Así empezó la Segunda Guerra Mundial
SERGIO TAPIA T.
El
1° de setiembre de 1939, un día como hoy, hace 78 años, las tropas de Alemania
bajo el régimen de gobierno del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (el Nazismo),
invadió el espacio territorial del Estado soberano de Polonia. Al mismo tiempo,
el territorio polaco fue invadido por el Ejército de la Unión Soviética (el
régimen comunista instalado desde 1917, que ya contaba con 22 años de
sangrienta dictadura).
Ambos invasores eran
primos hermanos ideológicos: los dos eran proyectos políticos socialistas. El
nazismo fue la propuesta socialista nacionalista, y el comunismo la propuesta
socialista internacionalista.
Desde sus orígenes ambos andaban
enfrentados, lo que es muy común entre socialistas. Pero, compartían una misma base
común de principios, los tres fundamentos que identifica Carlos Sacheri, en el
“Orden Natural”: una concepción pesimista de la libertad humana, una concepción
materialista del fin de la sociedad humana y una concepción estatista de la
economía.
En adición, cada una de las
dos ideologías sumaba principios singulares. El nazismo, la preponderancia de
la raza aria, el desprecio por las razas consideradas inferiores, la
discriminación de los seres humanos según algunas de sus condiciones
socio-culturales: contra los gitanos, contra la Iglesia Católica, etc. Y, su
cosmovisión anticristiana.
El comunismo, por su
parte, adicionaba el materialismo histórico y el materialismo dialéctico, construyendo
una concepción de específica raigambre anticristiana. Con su teoría de las
alienaciones el comunismo discrimina con maldad al ser humano. Con su
concepción del trabajo humano, unido pensamiento historicista, niego la esencia
y la dignidad humana.
En defensa de la pobre e
indefensa Polonia, invadida por dos crueles ideologías, surge Francia como Inglaterra.
Aunque, confusamente sólo declaran la guerra a Alemania, y hacen alianza con la
Unión Soviética (también invasora de Polonia). Y la confusión seguirá así,
hasta el final de la guerra, pues, la católica Polonia fue entregada bajo el
yugo comunista, en el reparto mundial del nuevo orden internacional, nacido de
las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.
Sólo
hubo juzgamiento por crímenes de guerra a los vencidos, Japón y Alemania, y a
los colaboradores del nazi-fascismo de otras naciones. Los mismos hechos, en
tanto cometidos por combatientes de Inglaterra, la Unión Soviética y EEUU,
fueron cubiertos por el manto de la impunidad: los campos de exterminio, las
violaciones masivas, la discriminación por razón de las ideas, los bombardeos
de ciudades civiles, la matanza de rendidos, etc.
La
división mundial entre dos bloques ideológicos, el liberalismo capitalista y el
capitalismo estatista, encarnados por los Estados triunfantes de la guerra, no
fue de coexistencia pacífica. La guerra moderna, subversiva, guerrillera,
terrorista, de baja intensidad y cuantos nombres más se ha dado a la guerra
limitada, sustituyó el conflicto clásico entre Estados.
En
1989 se derrumbó el sistema político-económico comunista, aparece el
capitalismo salvaje, y surgen los caviares en alianza con la izquierda liberal
y amoral. Creando nuevos frentes y renovadas luchas contra el orden natural y
la dignidad de la persona humana: el gramcismo por los comunistas reciclados,
con la ideología de género, el desarrollo sustentable como nuevo paradigma
ético internacionalista, la cultura de la muerte (aborto, eutanasia,
procreación artificial) y el poder globalista. Todo un nuevo orden mundial
digitado desde los centros del poder internacionalista.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 1 de setiembre de 2017,
p. 6
Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/
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