viernes, 21 de marzo de 2014

La Vida, entre dos marchas


La Vida, entre dos marchas

SERGIO TAPIA T.



 

Es entre dos marchas en Defensa de la Vida que este artículo se publica: la de ayer jueves, convocada por los líderes políticos y religiosos evangélicos; y, la de mañana sábado que convoca la Iglesia Católica.

Las entidades convocantes son estructuras institucionales de profunda raigambre social, representativas del 98 por ciento de la población peruana.

Se repite mucho que nuestro país carece de institucionalidad.

Del Perú se duda que funcione el sistema republicano, por las tremendas crisis que se desatan. Como las endémicas que sufre el gobierno de Ollanta Humala en sus cinco gabinetes ministeriales, en menos de tres años de gobierno.

En el Perú se manifiesta desconsuelo político en el impopular e ineficaz Congreso de la República. Poder del estado en el que el proceso de adopción de decisiones suele transitar bajo la mesa del reparto de influencias y prebendas.

Suele verificarse en el Perú, una opción preferencial electoralista por los políticos que reniegan del “sistema”, pero del que inescrupulosamente saben usufructuar.

Hay en el Perú funcionarios que se estiman investidos con facultades no insinuadas ni por la Constitución, ni por las leyes, como la actual Ministra de la Mujer, quien propone acelerar leyes que flexibilicen las prácticas abortivas.

Carente de criterio político, porque aún no se sosiega la gran crisis negadora de su investidura ministerial. Y, estando aún pendiente de aclaración, por lo tanto sin resolverse, los gravísimos cuestionamientos y dudas sobre la incorruptibilidad de la ministra en el ejercicio de la función pública, como parlamentaria de reciente data, apenas con menos de dos años y medio.

Ella, la Ministra de la Mujer “y Poblaciones Vulnerables”, ha confundido roles, al proponer semejantes iniciativas legislativas pro abortistas. ¿Así honra su cargo ministerial? ¿Le corresponde como Ministra de Estado provocar tanto irrespeto a la conciencia ética de las mayorías nacionales? Más bien ¿No le correspondería promover servicios públicos a “las Poblaciones Vulnerables” amenazadas de aborto?

Ayer, jueves, miles de ciudadanos llenaron las calles del Centro de Lima, marchando a la sede del Palacio Legislativo, para defender la Familia, institución básica de la Sociedad. Para defender la Vida, desde el nacimiento. Por lo tanto: ¡No al aborto!

Mañana, sábado, miles de otros ciudadanos marcharán hacia el Campo de Marte, para reclamar y exigir respeto a la Vida, con un rotundo ¡No al aborto!

Además del silenciamiento de la noticia, la única crítica que circula es por ser personas motivadas por su fe religiosa (eran evangélicos los de ayer, serán católicos los de mañana). Esta crítica es aberrante, discriminatoria, inválida e inconstitucional, no se admite discriminar por creencias religiosas (Constitución: artículo 2, numeral 2).

Desconocer el justo clamor en Defensa de la Vida, es gravísimo. Y, no es bueno para la destartalada institucionalidad peruana.

Es inaudito que la “República Peruana” no escuche a las mayorías sociológicas. Y, es cínicamente inmoral que las minorías lobistas, sean determinantes. Esto es inmoralidad legislativa e ilegitimidad política.

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 21 de marzo de 2014, pág. 6


 

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario