40
años del “Tacnazo”
SERGIO TAPIA T.
El 29 de agosto de 1975 se produjo un golpe militar en
nuestra sureña y fronteriza Ciudad de Tacna, que depuso al general socialista Juan
Velasco Alvarado, gobernante de origen golpista desde el 3 de octubre de 1968.
La Política distingue la legitimidad de origen de la
legitimidad de ejercicio, y es posible combinarlas. Puede que un gobierno
legítimo de origen, se ilegitime en el ejercicio. Y, suele suceder que un
gobierno ilegítimo de origen se legitime en el ejercicio. Esta distinción no es
mera teoría, es de suma importancia para juzgar éticamente acontecimientos y
personajes.
Las democracias latinoamericanas han alternado con los
golpes de estado. Desde España, Estanislao Cantero plantea la reflexión sobre si
los golpes de estado en América Latina son crisis “de” la democracia o crisis “en”
la democracia.
Hecho
el distingo y la abstracción de los golpes de estado motivados por la ideología
revolucionaria marxista, que son antisistema por definición. Cantero opina que
los golpes de estado en Latinoamérica, incluido los golpes militares que son la
subespecie, no conspiran contra la partidocracia sino que la rejuvenecen y la relanzan.
El
“Tacnazo” del general Morales Bermúdez no clasifica entre los golpes de estado
militares contra la democracia, pues no interrumpió ningún cronograma
electoral. Fue un golpe de estado que puso fin en el Perú al penúltimo proceso
revolucionario inspirado en el socialismo marxista, e impuesto mediante golpe
militar. El último intento socializante, frustrado por mediocridad de sus
actores, es el actual gobierno de Ollanta Humala.
Una reciente
investigación periodística, con fino profesionalismo, da cuenta de aquellas
primeras horas de hace 40 años, en las que el Perú amaneció desligado de la maldición
política del Socialismo. Nos la ofrece Francisco Ugarteche en “El golpe a
Velasco Alvarado. El Tacnazo de Morales Bermúnez”.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 4 de setiembre de 2015, pág. 6
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