A la Antártida con la Marina
SERGIO TAPIA T.
La
Antártida o la Antártica es considerado continente desde el siglo IV antes de
Cristo, como se verifica en Aristóteles mediante su “Meteorológicos”, obra de
geofísica que motivó el interés de Santo Tomás de Aquino para comentarla en
texto propio, en el siglo XIII de la Cristiandad (antes del descubrimiento de
América en el siglo XV).
En
la Antártida se ubica el Polo Sur. Su nombre deriva del griego, indicando el
lugar de la tierra opuesto (“an”) al
Ártico o Polo Norte. Este antecedente remoto de su existencia, influyó en los
cartógrafos para considerarlo en los mapas de navegación, muchos siglos antes
de su descubrimiento y exploración. Aunque es el último lugar de la tierra en
el que el hombre se ha hecho presente.
Hace
30 años, en 1988, llegó la primera expedición peruana a bordo del buque de
investigación científica “Humboldt”, operado por el IMARPE con tripulación de
marinos de guerra. Por supuesto que sobran motivos para rememorarlo, de ahí que
nuestra Marina de Guerra del Perú exhibe hasta el próximo 25 de mayo la muestra
fotográfica “El Perú en la Antártida: 30 años después” (en la Sala de Arte
Moderno de Larcomar), que no puede dejar de espectarse.
El
Perú es antártico por historia, por clima y por biología, y nuestra institución
naval, sabe apreciarlo y difundirlo.
Para
quienes desdibujan al Perú idealizándolo miopemente al negar su mestizaje de
continuidad histórica entre lo Inca y lo Hispano, y creen que hay un salto
histórico-cultural desde el asesinato de Huáscar el legítimo Inca, por el
invasor Atahualpa que nunca llegó a ser coronado Inca en el Cuzco. Esta
corriente indigenista brinca del 1533 al 1820. Porque quiere desconocer el
ingrediente de la peruanidad asentado durante los 300 años que se fraguó el
mestizaje cultural con los elementos hispánicos de nuestra cultura nacional. El
indigenismo anti-hispanista es equivocado por cercenar uno de los elementos
característicos de la peruanidad: el ingrediente religioso. Que se expresa en
los “santos peruanos” como la criolla Santa Rosa de Lima o el mulato San Martín
de Porres, así como en la participación popular en las procesiones del Señor de
los Milagros con origen en la comunidad angoleña del siglo XVII.
El
Perú es nación mestiza, con elementos pre-hispánicos y cristianos, y de ahí
recogemos los precedentes históricos que otorgan derechos antárticos al Perú de
hoy. Diversas expediciones marítimas partieron del Callao, como en 1567 (a los
32 años de la fundación de Lima) la primera expedición al Sur de Océano
Pacífico con intención de arribar a la “Tierra Desconocida del Sur”, bajo el
comando de Álvaro de Mendaña, aunque las exploraciones marítimas lo condujeron
a las islas Salomón, Guadalcanal y muchas otras. En 1600 (al concluir el Siglo
XVI), zarpó la Armada del Mar del Sur bajo el mando de Gabriel de Castilla, con
un fin punitivo contra piratas holandeses, arribando a las actuales islas
Shetland del Sur en la Antártida. En 1606 sale una armada al mando de Pedro
Fernández de Quiroz, para tomar posesión de todas las tierras hasta el Polo
Sur.
Estas expediciones
emprendidas desde el Nuevo Mundo hacia la Antártida tuvieron eco en la
Península europea, en los versos “Canto de Caliope” de Miguel de Cervantes, en
1615.
Consta también, en 1780,
por José Gabriel Condorcanqui al asumir como Tupac Amaru II el juramento como
“Rey del Perú, San Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares
del Sur”.
Tenemos, pues, mucha
historia que nos vincula con la Antártida, y que nuestra Marina de Guerra sabe
cómo preservarla diestramente. Porque, desde 1988 realiza expediciones anuales,
con el BIC “Humboldt” construido por la industria naval peruana (SIMA), y desde
este último verano de 2018 ha
reemplazado con la nave oceanográfica polar BAP “Carrasco”.
Así, con nuestro Poder
Marítimo aseguramos la presencia del Perú en la Antártida mediante la base
científica que en el 2013 fue visitada por el presidente del Perú, y
preservando las garantías jurídicas del tratado antártico del cual el Perú es
uno de los 28 Estados consultivos con derecho a veto.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 11 de mayo de 2018, p. 6
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