Claves del desgobierno PPKainita
Sergio Tapia
Hubo esperanza por parte de una
porción del electorado, que estimó como un acierto la elección presidencial de Pedro
Pablo Kuczynski (PPK), economista curtido en la gestión pública y en la
política. Él, que no desperdició un solo decenio de los últimos 60 años, para
ejercer cargos públicos relevantes, alternando con actividades empresariales y
bancarias que le permitían incrementar el grado de influencia social y
política.
Aquel ánimo de una parte del electorado,
debido a un economista-presidente, era cuando menos la mejora de la economía
nacional. Y, tal esperanza fue estimulada porque PPK se rodeó de ex-ministros
de economía para cogobernar: La vicepresidenta y el presidente del Consejo de Ministros.
Pero, los electos y los nombrados han sido estériles e
infructíferos. La economía va cada vez más congelada, disminuyen las plazas
laborales, no se remozan las inversiones, el Estado no emprende obra pública
significativa, hay desazón en los círculos financiero-empresariales.
Políticamente el régimen carece de partido
y de cuadros para gobernar. En la frondosa estructura del Estado aún siguen los
altos funcionarios del sustituido gobierno de Ollanta Humala. En cuando a los ministros,
los de mayor poder son caviares, que responden al socialismo variopinto. Todos
muy duchos en poner en práctica su propia agenda, roja o rosa, desde cargos
públicos de un gobierno que sienten que es ajeno a lo suyo, pero mediante el
que pueden plasmar sus preferencias y pretensiones.
El intervencionismo caviar explica el terremoto social y
moral generado por el ideologizado Currículo Nacional de Educación Básica. Que
ha costado la censura parlamentaria de un Ministro de Educación, en los
primeros cinco meses de gobierno. Sin embargo, la insistencia pertinaz de los
caviares, hace de PPK un presidente obstinado en designar más de lo mismo,
nombrando como ministra de reemplazo, a quien es miembro leal y de la confianza
ideológica del censurado ministro Saavedra.
Pero, desde ayer, los días de la
Ministra Martens ya empezaron en cuenta regresiva. Cometió el gravísimo error
de modificar el revolucionario Currículum Nacional, introduciendo siete
definiciones en el glosario terminológico, mediante el cual revela sus intenciones
ideológicas, que durante los tres meses transcurridos de su gestión, supo
mantener ocultas, recurriendo a declaraciones tenazmente ambiguas.
Con las enmiendas de ayer, ya sabemos hacia dónde nos quieren
llevar con la “educación sexual integral (ESI)”, el “género”, la “identidad”, la
“igualdad de género”, la “orientación sexual”, el “sexo” y la “sexualidad”. La Ministra
Martens ha contribuido a exacerbar la discusión doctrinal y facilita su
expulsión política.
PPK ha dilapidado el consenso ciudadano favorable que tuvo
por resultados electorales, que por su naturaleza son efímeros. Pero, gracias a
su torpe manejo gubernamental de los primeros meses, se ha producido un
deterioro más acelerado. PPK ha mal gastado, estafado, malversado y
desaparecido su capital político. Quien se acuesta con caviares, amanece muy
enlodado en sus agendas socialistas y totalitarias.
Pero, estimo que aún hay luz en el túnel, porque faltan más
de 4 años de gobierno, porque la sana y sincera rectificación daría oxígeno al
cadavérico gobierno de PPK, que requiere sustituir todo el gabinete
ministerial, y no demorar más la designación de cuadros gubernamentales leales
con la Nación y eficaces en la república.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 10 de marzo de 2017, p. 6
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