Legitimidad de
gobierno y prensa libre
SERGIO
TAPIA T.
Los
gobiernos se rigen por dos fuentes de legitimidad: la legitimidad de origen y
la legitimidad de ejercicio.
La
legitimidad de origen corresponde al ámbito de las tradiciones e idiosincrasia
de los pueblos. Son los modos de seleccionar a los gobernantes. Cuya
importancia es indudable, por tener relación con los consensos de aceptación de
los gobernantes, y sus consecuencias para la paz política. Son materias comunes
de la legitimidad de origen la monarquía electiva y la hereditaria; la democracia-republicana,
con el sistema de elección directa de los gobernantes como en EEUU y
Latinoamérica (excepto Cuba, con 54 años de dictadura castro-comunista), o el sistema
de elección indirecta como en Europa (salvo Francia).
El
reverso es la legitimidad de ejercicio. Consiste en cumplir el objeto y fin del
gobernante de un pueblo, que es propender a la concreción del bien común
político, del bien común temporal.
Entre
ambas legitimidades, la más importante es la legitimidad de ejercicio. Porque si
el gobernante no propende el bien común político, perderá toda legitimidad para
seguir gobernando.
Las formas
legítimas de gobierno (monarquía, aristocracia y república), se deslegitiman
cuando sus gobernantes ejercen perversamente el poder político. Tal deslegitimación
da origen a tres formas ilegítimas de gobierno: Tiranía, Oligarquía y Demagogia-que-deriva-en-Oclocracia
(el gobierno de lo peor).
En
el modo de gobernar bien, evitando perversiones, hay que situar el problema de
la libertad de prensa. Lamentablemente por unas desacertadas declaraciones, el
presidente Ollanta Humala ha erosionado la legitimidad de su gobierno. Es que
no debió tomar partido en pro de los intereses del diario La República, contrapuestos
a los del diario El Comercio.
Toda
restricción a la libertad de prensa, suele encubrir intenciones represivas por
parte del gobernante. Es el preámbulo del abuso del poder. Es el tránsito dramático
que conduce a negar el resto de los derechos fundamentales, cuyo colofón es suprimir
la alternancia de los gobernantes libremente elegidos, esto es, el chavismo.
Observen
alrededor: las tiranías en Cuba y Venezuela, la deslegitimación de los
gobernantes de Bolivia y Argentina. Y, constaten que la perversión en el ejercicio
del poder, se inicia recortando la libertad de prensa.
No
es cuestión de amistad con la familia Miró Quesada, ni de estar de acuerdo con
las diversas líneas ideológicas que exhibe la trayectoria de El Comercio. En
este sentido, es erróneo el planteamiento del papá del presidente de la
república, para justificar la negación de la libertad de prensa.
Las
cosas por su nombre: Ha hecho mal nuestro gobernante, tomando partido por los
intereses del diario La República (ese que “siempre
miente y a veces dice la verdad” según Rafael Rey). Porque han puesto a su gobierno
en el difícil trance de la inestabilidad constitucional, al colisionar -al
menos- contra quince normas de la Constitución.
Publicado
en el diario “La Razón, Lima, viernes 10 de enero de 2014, pág. 6
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