Proteger la familia
SERGIO TAPIA T.
Nuestra Constitución Política
menciona varias veces a la familia. Para los peruanos la familia reviste
importancia sin igual. Porque frente a un Estado secularmente incapaz, porque es
inerme e indiferente, y se niega a tener utilidad para el ciudadano, de quien
es mayormente una carga sin la debida retribución.
En las crisis que nuestros
nacionales han padecido, la que especialmente generó corrientes migratorias y
éxodo a cualquier país que ofreciera seguridad y empleo, fue la gran crisis de
los 70s-80s, generada por el instinto criminal de las izquierdas marxistas.
Oportunidad en que se constató que el peruano está aferrado a sólidos vínculos
familiares (con sus padres y hermanos, o con sus hijos), porque el emigrante
peruano fue laborioso en el exterior y puntual repatriador de sus ganancias
para sostener a sus familias en el Perú.
Es que la familia para los peruanos
suple la deserción y ausencia del Estado. La familia es hospital para el
enfermo, es escuela para el que no sabe, es instituto tecnológico para aprender
oficios prácticos, es centro de trabajo remunerado o no. La familia cobija al
miembro desvalido.
La Constitución no emplea otra
palabra al referirse a la familia, dice: “La
comunidad y el Estado (…) protegen a la familia”. ¿De qué peligros habrá
que defender a la familia? ¿Cuáles son los perjuicios de los que hay que
amparar a familia? Incumbe proteger a la familia no sólo al Estado, sino que es
deber de la sociedad toda. Asi reza el artículo sexto de nuestra Constitucion.
En esta semana entrevistaba a una
funcionaria de la representación de la OIT en Lima, y comentaba que las
constituciones requieren ser desarrolladas. Eso es lo que falta en el Perú, un
gran desarrollo legislativo para que la protección de la familia sea eficaz.
Debería retornarse al anterior
sistema tributario que consideraba a cada hijo como deducción por carga de
familia del contribuyente. Debería el Estado reintegrar el gasto educativo a
quien tributa y además solventa la educación de sus hijos en escuelas privadas.
Y, especialmente, debería el Estado promover el matrimonio, que es la
institución que funda la familia, y que es objeto de tanta infamia y distorsión
por el “pensamiento único” que trata de imponer la ideología de género.
Publicado en el diario La Razón”,
Lima, viernes 23 de setiembre de 2016, p. 6
Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/