Referéndum: No, No, No y No ¿Por qué?
SERGIO TAPIA T.
Ninguna de las cuatro iniciativas
de modificación constitucional tendrá efectos positivos en la economía popular,
ninguna reactivará la producción nacional, ninguna morigerará la alta tasa de
corrupción estatal. Mucho menos descenderán los índices de criminalidad y de
inseguridad en las calles. Sin embargo, ante el silencio político de una
oposición cada vez más inerte y sin respuesta temprana y ni oportuna, el
referendo se impuso.
Las cuatro reformas han
sido seleccionadas, definidas e impulsadas por el Poder Ejecutivo. En el tema
de la financiación de los partidos, el Congreso hizo correcciones
indispensables, como la errónea pretensión de legalizar la presunción de la
culpabilidad; cuando lo consagrado es el principio de presunción de la
inocencia.
Pero, para el Ejecutivo, el
referéndum desde inicios del mes de octubre, lo percibe ya como su triunfo
particular contra los partidos conformantes del Congreso, a los que nada tiene
que agradecer, por considerarlo como botín de una victoria, política. Los
cortesanos del Ejecutivo se embriagaron rápido con el triunfo, y desdeñaron la
reforma de la bicameralidad del Congreso. Sin percatarse que al basurearla,
desarrollando la intensa campaña de predeterminación y condicionamiento del
voto ciudadano, para que se pronuncien por el NO a la bicameralidad del Parlamento. Lo que obtendrían es neutralizar
el referendo, o dejar estéril y sin sentido la tercera pregunta referida a la
no reelección de parlamentarios.
En el supuesto de que
triunfe el Si a la tercera pregunta,
quedará aprobada la reforma constitucional con un nuevo artículo que
literalmente dice: "Artículo
90-A.- Los parlamentarios no pueden ser reelegidos para un
nuevo periodo, de manera inmediata, en el mismo cargo".
Sin
embargo, de tener éxito el No que el
Gobierno impulsa para la cuarta pregunta sobre la bicamarelidad del Congreso,
éste ya no cambiará de nombre, ya no será el Parlamento Nacional; y sus
miembros ya no serán los “parlamentarios” sino que seguirán siendo los “congresistas”.
Por lo tanto, el referéndum no servirá para nada, pues no habrá prohibición
para reelegir a los congresistas, pues lo que estará prohibido será reelegir
“parlamentarios” que no existirán realmente.
La
estrategia gubernamental del Si para
la tercera pregunta y el No para la
cuarta; neutraliza al referendo en sus resultados.
De
otro lado, la propuesta del Ejecutivo en la primera pregunta, es antidemocrática
comparada al modo actual como se eligen a los miembros del Consejo Nacional de
la Magistratura (CNM): Por todos los vocales supremos (con la reforma
constitucional se reducirá sólo a lo que decida individualmente el presidente
de la Suprema), por todos los Fiscales Supremos (con la reforma sólo se
reducirá a lo individualmente decida el Fiscal de la Nación), todos los
rectores de las universidades estatales y las privadas (con la reforma se
reducirán sólo a las universidades con más de 50 años, y ¿por qué no a las que
han obtenido su “licenciamiento” por la SUNEDU ¿por qué la antigüedad califica
a las universidades para el ejercicio de esta atribución?). Y, así, lo
antidemocrático del sistema propuesto para modificar la Constitución es más
nítido, porque hasta ahora todos los abogados del país eligen a un miembro del
CNM, y todos colegios de las otras profesiones eligen a otro de los miembros; pero,
con la reforma, sólo lo harán individualmente el Defensor del Pueblo, el
Presidente del TC y el Contralor: ¿Por qué se reduce la participación
democrática? Esta pregunta recibirá un contundente NO.
Finalmente,
la segunda pregunta, sobre financiamiento estatal a los partidos, es un gasto
no requerido. No habrá más moralidad política partidaria si la plata viene del
Estado. Con la reforma se pierde la gratuidad para el acceso a los medios de
comunicación del Estado, y el Estado se compromete a pagar al sector privado
los espacios de publicidad partidarios. No es una acertada política pública presupuestaria,
ni es conveniente para un país con tantas prioridades sociales, y con tan exiguos
recursos fiscales. La segunda pregunta, merece un rotundo NO, y con mayúsculas.
Por
esto, y por mucho más, las 4 preguntas del referéndum se merecen 4 NO, este 9 de diciembre.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 7 de diciembre de 2018,
p. 6
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