jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Sólo una Hoja de Ruta?

LA RAZÓN DEL DÍA



¿Sólo una Hoja de Ruta?

Director Jurídico de UnoAmérica





            La administración Humala está entrampada.

Inicialmente esta trabazón provino de Cajamarca, pero se prevé la amenaza de extenderse a otros lugares que suelen ser álgidos, en la Sierra manipulada por los socialismos y en la Selva neo-violentista.

            Al releer mi artículo “Victoria sin triunfo” (La Razón, miércoles 8 de junio: http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=08&tm=06&ta=2011), constato la vigencia de la prognosis y la actualidad del análisis. Allí expresé que Ollanta había salido electoralmente victorioso, pero no políticamente triunfador, porque “ingresará al Palacio de Gobierno con cuatro planes políticos” incompatibles entre sí.

            También dije que “estamos en vísperas de presenciar las pugnas por el poder en ese mosaico de grupos y entramado de intereses que se ha coagulado, tras un inicial liderazgo de Ollanta. Pero aún no ha sido resuelto el liderazgo gubernamental de Ollanta, (…). Seremos espectadores de cómo resolverán sus diferencias internas, de cómo desembocarán en una correlación de fuerzas, de cómo solucionarán las pugnas internas (…) todo sigue aún sin definición (…) para consolidarse pacíficamente, a Ollanta le tomará un largo par de años. Es decir, en el 2013 sabremos por dónde va a ir, y hacia dónde querrá conducir al Perú.

            Sigo apostando  que recién conoceremos las verdaderas intenciones del gobierno, a los dos años de haberse iniciado. A esperar, pues, para saber qué transformación nos espera y cuál ruta es la que finalmente se impondrá.

            La evolución de los sucesos en Cajamarca, han puesto en evidencian que el reclamo ecologista por Conga fue la excusa. La cuestión de trasfondo es que ha surgido al interior del conglomerado socialista que nos gobierna, una lucha por el poder y para imponer “rutas” revolucionarias, que son opuestas a la Hoja de Ruta electoralista que garantizaron irresponsablemente la pareja paterno-filial de los Vargas Llosa y el irascible frustrado candidato Alejandro Toledo.

            Parte de los poderes regionales y municipales provincianos están controlados por agentes marxistas, que lograron su elección antes de la de Ollanta. Pero, Humala pactó con ellos, para levantar su alicaída candidatura presidencial, y los resultados electorales que logró han despertado apetitos para un incremento del empoderamiento de esos gobernantes locales.

            El problema de Ollanta es carecer de un plan político legitimado unísonamente ante sus electores. Porque sus ofertas fueron una mezcla de intereses ideológicos y personalistas contrapuestos. Definitivamente nuestros políticos, en períodos electorales, sin duda deben practicar el ancestral deber de “no mentir”.

El limbo político en que nos encontramos, condiciona la adopción de decisiones y causa debilidad al gobierno. No hay que exponerse a la tentación de patear el frágil tablero institucional de la democracia.

Para equilibrar la nave del Estado y resolver el desasosiego político, es urgente que el presidente Ollanta, sus ministros y voceros partidarios, no sigan practicando la ambigüedad en los mensajes. Porque, lo que más irrita al ciudadano es que, quien sea que gobierne, lo estime tontamente ingenuo.



Diario “La Razón”, jueves 29 de diciembre de 2011, pág. 13

jueves, 22 de diciembre de 2011

Diagnosis de las luchas anti-mineras

Diagnosis de las luchas anti-mineras

Director Jurídico de UnoAmérica





            Lo que viene sucediendo contra la minería, tiene mayor dimensión que lo percibido aparentemente en las últimas semanas. No se reduce a Conga, ni se limita al Departamento de Cajamarca. Es una praxis ideológica. Una agresión cuya logística y financiación proviene de redes en el exterior. Se ha asomado la punta del iceberg, pero hay que profundizar en las raíces de la anti-minería.

