Colombia: ¡Ay de los vencidos!
Sergio Tapia
Administrar justicia es una
dimensión sustancial de la vida del ser humano en sociedad. Por lo que el
manoseo de los sistemas judiciales, atrae nuestra atención y nos pone en
guardia.
Hay un desenfreno por acumular poder, sin buenas intenciones.
El totalitarismo es un círculo vicioso, ambiciona el poder político, para
reducirlo a acumular riquezas; y, abre el apetito para fagocitarse el ejercicio
de administrar justicia. De esto sufren las tres formas clásicas de gobiernos
ilegítimos: la tiranía, la oligarquía y la demagogia (que transita por la
anarquía y concluye en la oclocracia).
Colombia comparte fronteras con nosotros; y, está sufriendo
la imposición descarada de un cambio en su sistema judicial, corrosivo de toda
virtud, y demoledoramente subversivo de todo orden objetivo. Se intenta implementar
la “justicia transicional”. Un invento de los ONGs que en los últimos 30 años
han distorsionado los derechos humanos desde los organismos públicos
internacionales. Por la que jueces especialmente seleccionados, en paralelo al
Poder Judicial, y de los cuales un tercio deberán ser extranjeros, revisarán
penalmente casos concluidos y casos aún no resueltos, para liberar a los
terroristas de las FARC y condenar a los militares y policías y civiles que los
combatieron.
Es la “justicia transicional” la etapa post-guerrillera que sella
con la impunidad a los comunistas, y al mismo tiempo sin equidad y violando
toda norma del derecho penal razonable, aplicará con rigor e inmisericordemente,
la sobre penalización contra los militares, policías y civiles; como a enemigo
vencido.
“¡Ay de los vencidos!”
Resonó en la Roma del siglo IV antes de Cristo. Frase lapidaria pronunciada por
el jefe de los galos, quien adulteró la balanza en la que se debía pesar el oro
acordado para aplacar la ira devastadora del conquistador ebrio de poderío
frente al rendido.
Pero, en Colombia, los comunistas no
ganaron la guerra. No fue como en Rusia o en China, como en Argelia o en Cuba,
como tras la segunda guerra mundial que se disolvieron los estados soberanos de
Europa Oriental.
No, en Colombia se luchó y el comunismo no venció a los
colombianos. Su sistema político se conserva, aunque putrefacto por el
narcotráfico que potencia el delito común. Y, Colombia no confirió a los
comunistas, plebiscitariamente, la condición de vencedores. Sin embargo,
mágicamente, los acuerdos redactados bajo asesoría cubana, han sido reconocidos
por el Congreso, y han admitido que las FARC tienen la condición de vencedores,
y a los que defendieron el Estado y a la Nación les darán el trato de vencidos.
Colombia ha de erguirse en este trance, y esquivar esta
inclinación a una justicia desdibujada, en la que militares y policías y
civiles patriotas, no es justo que ante los disfraces de las togas judiciales,
se les diga: “Ay de los vencidos”.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 10 de febrero de 2017, p. 6
Blog (colección artículos publicados en
La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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