Caviares
apuntan contra empresarios
SERGIO TAPIA T.
El
marxismo es enemigo ideológico de todo lo que signifique propiedad y empresa,
desarrollo y familia, empresario y fuerzas armadas.
Esta
decimonónica aspiración del socialismo, aún pervive en el ánimo y la mente de
los marxistas del siglo XXI: los caviares.
La
semana pasada, los caviares realizaron en Madrid una “tenida”, convocada por el ex- juez español, Baltasar Garzón.
Hace
un par de años, a Garzón, el Tribunal Supremo de España unánimemente lo sancionó
por haber “chuponeado” a los abogados
de un sonado caso en España. Dejó de ser juez, está inhabilitado por 11 años y
debe pagar multa.
¿Qué
hizo, este juez, para merecer tal castigo? La sentencia impuesta dice que Garzón se colocó "a
la altura de regímenes totalitarios". Pero ¿qué esperaban?, si Garzón
es miembro del Partido Comunista.
Garzón fue condenado con pérdida definitiva del cargo de Juez de
Instrucción, y "de los honores que
le son anejos", así como con "incapacidad
para obtener durante el tiempo de la condena cualquier empleo o cargo con
funciones jurisdiccionales o de gobierno dentro del Poder Judicial, o con
funciones jurisdiccionales fuera del mismo".
Reducido a ser un espectro de juez, Garzón convocó la semana pasada a
los caviares que detentan cargos “jurisdiccionales”,
“internacionales” y de “políticos”: Un juez de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (de la OEA), de la que el Perú ha recibido
ya 30 sentencias; varios miembros de Comisiones diversas sobre derechos humanos
(de la ONU); un Secretario General de Ministerio de Justicia, de un país
sudamericano. Y, los ONGs, infaltables en todo “cónclave” caviar.
Los
días de mayo, y como lugar Madrid, coincidían con la renovación electoral de
los eurodiputados, y en España con la des-instalación de la denominada “justicia universal”, un modo de usufructuar
el Poder Judicial español, con fines de persecución judicial con sesgada
motivación ideológica.
Los caviares, luego “del
retiro”, retornarán a sus respectivos “puestos
de lucha y combate”, con voluntarismo recargado. La consigna impartida es emprender
la persecución judicial contra los empresarios mineros y petroleros, con las mismas
temáticas político-jurídicas que en los últimos 30 años han aplicado desde las
comisiones y tribunales internacionales, en perjuicio de los Estados por la actuación
contrasubversiva de sus fuerzas armadas. A estos militares se les aplica el “derecho penal del enemigo”, es decir, se
les niega todos los derechos, desde los más elementales.
Contra
los empresarios, se internacionalizará severamente su persecución judicial,
responsabilizándolos por crímenes ambientalistas, que serán calificados como
lesa humanidad para negarles la prescripción y la misericordia (amnistía e
indulto). Con tal fin, cualquier juez, de cualquier lugar del mundo, tendrá
jurisdicción y competencia para condenarlos. Esta es la “justicia universal”. Refinada y cruel persecución, en nombre de una
justicia modelada por Baltasar Garzón, juez español que fue expulsado y aún está
inhabilitado.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 30 de mayo de 2014, pág. 6
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