La Ministra de Educación infringe la Constitución
Sergio Tapia
Prosiguen las expresiones de insatisfacción ciudadana por la
pretensión de la nueva Ministra de Educación de imponer el ideologizado enfoque
de género a la educación escolar, para niños (varones y mujeres) desde los 3
años de edad: con la finalidad de cultivarles inclinaciones favorables a
orientaciones de todo tipo con tal de negar la pacífica configuración de la
heterosexualidad humana, que es lo natural. Todo ensayo en contrario, significaría
la extinción de la estirpe.
La ciudadanía no acepta y rechaza el proyecto educativo del gobierno,
mediante plantones, marchas, “mesas de diálogo” casi a diario en la sede
ministerial de Educación, con ayunos y oraciones, entrevistas y debates.
La filosofía política clásica denominó a estas
manifestaciones ciudadanas la “resistencia contra la norma injusta”. Que, en
una primera etapa, se expresa de manera “pasiva” mediante actividades
destinadas a exigir la derogatoria de la norma injusta. De no ser escuchados los
reclamos, a los ciudadanos les asiste legítimamente el derecho de pasar a una
segunda etapa: la “resistencia contra la norma injusta”, que es la resistencia
“activa”, expresada en la actitud de negarse a acatar la orden injusta emanada
del gobernante imprudente.
En ese tránsito nos encontramos. Hay determinación en la
ciudadanía que rechaza el currículo escolar por bochornosamente inmoral, por científicamente
impresentable, por políticamente desacertado y por ser destructivo de la
persona humana.
A lo largo de este mes de febrero, todo indica que
continuarán las expresiones de la resistencia pasiva; per en marzo se dará
inicio a las clases escolares, y si la Ministra de Educación no deroga la norma
injusta que aprueba el nuevo currículo, la ciudadanía disconforme tiene el
derecho de manifestar su no acatamiento a la norma injusta: es un derecho
fundamental, nuestra Constitución lo denomina “derecho de insurgencia en
defensa del orden constitucional” (artículo 46).
El Congreso censuró al primer Ministro de Educación del
gobierno de PPK, porque entre otros fundamentos, el nuevo currículo subvierte
la noción de persona humana. Extraña que la actual Ministra, haya acentuado
imprudentemente la inestabilidad gubernamental, tratando de imponer la repudiada
reforma curricular, que afecta la moral y las buenas costumbres que son de
orden público, de naturaleza constitucional y legal.
La Ministra de Educación viola varios preceptos
constitucionales: Expone a indefensión a la persona y no respeta su dignidad
(art. 1°); viola el derecho a la identidad personal y cultural, así como
desprotege la pluralidad cultural de la Nación (art. 2°, numeral 19°); no está
reconociendo y no está garantizando la libertad de enseñanza, ni está
respetando los principios y los fines a los que tienen derecho de poseer las
instituciones educativas (art. 13°); no respeta la identidad del educando (art.
15°); asume funciones totalitarias, inconstitucionales, porque el Estado tiene
el deber de coordinar la política educativa y sólo puede formular lineamientos
generales de los planes de estudios (art. 16°).
El único argumento que repite la Ministra en lo que va de su
gestión, es que la ideología de género “no existe”. Pero, el debate no consiste
en si hay o no “ideología de género”, sino la introducción del “género” como
sustituto trastocador de la naturaleza sexual del ser humano. El “género”, sea
como ideología o como enfoque, es contrario a la ciencia y a las propiedades
del idioma. Tan desacertada Ministra de Educación, debería dejar de dañar al
gobierno de PPK, más de lo que ya está, y renunciar a la función política.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 3 de febrero de 2017, p. 6
Blog (colección artículos publicados en
La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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