Gobernar es servir
Sergio Tapia
En toda realidad compleja es
necesario que uno de sus elementos cohesione a los demás, es un principio
filosófico desarrollado por Aristóteles, y como principio metafísico que es, se
aplica a toda realidad: física, química, botánica, zoológica, antropológica,
social, cultural, etc. En cuanto a la realidad política, que es radical y
exclusivamente humana, ese elemento cohesionador es la autoridad, es decir,
aquellas personas que perteneciendo a la comunidad política, como los demás
miembros, asumen una función de conducción y decisión.
En el ejercicio de la autoridad, las personas investidas de
poder político, se legitiman o ilegitiman. En la vieja monarquía electiva peninsular
ibérica, antes de la unificación monárquica del siglo XV, solían proclamar los
nobles electores en la coronación de reyes electos: Nosotros que cada uno somos
igual que tú, y que juntos somos más que tú, te hacemos rey; si lo haces bien
lo eres, y si no lo haces bien, no lo eres.
Hoy, los ciudadanos mediante el voto universal, libre e
igualitario, ejercemos elección directa para constituir el poder ejecutivo (una
fórmula de tres personas, para que nos gobiernen por cinco años) y para igual
número de años el poder legislativo de 130 congresistas. Por cuatro años elegimos
las fórmulas en los gobiernos locales (región, municipalidad provincial y
municipalidad distrital). Hay otra elección, no universal e indirecta, mediante
la representatividad de los colegios profesionales, para designar los miembros
del Consejo Nacional de la Magistratura, quienes a su vez nombran y destituyen
jueces y fiscales.
Los ministros, cuyo rol es tan destacado e importante, son
nombrados de común acuerdo por el presidente de la república y el presidente
del consejo de ministros.
La comunidad política del Perú es más antigua que la
fundación de nuestra República, y ha tenido configuraciones diversas. En la
etapa histórica pre-hispánico-cristiana, una de las expresiones de unidad en comunidad
política eficaz fue el imperio cuzqueño de los Incas. Luego, la configuración
hispánico-cristiana de nuestra nacionalidad, se expresó con el Virreinato del
Perú (edificado sobre la Gobernación de Nueva Castilla). Y, próximo a cumplir
200 años, la actual República del Perú, nuestra comunidad política.
En contraste al mapa europeo, nosotros hemos gozado de mayor
estabilidad, en cuanto a fronteras territoriales y sistemas políticos, y paz.
Pero, en lo que se refiere a calidad gubernativa, nuestro resultado es
azarosamente lamentable.
Los signos político-morales del tiempo que nos corresponde
testimoniar, a corto y mediano plazo, es decir, la duración prevista para el
gobierno de PPK, ni son aciagos, ni gozan de buen auspicio.
La dirigencia política padece de corrupción, en grado de lepra.
Éticamente mortal, y contagiosa en las generaciones del recambio. Casi a “todos”
los altera, los trastoca ética y socialmente. Y los transforma en cínicos.
A los peruanos de hoy se nos emplaza
con un gran reto, para una empresa trascendente: Hacer que sea verdad que seamos
firmemente felices en la unión (lema de nuestros albores republicanos).
Publicado en el diario “La Razón”,
Lima, viernes 28 de julio de 2017, p. 6
No hay comentarios:
Publicar un comentario