Una
Patria, dos mensajes
SERGIO TAPIA
El
principal de los mensajes de la Iglesia correspondió al Arzobispo de Lima, el Primado
del Perú. Unísonamente, más de 60 obispos, en sus territorios, se dirigieron también
ante sus respectivas autoridades locales.
La
Iglesia Católica es la sociedad espiritual, de hoy y para la eternidad, que
reconoce la existencia de la Patria, como realidad propia de la naturaleza
humana, creada a imagen de Dios.
Monseñor
Cipriani pronunció una Homilía tributaria del magisterio milenario (patrística,
pontífices y doctrina social), y pertinentemente matizada con referencias al
ser nacional peruano del pensador católico José de la Riva Agüero, cuya fortuna
está empeñada en ese fiasco universitario que hoy se llama la ex–PUCP. Explicó
los deseos de Dios sobre el Perú. Exhortó preservar nuestra indispensable
unidad, desterrando el divisionismo ideológico; cultivar los valores de la vida
en sociedad y del régimen democrático; cuidar la familia (sin sustituciones que
la tergiversen). Finalizó, evocando con cariño la única visita que la pareja
presidencial le hizo, hace un año, durante la campaña electoral.
En el
Perú, “la Fiesta de la Patria” es
propicia para celebrar la Misa y cantar el Te Deum “para agradecer a Dios”, en presencia de todas las autoridades de la
República.
El
otro mensaje fue del presidente Ollanta Humala, el de la sociedad temporal a la
que hoy pertenecemos, pero en la que nos jugamos la eternidad. Analizaremos próximamente
la situación de la República que él nos comunicó, y las “mejoras y reformas” que propuso al Congreso.
Publicado en el diario “La
Razón”, Lima, jueves 9 de agosto de 2012, pág. 6
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