Hay Estado
y hay estados
SERGIO TAPIA T.
Con la Paz de Westfalia (octubre de 1648) se edificó un
orden internacional, basado en el Estado-Nación y la Soberanía estatal.
A partir del siglo XX presenciamos una mudanza progresiva
de la configuración del Estado y de la noción de Soberanía.
Al
término de la Primera Guerra Mundial se desinstaló en Europa la monarquía como
forma legítima de gobierno, iniciándose ensayos de un sistema democrático
bi-partidario. Paralelamente, la atención mundial no estuvo puesta en el
nacimiento del totalitarismo ruso a causa de la Revolución leninista y posterior
transformación en el expansionismo pan-ruso stalinista.
Y,
luego de la Segunda Guerra Mundial, el reparto del poder internacional fue entre
dos sistemas: el Liberalismo (Estados Unidos) y el Socialismo Marxista (el
imperio Ruso Marxista).
Pero,
hoy aparece un nuevo orden mundial, emergido de la pasajera experiencia de la
Liga de las Naciones post-primera guerra mundial, y del Sistema de las Naciones
Unidas de la post-segunda guerra mundial.
Hay
un “gobierno mundial” al cual los estados están sumidos. La expresión “aldea
global”, es una forma de expresarlo tal vez con la intención de no desagradar.
Estados
Unidos es “el Estado” que impuso su liderazgo mundial. Las dos guerras
mundiales del Siglo XX se resolvieron con la intervención norteamericana, y en todas las consecuencias -de ambas guerras mundiales- Estados
Unidos impuso su determinación bajo reglas de excepcionalidad para sí mismo.
A lo largo de los acontecimientos del Siglo XX y lo que va del siglo XXI,
una cosa es el Estado de los Estados Unidos, y otra cosa son los demás estados que
hay en este mundo.
La globalización es liderada por los Estados Unidos. El sistema
internacional marcha en función de los intereses de los Estados Unidos, o sin
rivalizar con ellos.
Estados Unidos ha legitimado para sí el Principio de Excepcionalidad,
porque ni sus ejércitos, ni sus políticos están sometidos a la justicia
universal, al derecho internacional de los derechos humanos, ni al derecho
internacional humanitario.
Sólo los demás estados, como el nuestro, penden de un inacabado listado
de tratados y compromisos internacionales. Sólo la soberanía de los demás estados,
como el nuestro, está sometida bajo un sinnúmero de tribunales, comisiones y
comités, que ejercen atribuciones y facultades “supranacionales” imponiendo la
opinión y el parecer político-ideológico de un minúsculo grupo de Socialistas
Marxistas, ahora denominados “caviares”.
Hay un Estado. Que hace la guerra, que tiene la prisión de Guantánamo,
que no firma tratados pero insta a que sean firmados por el resto de los
estados. Hay un Estado cuyos nacionales no son juzgados internacionalmente, pero
que sus nacionales sí pueden participar en el juzgamiento del resto de los
estados del mundo.
Hay, también, otros estados. En el resto de estados está el nuestro.
Publicado
en el Diario ”La Razón”, Lima, viernes 15 de agosto de 2014, pág. 6
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