El soporte ideológico de la anti-minería

Los socialismos prohijados por el marxismo (leninismo, trotskismo, stalinismo, maoísmo, fascismo, nazismo, gramcismo, teología de la liberación, socialismo del siglo XXI, etc.), influyen en la emoción y motivan a la acción. El marxismo, ideología fría e inmisericorde, demanda ofrendar la vida (la de los propios comunistas y, también, la de sus víctimas). El endiosamiento de la “Revolución” (así, con “erre” mayúscula) siempre concluye en un holocausto. El socialismo marxista es un sentimiento que cunde por igual en individuos ilustrados como en las masas manipuladas. Es una ideología que embriaga, y que causa activismo febril.

La anti-minería es una excrecencia de los socialismos, incluso de sus corrientes pre-marxistas y hasta de los socialismos no-marxistas. Hay que recordar a Proudhon, quien en 1840 escribió “la propiedad es un robo” (ver: Qué es la propiedad. Investigaciones sobre el principio del derecho y del gobierno; Utopía Libertaria; Buenos Aires; 2005, pág. 17).

Para los socialismos marxistas, la confrontación anti-minera reviste mayor radicalidad, porque conceptúan que la propiedad privada de los medios de producción causa nociva dependencia humana, es alienante y enajenante. La propiedad, para el marxismo, significa un trastorno, una desposesión, una privación (ver: Carlos A. Sacheri; El Orden Natural; Lima, IDEPS, 1978, pág. 47).

No nos debe extrañar que todas las corrientes socialistas (el ONG del suspendido sacerdote Arana, el partido comunista Patria Roja, las insertas en el neo-nacionalismo humalista, los caviares, el resto de las ONG ideologizadas, el MRTA y hasta el PCP-Sendero Luminoso; así como los socialistas suizos y los escandinavos), concurran con sus acciones contra la minería peruana.

Por lo que aspirar a compartir una mesa de diálogo, con tales interlocutores, es una quimera.

Etapas de la evolución de la subversión contra la empresa.

            Así como la familia es la célula básica de la sociedad política; la empresa es la célula básica de la economía.

La empresa es un objetivo a destruir por los socialismos marxistas, que suelen propiciar su acciones como actos de guerra (ver: Carl Schmitt: “Teoría del Partisano”, 1962).

En los últimos cien años los socialismos han ensayado tres modalidades para promover conflictos revolucionarios, con las que directa e indirectamente se ha confrontado a las empresas, en particular a las mineras: (1) La lucha sindical, (2) la maniobra guerrillera-terrorista y (3) la manipulación revolucionaria de los derechos humanos y la ideología del ecologismo.

(1) La lucha sindical es la subversión al interior de la empresa (ver: Patric Jobbe-Duval; La Empresa Frente a la Subversión; IDEPS, Lima, 1981). No es mi intención comprometer ni confundir a la organización sindical en sí, la que no tiene nada que ver con el marxismo, a la que siempre he defendido y promovido. Me refiero al “sindicato como instrumento revolucionario”, con el cual el marxismo produce la confrontación social, la quiebra económica y la toma del poder político de la sociedad. Se inspira en el viejo modelo del soviet. Mediante esta lucha sindical revolucionaria, se han afectado a las empresas en general y a las actividades mineras en particular.

(2) La maniobra guerrillera-terrorista es la guerra revolucionaria, producto de una mutación subversiva. El sindicalismo revolucionario se transforma para dar paso a la violencia armada. Esta modalidad no se da al interior de la empresa, es un factor externo de la empresa, pero que la afecta de manera letal, incluso es de mortal amenaza para la persona del empresario.

El Che Guevara decía que “el guerrillero es el jesuita de la guerra”. En el Perú la arremetida guerrillero-terrorista ha sido insistente, constante, sistemática e incansable. Se pueden distinguir dos etapas modélicas: las guerrillas de 1963-1965 y el terrorismo de los años ochenta.

