No
me defiendas, compadre
SERGIO TAPIA T.
Hace tres semanas el diario “Perú21” anunció que uno de
sus habituales columnistas pasaría a desempeñarse como “Defensor del Lector”.
Vale
distinguir entre la iniciativa de querer asumir un mecanismo de autocontrol, y
la persona designada para ejercerlo.
La idea no es novedosa, algunos diarios de los Estados
Unidos, de Europa, e incluso de América Latina, ya la han adoptada. El
“Defensor del Lector” ya es una de las ocupaciones del periodista (a la par que
la de columnista, fotógrafo o dibujante humorístico).
“The
Washington Post” fue el primero en adoptarla. Aunque, luego de 43 años, decidió
innovar y en el 2013, re-denominó el cargo por el de “Representante del Lector”.
El
“Defensor del Lector” es quien debe de estar al servicio de las iniciativas y
comunicaciones de los lectores, sean quejas, críticas, rectificaciones, etc. El
cargo encarna la ética periodística.
Pero,
el acierto de crearlo en “Perú21” quedó neutralizado con el seleccionado para ejercerlo:
el sociólogo Carlos Basombrío, conocido activista revolucionario, que proviene
de las canteras del ONG “I.D.L.”, instrumento maledicente de nuestras FFAA en
la lucha contra el terrorismo revolucionario, y activo bufete de abogados
comprometidos en defender aquello que pongan en entredicho la legitimidad de la
respuesta antisubversiva del Estado peruano.
El
elegido no honra la imparcialidad que ha debido preservarse por los
responsables de “Perú21”.
Basombrío
lo demuestra en los dos artículos que ha escrito, desde que ejerce su función.
El 22 de marzo con el título “¿Homofóbicos o progays?”, y el 29 con el título “¿Medio
millón de personas?”. Basombrío intenta demoler a la Iglesia Católica (el credo
que más del 80% de los peruanos declara asumir como su religión, en los censos
de población), es decir un destacado sector de los lectores de ese diario.
La plausible
iniciativa de “Perú21”, se haya expuesta a la tergiversación y las irreverencias,
a causa de la lente ideológica que afecta la imparcialidad de su “Defensor del
Lector”.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 4 de abril de 2015, pág. 6
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