Relativismo
y ambigüedad: El género y el sexo
SERGIO TAPIA T.
La
Nación peruana está a la expectativa del archivamiento que deberá adoptar el
Congreso de un proyecto de ley, cuyo título es una paradoja, pues, niega el contenido
matrimonial que precisamente contienen todos sus preceptos normativos (ver: en
este diario “La Razón”: http://larazon.pe/44265-proyecto-union-civil-no-matrimonial.html).
¿Por
qué se intenta camuflar con el título “Unión
Civil No Matrimonial para Personas del Mismo Sexo”, la intención de instituir
la pareja homosexual con acceso a todas las consecuencias jurídicas del matrimonio
de la “pareja real”?
Es
que, en esta pugna por el matrimonio homosexual, sus promotores padecen de poco
rigor lógico, sufren de exuberante ideología, incurren en demasiada retórica falaz
y esconden veladas intenciones, las que han de ser develadas en toda su magnitud
para honra del bien y de la verdad.
Para
sustentar el abominable proyecto de ley, se enmudece la verdad científica sobre
los géneros sexuales masculino y femenino. Es sabido que no hay un tercer
género en biología. Para la biología el género sexual es determinación
constitutiva del ser, no es algo elegible por el individuo.
Pero,
porque de la ambigüedad se cosecha la confusión; los promotores de la
manipulación de la sexualidad, desarraigan el “género” y el “sexo”,
aíslan el nexo de ambos conceptos con la realidad biológica que le es patente.
Así, logran reducir las realidades patentes a la manipulación racionalista, mediante
la ideología.
La
ideología que es presunción viciada, por ser anti-ciencia. Regla de la que la “ideología sexual” no es una excepción.
La
filosofía de Descartes, es la madre del enfoque erróneo sobre el conocimiento
de la realidad; porque prioriza el pensamiento (el subjetivismo) sobre el
riguroso conocimiento acertado de la realidad (la objetividad). Reduciendo la
verdad, el concepto acerca de la realidad, a lo que cada uno piensa
unilateralmente, y negando el principio de no contradicción (no pueden haber
dos verdades contradictorias entre sí), el pensamiento cartesiano conduce a la
aceptación de verdades opuestas entre sí, las que con el auxilio de la
dialéctica hegeliana, pueden llegar al extremo de negarse a sí mismas cada una
de ellas.
Este
desorden del entendimiento racional, niega la capacidad para conocer la realidad.
Para
los promotores de la “ideología sexual”,
las cosas no son según su naturaleza, sino según lo que ellos “piensan” que son.
Finalmente,
recurrirán al “positivismo jurídico”,
para dar un paso más en su afán. Pues, ese extravío conceptual que produce
graves consecuencias éticas, legitima cualquier decisión que adopte la
autoridad del “orden establecido”. Lo
que suele conducir, al autoritarismo, y con frecuencia al totalitarismo. Es
decir, a entronizar a la minoría que ejercerá el poder contra los derechos de
las mayorías.
Ideológicamente
se piensa que la diferencia sexual es una desigualdad social, se tergiversa
el significado de “discriminación”. Científicamente se admite que el sexo está
determinado por la naturaleza del ser, entonces discriminar adquiere otro
sentido, significa diferenciar; lo que no viola el derecho de nadie.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 25 de abril de 2014, pág. 6
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
ANEXO:
Consecuencias del Matrimonio
Homosexual en los jardines de infantes o nidos para niños, en Massachusetts
(EEUU), y encarcelamiento de los padres que se oponen a la educación
pro-homosexual para sus hijos: http://www.youtube.com/attribution_link?a=qPanfY4gGrM&u=/watch?v%3Dhs96sBfV5P4%26feature%3Dshare
No hay comentarios:
Publicar un comentario