¿Caminamos
hacia el socialismo?
Sergio
Tapia T.
El socialismo, que es estatismo abusivo y corruptor, requiere de un
proceso para instalarse.
Hay indicadores que nos señalan la “ruta inicial hacia el
socialismo”. Verificar estos indicadores nos diagnosticará el avance del
cáncer socialista que nos asola.
Los primeros indicadores son la repartija populista de subsidios de
todo tipo y el incremento de la burocracia. Ambos tienen por finalidad el
clientelismo electoral. Cada beneficiado (por un subsidio, o por un empleo
público), debería generar cuatro votos favorables para la permanencia del
sistema.
El
control de los medios de comunicación es añoranza socialista insustituible, hay
una diversidad de estrategias para lograrlo.
La persecución injusta contra militares y policías que combatieron
victoriosamente la subversión terrorista de hace 30 años. Sirve para amedrentar
a las nuevas generaciones de los Institutos Armados.
La corrupción es el sicosocial recurrente, aplicado a opositores, a antiguos
aliados ya inservibles y a funcionarios de poca importancia.
El
apoyo a minorías auto-marginadas (homosexuales,
transexuales, bioeticistas confusos, etc.), sirve para promover campañas sobre presuntas
discriminaciones, que serán imputadas a quienes representen la conciencia lúcida
y la moral social, opuesta al socialismo.
La continua referencia al pasado político, desfigurado, recrea sicosocialmente
un enemigo inexistente, que justificará la instalación y permanencia del
socialismo.
El incremento de la delincuencia genera inseguridad, dificulta la vida
social y atomiza la sociedad. Debilita la resistencia al socialismo. La novedad
de los menores asesinos, inimputables, generará la renovación de los cuadros
guerrilleros y terroristas.
La excesiva burocratización desalienta la inversión privada. El control
para-estatal de las inversiones (la “licencia social”), terminará espantándolas.
Los desocupados serán objeto de la demagogia socialista.
El control universitario por el Poder Ejecutivo, restringirá la
libertad de pensamiento en la cátedra. La educación escolar estatal profundizará
en su crisis y mediocridad.
Aumento del narcotráfico. Colapso del sistema de salud. Quiebra del
sistema de pensiones.
Estos indicadores conducen al caos y a la ruina social, y agudizan la
anomia. Son las condiciones óptimas para consolidar el socialismo.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 6 de febrero de 2015, pág. 6
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