Ollanta
y sus reminiscencias velasquistas
Sergio
Tapia T.
La promoción que egresa el 2014 de la escuela de
oficiales de nuestro Ejército, desatinadamente se apadrina por “Juan Velasco Alvarado”.
Hugo Chávez reiteradamente declaró su opción por el
velasquismo. Con la marca “velasquista”
Ollanta ingresó a la política activa. Aunque, tras los resultados negativos
como “golpista del frustrado cuartelazo
de Locumba” y como candidato presidencial, atemperó su predisposición y
tornándose pragmatista, se propuso competir la segunda vuelta electoral del
2011, en “componenda” con un bando de
intereses contrapuestos (los liberales vargas-llosistas), cuyo quehacer
político se reduce a sabotear de toda candidatura fujimorista, y criticar el
aprismo que personifica Alan García.
En
este contexto, ya hemos pasado tres años y medio del gobierno de Ollanta Humala,
y una promoción que guiará institucionalmente nuestro Ejército dentro de 30
años, se denomina “Juan Velasco Alvarado”.
Aquí
no hay espontaneidad en la iniciativa de esos jóvenes veinteañeros. Porque,
nuestro Ejército, no es tolerante de afloramientos espontáneos. Es verticalmente
jerarquizado, todo subordinado a su comandante general. Quien depende política
y administrativamente del Ministro de Defensa, y militarmente del presidente de
la república.
El fruto del humalismo en nuestro Ejército se materializa
en una reminiscencia a Juan Velasco Alvarado. Un general que instauró una
dictadura que en lo económico no respetó la propiedad privada; en lo ideológico
cultivó cuadros marxistas en la estructura socio-política; en la educación
lastimó nuestros más caros valores cívico-patrióticos con una reforma inspirada
en el idealismo irresponsable del socialismo, y en lo político estatizó, fomentando
la burocracia “caviar” y gran
corrupción.
Velasco fue desautorizado por su propio Ejército, que lo relevó
de la presidencia y desmontó la impregnación roja que había adquirido el Perú.
El servilismo sobón, toca extremos: Hay responsabilidad del
ministro liberal y del comando institucional.
Publicado en el diario “la
Razón”, Lima, viernes 26 de diciembre de 2014, pág. 6
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