Destrucción
del orden político
SERGIO TAPIA T.
La
persona humana es un ser eminentemente político.
Esto
no quiere decir que el ser humano nazca en un partido político, o que para
vivir requiera de la existencia de los partidos. Los partidos, en realidad, nada
esencial tienen que ver con este tema del orden político.
El
hombre es un ser político por ser capaz de vivir “organizadamente” con otros seres humanos. Y, esa capacidad de organizarse,
requiere de un ordenamiento que es plasmado por el mismo hombre.
Es
esa capacidad de ordenarse a sí mismo, en vida en común con muchas personas, es
el orden político.
Orden
que nace de la familia, y no del individuo. Porque, la familia es la célula básica
del orden socio-político.
A
partir del ordenamiento político de las familias, ese orden se bifurca en
dimensiones locales y regionales, hasta lograr la cima que es la sociedad
nacional o sociedad política, que es una sociedad de múltiples sociedades intermedias.
Intermedias entre la sociedad familiar y el Estado.
Uno
de los más fundamentales derechos políticos es el de “participación”. Que permite tomar parte, pasiva o activamente, en
la vida social y política.
Por eso,
preocupa la existencia de ese club de tiranos sudamericanos que se autodefinen del
“Socialismo del Siglo XXI”, porque son
enemigos de la participación política, una de cuyas expresiones es la libertad de
elegir. Se auto-reeligen con manipulación y deciden arbitrariamente lo que es
el Derecho desvinculándolo de la Justicia.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, jueves 20 de junio de 2013, pág. 8
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