La
unidad del sistema jurídico
SERGIO TAPIA T.
El
Parlamento Nacional o Congreso de la República, es el poder el Estado cuya
atribución principal es dar las leyes que regirán las conductas de los
ciudadanos dentro del territorio de la República.
En
primer lugar, esto de las leyes que nos rigen se convierte en un problema, y el
modo como provienen los legisladores no forma parte de la solución, cuando ellos
–los congresistas– son elegidos cada cinco años (dentro de la normalidad
democrática, la que a veces padece interrupciones de diversa temporalidad).
Nuestros
congresistas son electos según el vaivén ideológico y los ritmos pendulares de
las orientaciones y preferencias de los múltiples electores.
A
ello, se suma, el signo ideológico que podrían tener las mayorías
parlamentarias, inestables en la continuidad. Inestabilidad que felizmente gozamos,
al no padecer el régimen totalitario del castrismo ni del chavismo, ni la moda
re-eleccionaria a la boliviana, argentina, brasilera, etc.
El
Congreso se ha abocado a discutir un nuevo Código Penal, pues, son tan
numerosos los pedidos para modificar el actual Código Penal, que se consideró
mejor hacer uno nuevo.
En
estas discusiones y planteamientos, se observa la necesidad de guardar
coherencia dentro del propio sistema jurídico nacional: La constitución
defiende la vida del concebido, el Código Civil legaliza los derechos del que
está por nacer. Por lo que no es propio que mediante el Código Penal se
trastoque la figura delictiva del aborto, que es la interrupción de la vida del
que está por nacer.
Aquí,
en este tema, los defensores cabales de la vida del ser humano juegan un rol
importante, frente a las posiciones feministas y socialistas.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 29 de mayo de 2015, pág. 6
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