¿Terrorismo
para el 2014?
SERGIO TAPIA T.
En la
mañana del pasado miércoles 18 de diciembre, se perpetró una simbólica
actividad terrorista, en el distrito de Aucará (Provincia de Lucanas,
Departamento de Ayacucho).
A
500 m., fuera del centro poblado, un número desconocido de delincuentes
subversivos, derribaron dos postes de alta tensión, y dejaron izadas banderas
rojas, con la hoz y el martillo amarillas. En el puente Ccoyca hicieron pintas,
con amenazas de muerte contra las autoridades, y descalificando al gobierno de
Humala.
En
la comisaría sólo había un agente, quien por no dejar el local policial sin custodia,
y por “no contar con movilidad” (¿y
el patrullero que dio noticia en el 2012 sobre el narcotráfico en la zona?), el
policía no se constituyó en el lugar de los hechos. El alcalde fue quien recibió
la denuncia de unos agricultores, y se apersonó con dos miembros de seguridad
ciudadana del municipio.
En
la tarde del jueves 19, un contingente policial arrió las banderas comunistas.
Probablemente el Ministerio del Interior ha dado inicio a las investigaciones,
no se han informado sus resultados. Estos hechos no causaron eco en los medios
de prensa.
¿Ese
es el “Estado tradicional (…), panzón,
que tiene soroche cuando sube al cerro”, al que aludía el presidente
Humala, el pasado 17 de mayo? ¿Y qué fue de la propuesta de Ollanta?: “una nueva forma de gobernar, con un Estado
atlético que suba a la punta del cerro”. Lo que parece no haber prestado
importancia el Ministro del Interior, el gordito caviar Walter Albán Peralta, responsable
de la eficacia policial no sólo en residencias privadas de Lima, sino de tantos
“Aucaraes” que hay en el Perú.
El municipio agredido alberga unos cuatro mil quinientos
habitantes, su extensión bordea los 904 km2. Cuenta con electricidad
algunas horas del día. El paisaje hermoso es de diversos pisos ecológicos,
entre los tres mil y cinco mil metros sobre el nivel del mar.
En el 2008, la caviarizada PCM suscribió un convenio con
la Municipalidad de Aucará, constituyéndola en interlocutora y aliada para
elaborar el Registro Único de Víctimas (instrumento relacionado con el Informe
de la Comisión de la Verdad), con el que se intentaría pervertir la verdad
histórica sobre los brutales ataques terroristas sufridos a causa de los
comunistas, anatemizando la pacificación por nuestras Fuerzas Armadas.
Lo sucedido en Aucará, no hace mucho, nos transporta en
el tiempo a los años ochenta. Así empezó el terrorismo, que hasta hoy pervive en
el VRAEM y en indistintas localidades peruanas … como en Aucará.
La
contrasubversión no se terminó con la tarea militar de los ochenta, ni con las honestas
victorias antiterroristas de los noventa. Hoy, todo “judicializado”.
Hay que tomar conciencia de la capacidad terrorista del comunismo.
Es lo primero para dar inicio a la exploración de soluciones. No hay que confundir
al perpetrador, hay que llamarlo por su nombre: Es el comunismo o
marxismo-leninismo (no es “Sendero
Luminoso”), es el “Partido Comunista
del Perú”.
No hay que minimizar la
capacidad financiera de la subversión, es que le permite eficacia logística y corromper
al Estado (la política) y la Sociedad (mediante la prensa).
Solo
vemos la punta del iceberg del aparato subversivo, que consiste en una trama de
sutiles sistemas y procedimientos encriptados. Desconocemos a sus reales autores
intelectuales, a sus verdaderos responsables y a sus oportunos cómplices. Quienes
apoyan la Revolución para conquistar el poder, por la vía armada.
Perú: ¡Despierta! Graves amenazas se ciernen para alterar
tu pacífica existencia, durante el 2014.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 27 de diciembre de 2013, pág. 6
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