El
Frontón: Fotografía e ideología
SERGIO TAPIA T.
En junio de 1986, Alan García concluía su
primer año de gobierno, asediado por una despiadada ola de asesinatos, y una profunda
crisis económica estructural con inflación galopante. Ambas heredadas de
gobiernos anteriores, y de autoría de las izquierdas marxistas.
La crisis económica se incubó durante la
revolución socialista, expropiadora y estatista padecida de 1968 a 1975. Revolución
de la que la mayor parte de marxistas peruanos apoyaron y se beneficiaron.
Salvo, los cuadros marxistas-maoístas, que se preparaban para desatar la ola
terrorista.
El festín gubernamental de las izquierdas concluyó
gracias al relevo generacional en el Ejército, y por la influyente
re-orientación doctrinal proveniente de los cuadros institucionales de la
Marina de Guerra del Perú.
Al final del período (1975-1980) en que se
produce el repliegue de los militares de la política, aparecen los primeros
síntomas de la gran crisis económica de los ochenta. Tuvimos que pagar el
dispendio fiscal revolucionario de las izquierdas, de cuya responsabilidad han quedado
impunes, política y penalmente. Hasta ahora, las izquierdas se han favorecido
por cierta amnistía ante los desastres que suelen ocasionar al Erario Nacional,
cada vez que tienen acceso a los gobiernos nacional y municipales. Es una constante:
La otra responsabilidad política y penal de
las izquierdas es el asesinato en serie, desde 1980 hasta nuestros días, en el
VRAEM.
En 1983, gobernando Acción Popular en alianza
con el PPC, que tiene la responsabilidad sobre el manejo penitenciario desde
1980 a 1985, y de lo que no ha rendido cuentas tampoco, pues, favoreció las
intenciones terroristas de transformar las cárceles en “Trincheras de Combate”.
Eso fue El Frontón, un baluarte
pro-terrorista. En la isla se planificaban los atentados en el resto del país.
La autoridad no aplicaba el régimen penitenciario. La burocracia partidaria suscribía
actas reconociendo a los terroristas como “presos
políticos”. Los terroristas quedaron a cargo de sí mismos.
Con estas “libertades”,
los “presos por terrorismo” transformaron
las edificaciones para su uso para-militar. Quedó demostrado el 19 de junio de
1986, en el operativo de recuperación de la isla- penal.
Es día, para los terroristas es “El Día de la Heroicidad”. Para los del
PPC la ocasión de inculpar a Alan García. Para los ONGs hacer negocio con la “judicialización”, aunque hayan pasado 28
años.
Hoy, las izquierdas se reunirán en
Miraflores, en torno a una muestra fotográfica, que les suscitará dopaje ideológico.
Las fotos, recientemente tomadas en El Frontón, harán que las izquierdas perciban
constituirse en testigos de cómo quedaron las ruinas “después del operativo”.
Porque, las izquierdas ignorarán, con intención
perversa, la erosión de los 28 años transcurridos, las diversas remociones de
escombros que se han realizado, el uso de la Isla como campo de tiro y para
entrenamiento con explosivos por las FFAA, y hasta el “huaqueo” de quienes extraen material de construcción abandonado.
El resultado previsible: Algún fiscal “sensiblemente ideologizado” pedirá
juzgamiento y sentencia de militares, con la “prueba fotográfica”.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 3 de octubre de 2014, pág. 6
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