La
Vida, entre dos marchas
SERGIO TAPIA T.
Es
entre dos marchas en Defensa de la Vida que este artículo se publica: la de
ayer jueves, convocada por los líderes políticos y religiosos evangélicos; y, la
de mañana sábado que convoca la Iglesia Católica.
Las
entidades convocantes son estructuras institucionales de profunda raigambre
social, representativas del 98 por ciento de la población peruana.
Se
repite mucho que nuestro país carece de institucionalidad.
Del
Perú se duda que funcione el sistema republicano, por las tremendas crisis que
se desatan. Como las endémicas que sufre el gobierno de Ollanta Humala en sus cinco
gabinetes ministeriales, en menos de tres años de gobierno.
En
el Perú se manifiesta desconsuelo político en el impopular e ineficaz Congreso
de la República. Poder del estado en el que el proceso de adopción de
decisiones suele transitar bajo la mesa del reparto de influencias y prebendas.
Suele
verificarse en el Perú, una opción preferencial electoralista por los políticos
que reniegan del “sistema”, pero del que inescrupulosamente saben usufructuar.
Hay
en el Perú funcionarios que se estiman investidos con facultades no insinuadas ni
por la Constitución, ni por las leyes, como la actual Ministra de la Mujer, quien
propone acelerar leyes que flexibilicen las prácticas abortivas.
Carente
de criterio político, porque aún no se sosiega la gran crisis negadora de su investidura
ministerial. Y, estando aún pendiente de aclaración, por lo tanto sin
resolverse, los gravísimos cuestionamientos y dudas sobre la incorruptibilidad de
la ministra en el ejercicio de la función pública, como parlamentaria de
reciente data, apenas con menos de dos años y medio.
Ella,
la Ministra de la Mujer “y Poblaciones
Vulnerables”, ha confundido roles, al proponer semejantes iniciativas legislativas
pro abortistas. ¿Así honra su cargo ministerial? ¿Le corresponde como Ministra
de Estado provocar tanto irrespeto a la conciencia ética de las mayorías nacionales?
Más bien ¿No le correspondería promover servicios públicos a “las Poblaciones
Vulnerables” amenazadas de aborto?
Ayer,
jueves, miles de ciudadanos llenaron las calles del Centro de Lima, marchando a
la sede del Palacio Legislativo, para defender la Familia, institución básica
de la Sociedad. Para defender la Vida, desde el nacimiento. Por lo tanto: ¡No
al aborto!
Mañana,
sábado, miles de otros ciudadanos marcharán hacia el Campo de Marte, para reclamar
y exigir respeto a la Vida, con un rotundo ¡No al aborto!
Además
del silenciamiento de la noticia, la única crítica que circula es por ser
personas motivadas por su fe religiosa (eran evangélicos los de ayer, serán católicos
los de mañana). Esta crítica es aberrante, discriminatoria, inválida e inconstitucional,
no se admite discriminar por creencias religiosas (Constitución: artículo 2,
numeral 2).
Desconocer
el justo clamor en Defensa de la Vida, es gravísimo. Y, no es bueno para la
destartalada institucionalidad peruana.
Es
inaudito que la “República Peruana”
no escuche a las mayorías sociológicas. Y, es cínicamente inmoral que las
minorías lobistas, sean determinantes. Esto es inmoralidad legislativa e
ilegitimidad política.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 21 de marzo de 2014, pág. 6
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