Naval, organismo ejecutor del
evento, y al Comandante General de la Marina, quien testimonió la importancia
del evento académico con su presencia permanente.
Estaba
en el exterior, cuando se dio a conocer la sentencia de la Corte Internacional
de la Haya que delimita los mares de Perú y Chile. Y, qué buena impresión daba
en los círculos extranjeros que frecuentaba en aquella ocasión, la inmediata
presencia naval peruana, en los espacios marítimos recuperados.
La
Armada es parte del Estado, con medios instrumentales de alta tecnología y
valor: buques, submarinos, aviones, tropa de infantería bien entrenada y
respetables comandos de operaciones especiales. Detrás de todo el aparato
logístico, el hombre. La persona sólidamente formada, profesionalmente y
técnicamente adiestrada, éticamente forjada. Tal como reza su himno
institucional, que nuestra Marina de Guerra existe gracias a los hombres-modelo
que han surgido de ella, y cuyo ejemplo es cultivado como Tradición, para su imitación
por el Personal Naval.
El
rol de la Armada, en la inmensidad marítima que tenemos, y en la complejidad
fluvial de nuestra Amazonia, es inagotable.
Ya
hubo el error decimonónico de rematar la Escuadra, sin prever los años aciagos
de la Guerra con Chile.
Se
ha incurrido en el siglo XX en restarle a nuestra Armada la inversión
presupuestaria requerida para mantener e incrementar su capacidad tecnológica.
Por ese anti-militarismo que padecen mucha veces las gentes violentas y
revolucionarias.
Que las
miopías no desmejoren nuestra Armada Nacional en este siglo XXI, para que no
suframos ningún maremoto de desaciertos.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 4 de abril de 2014, pág. 6
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