¡Cuidado con ejercer el poder!
SERGIO TAPIA T.
Todo lo que denigre la dignidad de la persona humana
constituye un ilegítimo ejercicio del poder. Asimismo, todo lo que atente
contra el bien común, que es el fin de la convivencia social entre las
personas, siendo elementos esenciales de ese bien común la paz y la seguridad
para el ejercicio pacífico de sus derechos por parte de los ciudadanos.
Modernamente es, a través
de la constitución escrita, que las naciones han recurrido a establecer los
límites del ejercicio del poder de los políticos. Así, nuestra Constitución en
el artículo 46° dispone que nadie debe obediencia a un gobierno usurpados, ni a
los que asumen funciones en violación a la Constitución y las leyes.
Aunque no hayamos tenido
elecciones, en el 2018, nos hallamos con una nueva persona investida del
mandato de Presidente de la República, desde el mes de marzo de 2018, el Ing.
Martín Vizcarra, con experiencia política en gobierno regional del sur.
El programa
político-cultural del Presidente Vizcarra sigue los lineamientos centrales del
Plan de Gobierno de los “pepekas”, y parecería ser la prioridad de mayor
envergadura, pues, la ideología de género ha ocupado mucha atención por parte
de su equipo ministerial.
No se sabe aún su línea ideológica
en lo económico, aquí anda un poco en piloto automático, y quizá un tanto a la
deriva. No se observan acciones de promoción económica. Los ministros cercanos
a las materias financieras y económico-productivas no se dejan oir.
En lo personal, el
Presidente Vizcarra ha emprendido un celoso activismo contra las autoridades de
organismos constitucionalmente autónomos.
Produjo la renuncia
masiva de los miembros titulares del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM),
encargados de designar jueces y fiscales, de ratificarlos y de sancionarlos.
Además, provocó la renuncia de sus miembros alternos o suplentes, con lo cual
nos hemos quedado con un Estado que no puede nombrar ni vacar fiscales ni
jueces. Cuyas consecuencias se harán sentir pronto.
Ha emprendido, ahora, la
denominada “reorganización” del Ministerio Público (MP). Según el proyecto de
ley que el Presidente ha presentado al Congreso, hay una variante en el método
aplicado al CNM, pues, en el caso del MP cesan todos los Fiscales Supremos
titulares y asumirían sus cargos los Fiscales Supremos adjuntos.
La medida propuesta para
aprobación del Congreso, es en realidad una extralimitación de las facultades
presidenciales, pues, la Constitución no le confiere reorganizar entidades
estatales más allá que las que conduce en el Poder Ejecutivo.
Horas oscuras invaden
nuestro escenario político, pues, estos desajustes en el Estado, motivamos por
odios, rencores, intereses y motivos ideológicos, Traen consigo empoderamientos
de personas y grupos, que traerán negativas consecuencias a la paz social, y
dañarán al bien común nacional. Lamentablemente.
Y, ni se diga sobre las
libertades ciudadanas que se ponen en riesgo y en peligro, como la libertad de
informar y de recibir información cierta y veraz (ojo, no sólo libertad
empresarial periodística para algunos). Y, la libertad de conciencia moral
religiosa, que también se arriesga xon las políticas impuestas por los
ministerios sociales.
El 2019 no se presenta al
inicio como un año de buen augurio, que prometa paz social y desarrollo en la
tranquilidad. Se asoman en el horizonte las sombras de luchas y conmociones dialécticas,
se dibuja un año impertinentemente previo al bicentenario republicano.
Es en realidad lo que
sigue al 2018, que fue un año perdido, no capitalizado, sin más frutos que una
tremenda crisis política que desnudó las más íntimas fibras éticas de muchas
personas públicas, de las que se pensaba tenían otra muy diferente estructura personal
virtuosa.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 4 de enero de 2019, p. 6
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