jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Sólo una Hoja de Ruta?

LA RAZÓN DEL DÍA



¿Sólo una Hoja de Ruta?

Director Jurídico de UnoAmérica





            La administración Humala está entrampada.

Inicialmente esta trabazón provino de Cajamarca, pero se prevé la amenaza de extenderse a otros lugares que suelen ser álgidos, en la Sierra manipulada por los socialismos y en la Selva neo-violentista.

            Al releer mi artículo “Victoria sin triunfo” (La Razón, miércoles 8 de junio: http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=08&tm=06&ta=2011), constato la vigencia de la prognosis y la actualidad del análisis. Allí expresé que Ollanta había salido electoralmente victorioso, pero no políticamente triunfador, porque “ingresará al Palacio de Gobierno con cuatro planes políticos” incompatibles entre sí.

            También dije que “estamos en vísperas de presenciar las pugnas por el poder en ese mosaico de grupos y entramado de intereses que se ha coagulado, tras un inicial liderazgo de Ollanta. Pero aún no ha sido resuelto el liderazgo gubernamental de Ollanta, (…). Seremos espectadores de cómo resolverán sus diferencias internas, de cómo desembocarán en una correlación de fuerzas, de cómo solucionarán las pugnas internas (…) todo sigue aún sin definición (…) para consolidarse pacíficamente, a Ollanta le tomará un largo par de años. Es decir, en el 2013 sabremos por dónde va a ir, y hacia dónde querrá conducir al Perú.

            Sigo apostando  que recién conoceremos las verdaderas intenciones del gobierno, a los dos años de haberse iniciado. A esperar, pues, para saber qué transformación nos espera y cuál ruta es la que finalmente se impondrá.

            La evolución de los sucesos en Cajamarca, han puesto en evidencian que el reclamo ecologista por Conga fue la excusa. La cuestión de trasfondo es que ha surgido al interior del conglomerado socialista que nos gobierna, una lucha por el poder y para imponer “rutas” revolucionarias, que son opuestas a la Hoja de Ruta electoralista que garantizaron irresponsablemente la pareja paterno-filial de los Vargas Llosa y el irascible frustrado candidato Alejandro Toledo.

            Parte de los poderes regionales y municipales provincianos están controlados por agentes marxistas, que lograron su elección antes de la de Ollanta. Pero, Humala pactó con ellos, para levantar su alicaída candidatura presidencial, y los resultados electorales que logró han despertado apetitos para un incremento del empoderamiento de esos gobernantes locales.

            El problema de Ollanta es carecer de un plan político legitimado unísonamente ante sus electores. Porque sus ofertas fueron una mezcla de intereses ideológicos y personalistas contrapuestos. Definitivamente nuestros políticos, en períodos electorales, sin duda deben practicar el ancestral deber de “no mentir”.

El limbo político en que nos encontramos, condiciona la adopción de decisiones y causa debilidad al gobierno. No hay que exponerse a la tentación de patear el frágil tablero institucional de la democracia.

Para equilibrar la nave del Estado y resolver el desasosiego político, es urgente que el presidente Ollanta, sus ministros y voceros partidarios, no sigan practicando la ambigüedad en los mensajes. Porque, lo que más irrita al ciudadano es que, quien sea que gobierne, lo estime tontamente ingenuo.



Diario “La Razón”, jueves 29 de diciembre de 2011, pág. 13

jueves, 22 de diciembre de 2011

Diagnosis de las luchas anti-mineras

Diagnosis de las luchas anti-mineras

Director Jurídico de UnoAmérica





            Lo que viene sucediendo contra la minería, tiene mayor dimensión que lo percibido aparentemente en las últimas semanas. No se reduce a Conga, ni se limita al Departamento de Cajamarca. Es una praxis ideológica. Una agresión cuya logística y financiación proviene de redes en el exterior. Se ha asomado la punta del iceberg, pero hay que profundizar en las raíces de la anti-minería.

El soporte ideológico de la anti-minería

Los socialismos prohijados por el marxismo (leninismo, trotskismo, stalinismo, maoísmo, fascismo, nazismo, gramcismo, teología de la liberación, socialismo del siglo XXI, etc.), influyen en la emoción y motivan a la acción. El marxismo, ideología fría e inmisericorde, demanda ofrendar la vida (la de los propios comunistas y, también, la de sus víctimas). El endiosamiento de la “Revolución” (así, con “erre” mayúscula) siempre concluye en un holocausto. El socialismo marxista es un sentimiento que cunde por igual en individuos ilustrados como en las masas manipuladas. Es una ideología que embriaga, y que causa activismo febril.

