Estado
laico
Sergio
Tapia T.
Para el 2015 hay expectativa de debates trascendentales.
De las decisiones que se adopten dependerá la caracterización de nuestra sociedad:
¿Será o no comprensiva de la realidad de la que los derechos fundamentales fluyen
y se afincan?
Uno,
prioritario, es la rectificación vía derogatoria de ese protocolo para regular el
“aborto terapéutico”, desatino de la
exministra de Salud y economista Midora de Habich, con la corresponsabilidad por
tan anacrónica e impopular decisión del presidente Ollanta Humala y su cónyuge,
quienes en campaña electoral se autodefinieron “familia tradicional”.
En comisiones del Congreso está por debatir la propuesta
Bruce, que es un fraude denominativo. Porque presentada como la “Unión No Matrimonial para Personas del
Mismo Sexo”, su texto se reduce a plagiar artículos del Código Civil que
regulan, precisamente, el matrimonio entre personas de diferente sexo. Por lo
que constituye el matrimonio entre homosexuales y entre lesbianas.
En el pleno del Congreso está el proyecto del nuevo
Código de Niños y Adolescentes. Uno de sus artículos, que goza del favor de la
presidencia, es el permisivo de la distribución de anticonceptivos a las niñas
y las jóvenes, con expresa omisión de la participación de los padres de familia
¿Qué país deseamos a largo plazo, cosificando la mujer desde adolescente?
Hay, también, a nivel de comisión del Congreso, un
proyecto para reducir los requisitos para celebrar el matrimonio civil. Su
efecto es desmonta el carácter formal que hace del matrimonio una institución
jurídica sólida. Lo que promoverá su disolución.
Sus promotores en abono de esas iniciativas, argumentan que
el Estado es Laico. Para rechazar, censurando a priori, toda idea contraria a
sus intenciones..
Pero, según nuestra Constitución, el Estado reconoce la
libertad de religión y el ejercicio público de cualquier religión, como derechos
fundamentales de la persona. Así como reconoce a la Iglesia Católica haber
modelado nuestra identidad nacional, prestándole su colaboración. Además de procurar
otras formas de colaboración con las demás religiones. Y, para ejercer cargos
públicos, previamente se exige jurar ante la Biblia y el crucifijo: ¿Es el Perú
un Estado Laico?
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 2 de enero de 2015, pág. 6
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