Los cuatro del TC y El Frontón
Sergio Tapia
Hace un mes anunciamos a la
comunidad jurídica del país y a los ciudadanos que reclaman justicia de los
órganos del Estado peruano, desde el local del Poder Legislativo, que un grupo
de ciudadanos habían presentado una Denuncia Constitucional contra cuatro de
los siete miembros del Tribunal Constitucional (TC), por incumplimiento de la
Constitución y haber incurrido en delito de Prevaricato, al haber reabierto un
caso cerrado hacía cuatro años atrás, del cual ellos no habían sido los
sentenciadores sino los miembros de la anterior composición del TC. La denuncia
aguarda la decisión de la Sub-Comisión de Acusaciones Constitucionales para ser
admitida, pero ha dado oportunidad a que se emitan opiniones.
Algunos, que no serían “caviares” reconocidos, han
relacionado la denuncia constitucional presentada por los marinos injustamente
procesados por hechos ocurridos hace 31 años (el 19 de junio de 1986), hechos que
han sido sometidos a intensa tergiversación ideológica por el sistema de
agitación y propaganda izquierdista que impunemente zarandea a los peruanos; la
han relacionado decía, con el recientemente interpuesto habeas corpus a favor
del expresidente Alberto Fujimori, en el que se pide la nulidad del extremo de la
sentencia penal por secuestro agravado que lo condenó a 25 años de pena
privativa de la libertad, entre otros delitos que incluye también.
Este es un argumento falaz, de la más digna y repugnante
escuela antiética. Porque esconde una gran monstruosidad jurídica, que paradójicamente
hiere fatalmente lo más sensible de la administración de justicia en el Perú: No
importa que los magistrados del órgano encargado de velar por la
constitucionalidad en el Perú, sean jurídicamente promiscuos, en tanto ellos garanticen
para la venganza insaciable de las izquierdas, decisiones aún injustas contra
Fujimori.
El precio es muy alto para la República: Que no prospere la
denuncia constitucional contra la indignidad de la magistratura; que prosiga
impunemente re-sentenciando casos cerrados y todas las otras anomalías que los
otros tres magistrados del TC denuncian sistemáticamente en sus votos
singulares en diversas sentencias que desde hace tres años se vienen emitiendo en
dicho órgano del Estado, a causa de una dictadura antijurídica de “4 contra 3”.
Si justicia queremos en el Perú, empecemos por sustituir la del
tejido de magistrados y jueces que la corrompen mal usando el poder estatal
para satisfacer intereses ideológicos o apetitos de avaricia material.
Apostemos por la limpieza moral del TC, y de todos los
organismos estatales que administran justicia en el Perú: poder judicial,
ministerio público, jurado nacional de elecciones, consejo nacional de la
magistratura, etc.
Publicado en el diario La Razón,
Lima, viernes 26 de mayo de 2017, p. 6
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