La obligación de participar en política
SERGIO TAPIA T.
Una
de las actividades más detestadas por la “sociedad” es el oficio de ser
político. Lamentablemente.
La noble actividad de la
Política (así, como pe mayúscula), hoy tan venida a menos, tan basureada, tan
ilegitimada, tan rechazada. Provoca en algunos espetar que, la suma inmoralidad
es la política, lo que se ha vuelto lenguaje manido y común. Es una lástima.
Pues, la Política es la
más noble de las ocupaciones de la persona humana, aunque Ud. no lo crea cuando
observa qué se hace en nombre de la política (con pe minúscula).
Los católicos cuentan con
leccionarios de moral política, es la Doctrina Social de la Iglesia. A pesar de
sus espantosos desajustes, el gran legado del Imperio Romano fue el orden
político, cuya expresión nunca superada es el derecho romano. En igual
proporción, la intelectualidad griega nos aporta el sumo del pensamiento
arquitectónico de la política, especialmente por Aristóteles. He ahí que
nuestra Cultura greco-latina-cristiana es esencialmente cautivadora por sus
aportes edificantes al pensamiento y reflexión de la Política, así como
inspiradora en el quehacer de la Política.
Pero, lamentablemente
constatamos un repliegue de muchas familias, y de muchísimas personas, que se
distancian de la Política. Nada quieren saber de ella. Les molesta. Les
ensucia. Les desagrada.
Hasta un tiempo hubo, en
nuestro último siglo transcurrido, que las asociaciones de vida religiosa
laical, consideraron estatutariamente como causal de exclusión, que sus
miembros osaran practicar la política.
Hoy, no podemos ocultar
que es de gran preocupación en el Perú el escarnio que padece la Política. A
pesar de estimarse como una actividad eje de nuestra vida social y económica,
se está tomando conciencia que la Política se nos ha escapado de las manos. Hay
que reconocer que la Política se ha deprimido mucho, se ha depreciado tanto, se
ha desvalorizado tan significativamente: Y, todo ello porque hemos sido
demasiado indiferentes con la vocación y el oficio de ser políticos.
Abandonamos la Política, y otros llenaron los vacíos de nuestra falta de
compromiso.
La política es
participar, tomar parte de algo o tomar parte en algo. Con cierta pasividad o
con pleno ejercicio activo, se es partícipe de la política informándose,
aconsejando a quienes deciden, asumiendo directamente funciones de decisión o
ejecutando lo decidido por otros.
El modo como se gobierna
un pueblo, afecta para bien o para mal a las personas y sus familias, a la
educación como al trabajo y al emprendimiento empresarial. No es que sea una
actividad totalizante de otras realidades, es el modo como se practica la vida
organizada en sociedad, eso es la Política.
A menos de tres años de
celebrar el bicentenario de nuestra etapa nacional republicana, inmersos en una
crisis política muy profunda, que afecta la esencialidad del Estado, deberíamos
sentirnos convocados a reflexionar sobre la Política, para impelernos a no
seguir siendo indiferentes a su llamado.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 15 de diciembre de 2017,
p. 6
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