La anti-minería es una excrecencia de los socialismos, incluso de sus corrientes pre-marxistas y hasta de los socialismos no-marxistas. Hay que recordar a Proudhon, quien en 1840 escribió “la propiedad es un robo” (ver: Qué es la propiedad. Investigaciones sobre el principio del derecho y del gobierno; Utopía Libertaria; Buenos Aires; 2005, pág. 17).

Para los socialismos marxistas, la confrontación anti-minera reviste mayor radicalidad, porque conceptúan que la propiedad privada de los medios de producción causa nociva dependencia humana, es alienante y enajenante. La propiedad, para el marxismo, significa un trastorno, una desposesión, una privación (ver: Carlos A. Sacheri; El Orden Natural; Lima, IDEPS, 1978, pág. 47).

No nos debe extrañar que todas las corrientes socialistas (el ONG del suspendido sacerdote Arana, el partido comunista Patria Roja, las insertas en el neo-nacionalismo humalista, los caviares, el resto de las ONG ideologizadas, el MRTA y hasta el PCP-Sendero Luminoso; así como los socialistas suizos y los escandinavos), concurran con sus acciones contra la minería peruana.

Por lo que aspirar a compartir una mesa de diálogo, con tales interlocutores, es una quimera.

Etapas de la evolución de la subversión contra la empresa.

            Así como la familia es la célula básica de la sociedad política; la empresa es la célula básica de la economía.

La empresa es un objetivo a destruir por los socialismos marxistas, que suelen propiciar su acciones como actos de guerra (ver: Carl Schmitt: “Teoría del Partisano”, 1962).

En los últimos cien años los socialismos han ensayado tres modalidades para promover conflictos revolucionarios, con las que directa e indirectamente se ha confrontado a las empresas, en particular a las mineras: (1) La lucha sindical, (2) la maniobra guerrillera-terrorista y (3) la manipulación revolucionaria de los derechos humanos y la ideología del ecologismo.

(1) La lucha sindical es la subversión al interior de la empresa (ver: Patric Jobbe-Duval; La Empresa Frente a la Subversión; IDEPS, Lima, 1981). No es mi intención comprometer ni confundir a la organización sindical en sí, la que no tiene nada que ver con el marxismo, a la que siempre he defendido y promovido. Me refiero al “sindicato como instrumento revolucionario”, con el cual el marxismo produce la confrontación social, la quiebra económica y la toma del poder político de la sociedad. Se inspira en el viejo modelo del soviet. Mediante esta lucha sindical revolucionaria, se han afectado a las empresas en general y a las actividades mineras en particular.

(2) La maniobra guerrillera-terrorista es la guerra revolucionaria, producto de una mutación subversiva. El sindicalismo revolucionario se transforma para dar paso a la violencia armada. Esta modalidad no se da al interior de la empresa, es un factor externo de la empresa, pero que la afecta de manera letal, incluso es de mortal amenaza para la persona del empresario.

El Che Guevara decía que “el guerrillero es el jesuita de la guerra”. En el Perú la arremetida guerrillero-terrorista ha sido insistente, constante, sistemática e incansable. Se pueden distinguir dos etapas modélicas: las guerrillas de 1963-1965 y el terrorismo de los años ochenta.

Las guerrillas de 1963-1965, en su mayoría propiciadas por Fidel Castro, salvo una motivada por el trotskismo argentino; terminaron en estridente fracaso. La indiferencia del pueblo, a quien decían representar, los hizo sucumbir. Las actividades mineras no fueron sobreexpuestas, porque la población-objetivo prioritaria de los guerrilleros fue el campesinado. Pero, si estas guerrillas de los sesenta hubieran avanzado a las siguientes fases que tenían previstas, sí habrían afectado severamente a la minería.

El terrorismo de los años ochenta, fue el intento comunista para la conquista brutal y salvaje del país. El Perú fue desangrado, todos los sectores del país (sociales, culturales, económicos y políticos) lloraron deudos. Fue muy alta la mortandad que produjeron los comunistas. Entre los sectores enlutados, estuvo el empresariado peruano. Entre sus víctimas fue conmovedor el secuestro y asesinato del empresario minero David Ballón Vera. El MRTA lo secuestró el 11 de setiembre de 1992 y cobró el cupo de rescate, pero lo maltrató y torturó durante cinco largos meses; sus restos los arrojaron en una calle de San Miguel, abaleado y reducido a 40 kilos de peso; lo asesinaron el 23 de febrero de 1993. El líder secuestrador y asesino, un chileno, mereció años después una sentencia de reparaciones morales y económicas a cargo del Estado peruano, impuesta por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, gracias al lobby de nuestros ONG.

Las operaciones mineras fueron agudamente afectadas durante los quince años de terrorismo comunista, por el colapso del sistema eléctrico nacional y la inseguridad del sistema vial debido al constante acecho de las bandas armadas comunistas.

            (3) La manipulación revolucionaria de los derechos humanos y la ideología del ecologismo. Esta es la actual encrucijada que atraviesa la minería. Se realiza desde fuera de la empresa e incluso desde el Estado, y también se potencian sus fortalezas y oportunidades desde el interior de la empresa, cuando ésta incurre en ciertos errores y en deserciones.

Los derechos humanos contra la minería tienen por objeto culpar a los empresarios mineros como autores de crímenes de lesa humanidad. Con tal fin ya está en marcha la campaña mundial de modificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, para incluir el daño ambiental como crimen de lesa humanidad, con la intención de juzgarlos ante cualquier juez del mundo y perseguirlos de manera imprescriptible.

El ecologismo, es el reduccionismo ideológico marxista de la ecología, que la deforma. El objetivo del ecologismo es desprestigiar a las mineras. Porque la reputación empresarial es vital para la práctica de los negocios y para la permanencia de la empresa en una vecindad (ver: Donald G. Krause; El arte de la guerra para ejecutivos. El texto clásico de Sun Tzu adaptado al mundo de hoy; Madrid, EDAF, 1997, págs. 101 a 104).

La modalidad actual del marxismo es estratégicamente gramsciana. Para los marxistas ya no es indispensable conquistar el poder político para después realizar la estatización de los medios de producción y la desaparición de la propiedad privada. Esto lo pueden obtener, también, sin conquistar el poder, desde la revolución de la cultura (interpretación revolucionaria del Evangelio, trastrocamiento de la justicia y del derecho, ideologización de la educación, manipulación de la prensa, etc.).

Para crear conciencia anti-minera sirve la novela indigenista, influenciada por la corriente del “realismo socialista”. Son instrumentos que permiten sembrar el mensaje idealista del cuento o novela, en sustitución de la percepción veraz de la realidad. Se puede promover con novelas como “Aves sin nido” (1889) de Clorinda Matto de Turner, “Tungsteno” (1931) de César Vallejo, “El mundo es ancho y ajeno” (1941) de Ciro Alegría y “Todas las sangres” (1964) de José María Arguedas.

Desde la cultura los marxistas nos confrontan en dos frentes que manejan con suma profesionalidad manipuladora: los Derechos Humanos y el Ecologismo.

Esta es la etapa de los ONG y el caviar, sustitutos publicitarios del sindicato y el líder sindical, como de la guerrilla y la pose (fusil al hombro) del “Che” Guevara.

La combinación de todas las formas de lucha.

            Sin embargo, no hay que creer que la acción revolucionaria sindical es cosa del pasado, ó que ya no habrá más guerrilla ni terrorismo. No. No sólo estaremos rodeados de caviares. Porque el Socialismo del Siglo XXI, desde el Foro de Sao Paulo, promueve “La combinación de todas las formas de lucha“.

            Para enfrentar esta compleja y múltiple agresión, no sólo hay un papel a desempeñar por la empresa minera. Por su propio interés y sobrevivencia, es indispensable que haga esfuerzos para adecuar y transformar sus planes e inversiones en la denominada responsabilidad social empresarial.

Pero, no es suficiente ese papel por parte de la empresa minera; hay también un rol insustituible del Estado. La autoridad no puede abdicar en su obligación de protector del bien común, que es paz y seguridad para el correcto ejercicio de nuestros derechos y deberes.

Diario “La Razón”, jueves 22 de diciembre de 2011, págs. 10-11



jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Esos militares, son nuestros enemigos?

LA RAZÓN DEL DÍA



¿Esos militares, son nuestros enemigos?

Director Jurídico de UnoAmérica





            Alejandro Toledo descalificó el nuevo gabinete ministerial del presidente Ollanta, sólo porque lo preside un comandante del Ejército, retirado desde 1991.

            Toledo tiene aversión contra los militares, y los discrimina. Toledo no encuentra mejor expresión para censurar políticamente a Ollanta, que acusarlo de “militarizar” el consejo de ministros.

            Pero, la incongruencia y la contradicción de Toledo, son patentes. Toledo seleccionó en el Callao como su principal candidato al Congreso a un general; Toledo apoyó la candidatura del comandante Ollanta para su elección presidencial; Toledo propuso y obtuvo en el primer gabinete ministerial de Ollanta, para ministro de defensa, a un militar de sus filas partidarias: ¿Quién militariza más, ó militariza menos?

Por este acto de discriminación (debido a la sola condición de ser militar), Toledo deberá rendir cuentas.

Pero, constatamos que hay aversión contra los militares en algunos sectores políticos, en la línea institucional de la Defensoría del Pueblo, así como en ciertos fiscales y jueces penales.

Después de la derrota militar del marxismo guerrillero y terrorista, el presidente Fujimori aplicó diversas medidas para resanar las inevitables heridas que se producen en las guerras entre nacionales. Amnistió a militares opuestos políticamente a su gobierno y a todos los militares que habían combatido al terrorismo durante los gobiernos de Belaunde, de Alan García y del suyo propio. Hizo revisar condenas que pudieron haber sido exageradas o injustas, mediante un mecanismo dependiente de la Defensoría del Pueblo (la Comisión Lansiers). A todos los altos dirigentes del comunismo terrorista, que fueron apresados, se les respetó la vida y fueron juzgados. Descoyuntó la organización terrorista, suscribiendo un acuerdo de paz con su máximo líder.

Los gobiernos de Paniagua (2000-2001) y de Toledo (2001-2006), transformaron la derrota militar del comunismo terrorista en su victoria político-judicial. Paralelamente, inauguraron una maniobra comunicacional para desatar odio contra los militares, para aplicarles persecución judicial y para desmemoriar al país sobre los verdaderos sucesos del terrorismo comunista.

El “Derecho Penal del Enemigo” (DPE) ha sido el instrumento aplicado inmisericordemente contra los militares, por considerarlos “enemigos del país”.

El DPE es una manera de aplicar el derecho penal, pero restringiendo las garantías y derechos que a todos los demás sí se les reconoce, incluso a los comunistas terroristas.

El DPE se aplica antes, durante y después del juicio. Por lo tanto, hay cárcel sin sentencia, no hay prescripción, los procesos son larguísimos, no hay racionalidad en la evaluación de las pruebas, las condenas son extensamente desproporcionadas, no hay amnistías ni indultos, ni conmutaciones de penas.

El DPE es ilegítimo, inconstitucional, antidemocrático e inhumano. Pero, está avalado por los organismos internacionales creados para proteger los derechos humanos, que por estar copados por los caviares, han traicionado el fin para el cual existen.

El actual debate sobre indultar o no, a Alberto Fujimori, proviene de ese Derecho Penal del Enemigo.



Diario “La Razón” (Lima), jueves 15 de diciembre de 2011; pág. 13



jueves, 8 de diciembre de 2011

Lo que hay detrás de Conga

LA RAZÓN DEL DÍA



Lo que hay detrás de Conga

Director Jurídico de UnoAmérica





            No hay que creer que la febril movilización popular contra el proyecto minero Conga, es porque surgen dudas sobre sus previsiones frente al impacto ambiental. No. La arremetida marxista contra este emprendimiento minero, forma parte de su estrategia internacional, que emplea las mismas justificaciones para contraponerse a todo proyecto minero en cualquier país del mundo. Porque, es la lucha del comunismo contra la empresa privada.

            Ya suman quince los países latinoamericanos afectados por la ola marxista anti-minera. Algunas de las experiencias, que han sido modélicas, se iniciaron hace unos cinco años.

            En Ecuador se ha demandado la anulación de las concesiones, porque que la minería “amenaza la subsistencia de la población”.

En Canadá, un grupo de activistas accedió a una junta de accionistas de una empresa minera, para denunciar que en México producen peligro para el medio ambiente, y que sobornan a las autoridades.

En Argentina, se bloquean carreteras para suspender explotaciones mineras, y en algunas universidades de provincias se rechazan donaciones de dinero si provienen de las empresas mineras.

En Brasil ya han sido objeto de denuncias algunos proyectos mineros.

En Colombia las luchas anti-mineras se auto-presentan  como campañas “en pro de los derechos humanos” y en contra de “las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas” en las que incurren las mineras (?).

En Guatemala a la minería se la denuncia por causar violencia en los derechos de la mujer. Y, avanzan en declarar zonas liberadas de minería.

En Panamá el esfuerzo se orienta a declarar, a todo el país, libre de minería.

Entre las campañas de manejo internacional se destaca la de organizar protestas callejeras frente a las Embajadas de Canadá.

