Reprochable
alianza liberal-socialista
SERGIO TAPIA T.
Las
ideologías contemporáneas liberal y marxista, al no ser contradictorias entre
sí, facilita el contubernio entre sus respectivos seguidores. Tal como se da
entre los liberales, que gozan triunfantes de la caída del sistema comunista
que engañó y sojuzgó medio mundo, y los “caviares”
(hasta ayer marxistas a secas), que aprendieron a superar su derrota política, rentando
sus servicios cortesanos a los nuevos “amos”
de las relaciones entre los Estados y los ciudadanos.
Ambas
ideologías son sólo contrarias entre sí, porque hay algo que los diferencia y
otra que los une.
Entre
los puntos en contrario está el rol del Estado en la economía. Así como todas
las demás diferencias que se derivan del componente ideológico del “individualismo” liberal, y de la
concepción del “colectivismo” marxista.
En
cambio, une a las dos ideologías su cosmovisión materialista con la que deforman
la concepción antropológica de la persona humana: “el error fundamental (…) es de carácter antropológico. (…),
desapareciendo el concepto de persona como sujeto autónomo de decisión moral,
que es quien edifica el orden social, mediante tal decisión.” (Juan Pablo II, Centesimus Annus, Núm. 13).
Y, por este mismo error el liberalismo sólo asegura
la propiedad a unos pocos, sin promoverla en beneficio de las mayorías. Por eso
es que el liberalismo es una ideología que debilita “los deberes del Estado” (…) «en la tutela de estos derechos de los
individuos”. Esta es la enseñanza social católica de
más de una centuria, desde la Rerum Novarum de 1891, hasta la Centesimus Annus
de 1991, y que en el ejercicio del magisterio ordinario continua S.S. el Papa
Francisco en nuestros días.
Hubo
advertencias sobre el “maridaje”
liberal y socialista. Recuerdo mis lecturas de Leonardo Castellani, mis
estudios y entrevistas con evangelizadores como el P. Julio Menvielle y el P.
Georges Grasset. Mis conversaciones con actores políticos como Rafael Cubas, y
con maestros como Vicente Ugarte del Pino.
Los
socialistas afirman reiterativamente que el liberalismo engendra el marxismo. Así
lo sostiene, en “Cinco Reflexiones sobre
el Socialismo del Siglo XXI” (gracias al financiamiento de una vieja revista
gramsciana-marxista neoyorkina), la militante de origen chileno Marta
Harnecker, hoy beneficiaria del “exilio dorado”
que le proporciona el régimen venezolano-chavista. Esta viuda del Comandante “Barbarroja” (Manuel Piñero Lozada, +
1998; que organizó y jefaturó los servicios de inteligencia castro-cubanos, y organizó
sistemáticas revoluciones en América Latina), dice que el socialismo se genera
desde el liberalismo, y que este planteamiento no es entendido por las
izquierdas radicales. Ella actualmente es casada con el economista marxista canadiense
Michael Lebowitz, Y es la abuelita ideológica de los “caviares”.
Se
cuenta entre los responsables de la mixtura ideológica del liberalismo y el
socialismo, en los siglos XVIII-XIX a Locke, Jefferson, Bentham, Stuart Mill, y
en el siglo XX a Durkheim, Dewey, Kelsen, Keynes, así como a Ortega y Gasset.
En
cuanto a la expresión “liberal-socialista”
no debe dejar de reconocerse el aporte del pensador Francisco Tudela.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 24 de enero de 2014.
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