Anti-minería e ideología de los DDHH en la OEA
Sergio Tapia
La realidad de los derechos que
surgen de la naturaleza de la persona humana, es innegable. Sin embargo, bajo
la cobertura de los DDHH se encubre una distorsión grave, provenientes de la
ideología de los socialismos marxistas, la que hace un daño inmenso a las
personas y a la sociedad. A la Familia que es el fundamento social; a las
sociedades intermedias, como la empresa o centro de trabajo (lugar donde
invertimos las horas más lúcidas de nuestra vida diaria), y a la sociedad en su
conjunto (la Sociedad Política).
Hay, pues, visiones sesgadas de los
derechos humanos, que no provienen del error individual, ni carecen de malicia.
Son tremendas deformaciones ideológicas, con aparatos de poder, con técnicas
probadas de manipulación propagandística y de movilización de masas. Lubricadas
con fuertes financiaciones de origen oscuro o de fundaciones desviacionistas.
La desviación marxista de los legítimos derechos humanos: El
“comunismo” (con esta palabra Carlos Marx le confirió identidad a su movimiento:
el término no es insulto), concibe que el hombre está alienado, sufre “trastornos
de la personalidad”. Este es un elemento clave de la ideologización marxista -a
su militancia y a la población ingenua que puede manipular-. Así los transformará
en acérrimos y mortales enemigos de las causas que el marxismo señala para cada
alienación. Para el marxismo la alienación es una “dependencia”, de unos con
respecto a otros. Pero, no distingue dependencias naturales, legítimas y necesarias
(como las de los hijos con los padres, por ejemplo); de otras dependencias que son
moralmente ilegítimas o ilegales (como la esclavitud, la disciplina como
relación social, la existencia del Estado, la creencia religiosa –el marxismo
señala que la religión es el opio del pueblo, lo que transforma ideológicamente
a sus seguidores y contagiados en ateos militantes).
Para el marxismo toda dependencia es injusta, y convoca
asumir y emprender todas las formas de lucha (moralmente legítimas e
ilegítimas; legales e ilegales; en la paz con actividad revolucionaria y en la
guerra internacional o subversiva interna).
Me referiré a dos alienaciones, entre varias que el marxismo
señala; porque tocan la sensibilidad ciudadana en nuestro tiempo. La alienación
“económica” que para el marxismo se origina por la existencia de la propiedad
privada. La empresa, para el comunismo, debe ser desnaturalizada y destruida, lo
hizo hace algunos decenios, por dentro, con el sindicalismo revolucionario; hoy
lo hace por fuera con la dialéctica de las poblaciones circundantes a las zonas
de operaciones de las empresas extractivas, por ejemplo. Es el horizonte del
crecimiento de los ONGs derecho humanistas revolucionarios; porque la cantera
de los DDHH contra los militares se les ha agotado. Y, evitan judicializar
casos de innegables violaciones a los DDHH por los gobernantes de los dos
últimos decenios, con los que guardan identidad ideológica socialista.
También, el marxismo propende que hay alienaciones, por la
existencia de clases socio-económicas y socio-culturales. Aquí se inscribe la
campaña contra la familia que es compromiso comunista desde sus orígenes (uno
de los libros de Engels es “El origen de
la familia, la propiedad privada y el Estado”, el mejor testimonio de la equivocadísima
visión ideológica del marxismo). A esa secular campaña contra la familia, se
unen algunas formas de lucha del denominado movimiento “feminista”, actualmente
casi exclusivamente captado y manipulado por los comunistas. Quienes han originado
el planteamiento del “género”, que enfrenta dialécticamente a la mujer contra
el hombre, pretendiendo sustituir la concepción científica antropo-biológica
del sexo, por la “ideología del género”, por ser un planteamiento anti-científico.
Contra lo que hay fuerte protesta pluri-confesional, por las asociaciones
de PPFF y por ciudadanos alertas y preocupados. Quienes rechazan la imposición totalitaria
haciendo uso de poderes inconstitucionales por parte del Estado.
Desde este año empezó a ser distribuido por los ONGs rectores
de la praxis marxista de los DDHH, la publicación: “Pueblo indígenas, comunidades afrodescendientes y recursos naturales:
Protección de derechos humanos en el contexto de actividades de extracción,
explotación y desarrollo”. Que prioriza la fecha de aprobación del texto,
el 31 de diciembre de 2015, y no de su impresión. Se presenta como documento
oficial y de exclusiva responsabilidad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en
Washington.
Es sabido que los órganos de protección de los derechos
humanos de la OEA, sufren un evolutivo cáncer de penetración marxista, que les
afecta credibilidad académica y doctrinal, independencia y legitimidad frente a
la soberanía de los Estados, porque promueven con sesgo la protección de
demandas sociales ligadas siempre a los intereses de los movimientos revolucionarios.
Lo que nuestras Cancillerías deberían enfrentar y dar solución, para intentar
el rescate de la legitimidad interamericana de los DDHH.
Ese libro es el compendio del accionar de la subversión de la
minería, con el apoyo de los DDHH por la OEA, y con especial énfasis al caso
peruano. El Estado y las empresas, ya han sido notificados por tal documento.
El pueblo peruano es quién pagaría las consecuencias de atraso social y
económico: Guerra avisada no mata gente.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes, 17 de marzo de 2017, pág. 6
Blog (colección artículos publicados en
La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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