Programa
mínimo contrasubversivo
SERGIO TAPIA
Tras una operación anti-terrorista en Ranrapata (Acombamba, Junín), resultó muerta una niña de 8 años.
El país se conmocionó. Pero, estuvo desorientado por la endémica
falta de liderazgo informativo del Estado. Sin embargo, el pueblo sano, supo
discernir la autoría del homicidio, acertadamente lo imputó a los subversivos y
eximió a nuestras FFAA.
Pero, en el país, coexiste un pérfido sector que manipula
las informaciones, se nutre de las imperfecciones del Gobierno y goza de la
complicidad de los tontos útiles del periodismo.
Los
responsables de la subversión homicida son los marxistas, tanto los que empuñan
las armas asesinas; como los que promueven la impunidad y los que aún
co-gobiernan con Ollanta y copan organismos internacionales.
El
terrorista delinque por motivación ideológica. Para derrotar la subversión
armada se requiere cesar con el proselitismo ideológico, erradicar al SUTEP (sindicato
marxista-leninista de profesores estatales) y expulsar a los caviares de los ministerios,
de los juzgados y fiscalías, y de la Corte de Derechos Humanos.
La
gran tarea contrasubversiva exige el imperativo de la justicia social, que debe
de ser obra gubernamental y quehacer empresarial. La dignificación del trabajo
humano es la mejor manera de arrebatar a los marxistas sus pretextos
justificantes.
El rol de nuestras Fuerzas Armadas debe de ser acompañado
por el resto del Estado. El almirante Giampietri ha recomendado promover la migración
de la población civil de las zonas de combate, para salvaguardar los operativos
militares de los psicosociales. La decisión es del presidente Ollanta.
Publicado
en el diario “La Razón”, jueves 20 de setiembre de 2012, pág. 6
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