Hay otra campaña internacional para crear la “Corte Penal Internacional del Medio Ambiente”, que persigue calificar los desastres naturales como crímenes de lesa humanidad, para lo cual el esfuerzo se orienta a modificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional; así podrían iniciar la inmisericorde cacería contra empresarios mineros, en cualquier lugar del mundo, y con el plus de la “imprescriptibilidad”. Esta campaña la preside Adolfo Pérez Esquivel y participa Rigoberta Menchú, cuenta con el apoyo de organizaciones comprometidas con la Teología de la Liberación, y la militancia del presidente de Senegal. Se encuentran en la etapa de recolección de firmas e instalación de comités de campaña en cada país, el primero ha sido en Francia. Luego seguirán a la etapa de sensibilización de gobiernos y parlamentos.

Circula un leccionario de la Teología de la Liberación, para distorsionar la doctrina religiosa, en el que se replantea las relaciones de la Iglesia con la minería.

El Perú es un laboratorio para las estrategias del mundialismo anti-minero, y exporta “sus experiencias” para consumo de otros países. La anti-minería en el Perú, se venían dando en condiciones diferentes a las de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Pues, en años anteriores nuestros gobernantes no eran cómplices de esta revolución anti-minera.



Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 8 de diciembre de 2011, pág. 13

jueves, 1 de diciembre de 2011

La inhumanidad de los derechos humanos

LA RAZÓN DEL DÍA



La inhumanidad de los derechos humanos

Director Jurídico de UnoAmérica





Los procesos judiciales se han desfigurado, al punto de ser una actividad persecutoria cruel, arbitraria e inmisericorde, gracias a los ONGs de derechos humanos que desnaturalizan la noble tarea de “dar a cada uno lo que es lo suyo”, como reza la antigua definición de la justicia.


Los derechos humanos han sido sustraídos de su destino: perfeccionar la administración de justicia para la paz social. En su lugar, constatamos vileza y maldad, porque se emplean para la venganza política contra los enemigos del marxismo. El cinismo con que se perpetra es asombroso, porque esos mismos derechos humanos se emplean para favorecer a verdaderos criminales, si son terroristas y psicópatas revolucionarios.


Contra los que el comunismo considera sus enemigos (militares, políticos, empresarios, y pobres no manipulados como los campesinos de Uchuracay y los ronderos), no existen garantías penales ni derechos fundamentales, no se atempera la venganza privada, ni se respeta el rol monopólico del Estado como árbitro justo para aplicar el castigo.


Siempre y cuando sea contra sus enemigos ideológicos, esos ONGs determinan el curso de los procesos, invisten y degradan magistrados, deciden las penas y niegan los mínimos derechos a los procesados y sentenciados: como amnistías, indultos humanitarios, prescripción, cosa juzgada, etc.


El comunismo, que en el siglo XX causó en todos los continentes el mayor genocidio y la mayor crueldad en crímenes de guerra y de lesa humanidad. Tiene hoy seguidores que, sin abjurar del aspecto criminal de la motivación ideológica del marxismo, se han apoderado de buenas causas como la democracia, los derechos humanos y la justicia social. Pero, las adulteran con ánimo de restaurar el autoritarismo persecutor, como en los mejores tiempos del stalinismo.


Frente a esos derechos humanos desdibujados, se ha producido la deserción en las funciones legislativas y judiciales, cuyos responsables caen rendidos ante los nuevos areópagos surgidos desde el intenso lobbing de las ONGs. Adopto la acepción de la palabra “areópago”, que con ironía describe cualquier reunión de individuos que se atribuyen autoridad para resolver cualquier asunto.


Lamento constatar que ni la Constitución ni las leyes ni los tratados internacionales se aplican cabalmente en nuestra República, porque se claudica ante las extravagantes doctrinas tergiversadoras de los derechos humanos.


Todo proceso penal que pase por la deformación de esos derechos humanos, concluirá en una condena excesiva, asentado en conjeturas sin rigor probatorio y sostenido en espeluznantes violaciones a las más elementales garantías procesales.


Es una desgracia sufrir la judicialización en nombre de esos derechos humanos, que son el potro de tortura del marxismo actual. Que, luego de haber arrinconado a las FFAA por derrotar al terrorismo, intenta ahora iniciar la persecución por “crímenes de lesa humanidad ambientalistas”, contra los empresarios mineros. El movimiento liderado por el premio nobel de la paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, trata de modificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional: ¡Cuidado! La guillotina revolucionaria no descansa.





Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 1 de diciembre de 2011, pág. 13