SERENAZGO SAN ISIDRO
SERGIO TAPIA T.
El lunes fui testigo de cómo se
paraliza el tránsito en Javier Prado, porque los del Serenazgo, en una
camioneta oficial, hacían tratativas de compras con una vendedora ambulante. Trastocaron
la fluidez e incurrieron en falta al código de tránsito. Teníamos que esperarlos.
Demoraron. Hicieron mal uso de bienes del Estado durante sus horas de
patrullaje. Nada les pasó.
El miércoles, elementos del mismo Serenazgo
de San Isidro, molieron a palos a un ciudadano, por protestar en defensa de mujeres
agredidas porque sirven desayunos en la calle, frente a la estación del
Metropolitano de Javier Prado. Un servicio de gente humilde, para consumo de ciudadanos
sencillos, que trabajan en el distrito.
Por estos hechos, filmados, es insuficiente
por cobarde el comunicado de la Municipalidad. La gravedad de los sucesos
impone dar la cara. Ofrecer satisfacciones. Pedir perdón. Asumir los gastos de curación
y recuperación de todos los agredidos y de sus patrimonios violentados.
La Municipalidad de San Isidro, no
debe reprimir, sino acondicionar puntos de expendio de comidas populares, en aquellas
zonas saturadas por oficinas. Y, debe reorganizar su Serenazgo.
A San Isidro no sólo llegan gerentes de
oficinas trasladados por sus choferes. No sólo arriban secretarias ejecutivas
conduciendo sus vehículos. También ingresan muchos trabajadores sencillos
(empleados de oficina, de limpieza, de guardianía, etc.). Llegan en el
Metropolitano o en microbuses, de todos los puntos geográficos populares,
distantes del distinguido distrito financiero-residencial.
Los trabajadores humildes madrugan, deben
hacer dos o tres conexiones de microbuses y metropolitanos. Caminan desde sus
sencillas viviendas hasta los paraderos y desde éstos hacia sus centros de trabajo.
Y, necesitan desayunar, al alcance de sus bolsillos. Su primer alimento del día
es suministrado por quienes venden desayunos callejeros: ¿Es un delito? No. ¿Desarregla
el ornato del distrito? Tal vez, en las actuales condiciones. Por lo que la autoridad
municipal debe acondicionar lugares apropiados para el expendio de comidas
populares, en el distrito. No es gracia, es deber.
En el diario “La Razón”, Lima, viernes 20 de noviembre de 2015, pág. 6
Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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