Declaración Parlamentaria Americana
Sergio Tapia
Muchas son las insatisfacciones que
ha dejado el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, desde hace 25 años
controlado por socialistas de pensamiento único y totalitario, reciclados del
comunismo y los consabidos caviares, es decir, aquellos que abrazando el modelo
económico demo-liberal, persisten en el marxismo cultural bajo el estilo de
Gramsci.
Desde esta columna, hemos denunciado diversas maniobras del
socialismo, encaramado bajo los derechos humanos, persiguiendo militares porque
derrotaron a las guerrillas o al terrorismo en sus respectivos países;
destruyendo aberrantemente el matrimonio y la familia; contrariando la biología
que es estudiosa de la vida, proponiendo la ideología de la muerte abortista
del ser humano en sus primeras etapas de embrionaria y fetal.
Para tales efectos, los socialistas
que manipulan los derechos humanos, han cambiado la letra y el sentido de los
pactos internacionales, a través de sus informes, resoluciones y sentencias.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) con
sede en San José (Costa Rica), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) con sede en Washington (EEUU), en manos muy ajenas que deshonran los
derechos humanos auténticos, han pretendido erigirse en poderes
supranacionales, por encima de los Poderes Estatales de los Estados Americanos.
Ha sido reconfortante y esperanzador que casi 700
parlamentarios venidos en representación de sus partidos, movimientos y
estructuras políticas de sus Naciones, se reunieran en México, y suscribieran
la Declaración Americana sobre la Independencia y Autodeterminación de los
Pueblos en Asuntos Relacionados a la Vida, la Familia y la Libertad Religiosa.
Este es un hito histórico, pues, el poder supranacional de
las izquierdas encaramadas bajo la etiqueta de los derechos humanos, empezarán
a declinar, y prontamente desaparecer. Para que los organismos internacionales
encuentren su destino y finalidad, en manos probas, como en un principio
estuvieron, en sus etapas fundacionales.
La semana empezó con ese Congreso Hemisférico de
Parlamentarios, en el cual estuvimos muy bien representados por el congresista
de Ucayali, el Vicealmirante AP Carlos Tubino.
Pero, la semana culminó con la Asamblea General de la OEA,
que terminó doblándole el presupuesto a la Corte IDH y a la CIDH, para que
sigan haciendo de las suyas, los infiltrados encaramados bajo el digno nombre
de los derechos humanos.
La acción parlamentaria es muy necesaria, pero debe ir
acompañada por una rectificación de la política internacional, concertada por
todas las cancillerías de las Américas, para cerrar pronto el infame capítulo
de la incursión socialista en los derechos humanos americanos.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 23 de junio de 2017, pág. 6
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