Compromiso por el Perú
¿Tan
mal estamos?
SERGIO TAPIA T.
¿Qué
sucede en la Nación Peruana? ¿Aún no somos conscientes de la profunda
degradación en la que hemos sumergido?
El día 17 de julio, tras las celebraciones de la Virgen
del Carmen –Patrona de Lima y del Criollismo- se suscribió en la Biblioteca
Nacional del Perú el documento “Compromiso
por el Perú”.
Católicos, evangélicos, adventistas del sétimo día,
anglicanos, ortodoxos, cristianos evangélicos, mormones, islámicos, budistas y
bahaíes. Es decir, cristianos y no cristianos del Perú, se encontraron en una común
realidad y aspiración: Ser peruanos y estar comprometidos con el destino
Nacional.
Con
esta impronta, superaron toda diferencia que los distinga y caracterice, y así expresaron
unísonamente que el Perú sufre una “profunda
crisis de valores que se va extendiendo”.
Para lo cual asumieron promover cuatro esfuerzos necesarios
e indispensables, para los que convocan “a
todos los peruanos”: (1) Defender la vida desde la concepción, (2) Preservar
la Libertad Religiosa, (3) Promover el Matrimonio entre varón y mujer, así como
la Familia, (4) Sostener la adecuada educación integral, y respetar al derecho
de los padres sobre la educación de sus hijos.
Tal como lo advirtieron los Obispos junto al Papa
Benedicto XVI, en el numeral 74 del documento de Aparecida (Brasil), con
ocasión de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana, hay un “acelerado avance de diversas formas de
regresión autoritaria por vía democrática (…) Una democracia sin valores (…) se
vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo”
Que la crisis de valores es grave, es una verdad inocultable.
Ahí está, patente ante nuestra mirada, la común conducta de políticos, jueces y
fiscales, policías y de muchos que ejercen autoridad. Como también desertan de
los valores un sinnúmero de líderes socio-político-culturales: Periodistas,
maestros universitarios y escolares, padres de familia.
De las cuatro propuestas a las que nos convocan las
jerarquías religiosas más representativas del Perú, puede deducirse la gravedad
del mal moral que padecemos: es gravísimo.
Tres
de las propuestas están destinadas a apuntalar a la persona humana individualmente:
Defender a la persona para que pueda nacer y vivir, respetarle su derecho a
creer en Dios y a poder obrar consecuentemente con su fe, y ser vigilantes para
que los niños y jóvenes que reciban una educación integral.
La
cuarta propuesta se destina a apuntalar a la persona humana socialmente. Ya que
se están produciendo graves amenazas que trastocan la noción de lo que es y
debe ser una pareja matrimonial –respecto de la cual hay circunstancias que
exigen aclarar lo que es de Perogrullo, pero tan mal estamos que no debe descuidar
hacerse la aclaración–: Por pareja matrimonial sólo debe entenderse la relación
que conciertan un varón y una mujer, y además, va ligado con la preservación
del matrimonio la defensa de la familia –la célula básica de la sociedad–.
Asediados nos encontramos, en lo personal y en lo social.
Una grave revolución trastornadora estamos padeciendo: ¡Perú, levántate!
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 25 de julio de 2014, pág. 6
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