La ilegitimidad política de PPK
Sergio Tapia
El más grave problema
político-jurídico de gobiernos y regímenes es el de su legitimidad. La legitimidad
puede ser de origen o de ejercicio.
La legitimidad de origen mira el cumplimiento de la
formalidad en la sucesión de los gobiernos. Y, en esta perspectiva, la
presidencia de PPK no ha sido cuestionada, aun cuando sus opositores hacen
mayoría en el Congreso.
La legitimidad de ejercicio, es más importante, porque observa
cómo se gobierna, qué fin o propósito tiene en miras la autoridad política. La
legitimidad de ejercicio es de mayor importancia que la de origen, porque es la
dimensión que pone en juego el fin de la sociedad y del estado, así como el
bien común. Ponderar la legitimidad de ejercicio de PPK, en su primer semestre
de presidente, lamentablemente no da resultados positivos.
Para explicarse qué ha venido sucediendo durante el primer
semestre gubernamental de PPK, es necesario discernir como una causa remota su inclinación
a las izquierdas, una vez obtenido los resultados favorables en la primera
vuelta. No ha de olvidarse que PPK expresó al periodismo, el 11 de abril, su
deseo de visitar en la cárcel al dirigente marxista Gregorio Santos, ese
obstruyó una importante mega-inversión en minería en Cajamarca y que permanecía
preso por corrupción como presidente regional. Al instalar su gobierno, PPK ha
sido permisivo a las influencias de las izquierdas que regentan importantes
ministerios.
Hay ausencia de legitimidad en las decisiones adoptadas por
PPK y su consejo de ministros, porque ha legislado injustamente (y ha decidido
ilegítimamente medidas de gestión ministerial) en materia de vida humana,
noción de persona, fortalecimiento de la familia y promoción del matrimonio
verdadero. Es un profundo error político de PPK en el ejercicio de su gobierno.
Frente al gobierno que se ilegítima por la medidas que
adopta, se justifica la resistencia ciudadana. La Constitución denomina “insurgir”,
lo que en castellano se dice sublevarse. Hay diversos grados de resistencia,
exigir la derogación de los decretos y no acatar su cumplimiento, son las dos
primeras expresiones de la resistencia. El primer grado de la resistencia
ciudadana ya viene sucediendo, desde hace tres semanas, en Lima y provincias, mediante
plantones, marchas, actos de oración públicos, exhibición de banderolas en
puentes urbanos, etc.
El Congreso atento a la voz del pueblo ofendido, debe de
intervenir y dejar sin efecto los decretos que imponen la visión de la
ideología de género en el orden individual y social. El Congreso debe
intervenir con prisa y sin pausa, frente a los decretos legislativos perversos
Salvaguardar el orden político-social del Perú es una
exigencia ineludible de la representación popular mayoritaria que ostenta este
Congreso de la República.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 13 de enero de 2017, pág. 6
Blog (colección artículos publicados en
La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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