La Cumbre presidencial intrascendente
SERGIO TAPIA T.
Suena contradictorio que
algo denominado “cumbre” (o sea, lo máximo); haya devenido en intrascendente, porque
carece de la importancia debida. Es un tema para reflexión, por qué va de menos
en menos, que una reunión de todos nuestros jefes de gobiernos de las Américas,
no constituyan foco de la atención ciudadana.
El documento suscrito por
los representantes de los Estados partícipes, el “Compromiso de Lima” del 14 de
abril, adolece de gran y grave omisión: No hay pedido de perdón a los pueblos
de las Américas por la corrupción de los funcionarios de los Estados, que los
reunidos representaban.
Además, el documento,
introduce temas ajenos al objeto de la reunión, como lo es la ideología de
género, que es puesto como valor transversal de toda la lucha contra la
corrupción. Como si la corrupción moral que de esa ideología emana, fuera
antídoto contra la corrupción en sus diversas expresiones que de ella se
deducen.
Hubo una sombra de esa
ideología de género desde los prolegómenos de la reunión. El símbolo, un mapa continental,
era multicolor, a semejanza de la bandera que patrocinan los grupos LGTB (y
demás letras). Se impusieron los “baños neutros” en la oficina estatal de
distribución de las credenciales para los asistentes de la reunión, y en el hotel
donde se reunieron para las deliberaciones previas. Que se haya decidido esto
es un desatino, precisamente, en una reunión presidencial en la que no hay
ninguna presidenta mujer en América Latina, por lo que la aplicación de los
baños de Popolizio (nuestro canciller), significó una insinuación a favor de lo
LGTBita, más que de igualdades feministas.
La OEA ha creado una
Secretaría Permanente, con el objeto de organizar de tiempo en tiempo estas
“cumbres presidenciales”. Lo que implica todo lo que conlleva una oficina
pública internacional, presupuestariamente hablando: remuneraciones de
funcionarios, sueldos de empleados, gastos de mantenimiento de oficina,
atenciones sociales, viajes y viáticos en hoteles de primera. El dinero que lo
solventa sale de las cuotas de los Estados, que a su vez responden a los
impuestos que pagan los pueblos de América.
Algo anda mal en los
formatos, que desorganizan los encuentros. Hay una innegable distancia entre
los pedidos de la sociedad civil y la adopción de las decisiones
presidenciales. Porque las reuniones ciudadanas de aportes y contribuciones para
perfeccionar la visión de las realidades sociales, son realizadas en vísperas
de las reuniones presidenciales, lo que les hace perder eficacia, por falta de
tiempo para trabajar su incorporación a los textos presidenciales que se
suscriben.
Lo que sí fue acertado
por parte del Perú, fue la defenestración de PPK como presidente, pues, su
conducta que provocó su renuncia frente a la opción de la declaración de
vacancia, desentonaba con el tema de la reunión presidencial: la lucha contra
la corrupción.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 20 de abril de 2018,
Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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