Alertas en nuestra selva amazónica
Sergio Tapia
Se ha difundido mediante una
revista, gratuita, anexa a uno de los diarios de circulación nacional, la
existencia y operatividad de una “vigilancia indígena en el Perú” en zonas
amazónicas.
Vigilar es observar, personas o
cosas. Vigilancia es un servicio ordenado y dispuesto para vigilar. Estamos,
por su denominación, ante una organización de personas provistas con medios,
para levantar información, procesarla y aplicarla para determinados fines. Eso es
hacer inteligencia.
El objetivo de esta “vigilancia indígena” es hacer
prevalecer sus derechos en territorios y recursos naturales. Lo primero es una
cuestión de quien tiene el derecho de dominio o la concesión; lo segundo es
–constitucionalmente– propiedad del Estado.
Hacer dialéctica contra las decisiones del Estado en materia
de hidrocarburos, significa confrontar las actividades empresariales en gas y
petróleo. Sus consecuencias, la parálisis económico-productiva. Un objetivo que
obsesiona a los marxistas.
Quien lidera la propuesta es AIDESEP. Organización de triste
y luctuosa memoria, fue una de las promotoras de la masacre del “Baguazo” del 5
de junio de 2009: Asesinato y desaparición de 23 policías, muerte de 10 civiles
y 200 heridos entre agentes del orden y activistas. Ese fue el colofón de 55
días de bloqueo de la carretera Marginal de la Selva, que afectaba los
suministros vitales para 4 regiones: Amazonas, Cajamarca, San Martín y Loreto.
La masacre tuvo por excusa la aprobación de decretos legislativos
para el cumplimiento del Tratado de Libre Comercio con los EEUU, suscrito por
el gobierno de Toledo. El entonces congresista por la alianza electoral del PPC,
Guido Lombardi, en su Informe de Comisión Investigadora, responsabilizó
políticamente a Mercedes Araoz, la Ministra de Comercio Exterior, en ese
entonces vinculada al gobierno Aprista. Lombardi exigía acusarla constitucionalmente,
es decir, destituirla, inhabilitarla y denunciarla por delitos. Si la propuesta
hubiera prosperado, Mercedes Araoz no sería hoy ni vicepresidenta ni
congresista.
La atmósfera de la política cuando es desprovista de
convicciones doctrinales duraderas, y las organizaciones políticas se tornan en
partidos tan solo electoralistas, produce mutaciones imprevisibles. Así, el temible
acusador suavizó sus catilinarias contra la acusada, y hoy ambos comparten
escaños en el Congreso, por el mismo partido, el de PPK que nos gobierna hace
un año.
Con AIDESEP, también Mercedes Araoz
ha firmado la pipa de la paz. Los recibió la semana pasada, ofreciéndoles en
nombre del “Poder Ejecutivo” la solución de cuatro asuntos que los intereses
de la ONG demanda: Perdonar el pago de multas impuestas de más de 30 millones
de soles; administrar inmuebles estatales destinados al alojamiento transitorio
de indígenas y para residencia estudiantil de jóvenes becados (interesante
forma de hacer proselitismo con el apoyo estatal); creación de una marca
comercial indígena cuya patente no se aclaró de quien sería, e involucrar a
AIDESEP en la Administración Pública para la fijación de cuotas del gasto e
inversiones a favor del indígena (?).
AIDESEP se muestra como organización
vocera de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Se constituye como intérprete
y mediador de la “cosmovisión y/o estilo de vida” de los nativos, e imparte la “formación
con enfoque de género” en las organizaciones de vigilancia de Cusco,
Junín, Loreto y Ucayali.
En pocas palabras, hay una bomba de
tiempo sembrada en las estructuras familiares y educacionales influenciadas por
esta “vigilancia” con enfoque de ideología de género, expresión del
marxismo cultural, a través de ONGs harto conocidas por su quehacer violentista
y sus signos ideológicos.
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 21 de julio de 2017, p. 6
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