Las guerrillas de 1963-1965, en su mayoría propiciadas por Fidel Castro, salvo una motivada por el trotskismo argentino; terminaron en estridente fracaso. La indiferencia del pueblo, a quien decían representar, los hizo sucumbir. Las actividades mineras no fueron sobreexpuestas, porque la población-objetivo prioritaria de los guerrilleros fue el campesinado. Pero, si estas guerrillas de los sesenta hubieran avanzado a las siguientes fases que tenían previstas, sí habrían afectado severamente a la minería.

El terrorismo de los años ochenta, fue el intento comunista para la conquista brutal y salvaje del país. El Perú fue desangrado, todos los sectores del país (sociales, culturales, económicos y políticos) lloraron deudos. Fue muy alta la mortandad que produjeron los comunistas. Entre los sectores enlutados, estuvo el empresariado peruano. Entre sus víctimas fue conmovedor el secuestro y asesinato del empresario minero David Ballón Vera. El MRTA lo secuestró el 11 de setiembre de 1992 y cobró el cupo de rescate, pero lo maltrató y torturó durante cinco largos meses; sus restos los arrojaron en una calle de San Miguel, abaleado y reducido a 40 kilos de peso; lo asesinaron el 23 de febrero de 1993. El líder secuestrador y asesino, un chileno, mereció años después una sentencia de reparaciones morales y económicas a cargo del Estado peruano, impuesta por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, gracias al lobby de nuestros ONG.

Las operaciones mineras fueron agudamente afectadas durante los quince años de terrorismo comunista, por el colapso del sistema eléctrico nacional y la inseguridad del sistema vial debido al constante acecho de las bandas armadas comunistas.

            (3) La manipulación revolucionaria de los derechos humanos y la ideología del ecologismo. Esta es la actual encrucijada que atraviesa la minería. Se realiza desde fuera de la empresa e incluso desde el Estado, y también se potencian sus fortalezas y oportunidades desde el interior de la empresa, cuando ésta incurre en ciertos errores y en deserciones.

Los derechos humanos contra la minería tienen por objeto culpar a los empresarios mineros como autores de crímenes de lesa humanidad. Con tal fin ya está en marcha la campaña mundial de modificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, para incluir el daño ambiental como crimen de lesa humanidad, con la intención de juzgarlos ante cualquier juez del mundo y perseguirlos de manera imprescriptible.

El ecologismo, es el reduccionismo ideológico marxista de la ecología, que la deforma. El objetivo del ecologismo es desprestigiar a las mineras. Porque la reputación empresarial es vital para la práctica de los negocios y para la permanencia de la empresa en una vecindad (ver: Donald G. Krause; El arte de la guerra para ejecutivos. El texto clásico de Sun Tzu adaptado al mundo de hoy; Madrid, EDAF, 1997, págs. 101 a 104).

La modalidad actual del marxismo es estratégicamente gramsciana. Para los marxistas ya no es indispensable conquistar el poder político para después realizar la estatización de los medios de producción y la desaparición de la propiedad privada. Esto lo pueden obtener, también, sin conquistar el poder, desde la revolución de la cultura (interpretación revolucionaria del Evangelio, trastrocamiento de la justicia y del derecho, ideologización de la educación, manipulación de la prensa, etc.).

Para crear conciencia anti-minera sirve la novela indigenista, influenciada por la corriente del “realismo socialista”. Son instrumentos que permiten sembrar el mensaje idealista del cuento o novela, en sustitución de la percepción veraz de la realidad. Se puede promover con novelas como “Aves sin nido” (1889) de Clorinda Matto de Turner, “Tungsteno” (1931) de César Vallejo, “El mundo es ancho y ajeno” (1941) de Ciro Alegría y “Todas las sangres” (1964) de José María Arguedas.

Desde la cultura los marxistas nos confrontan en dos frentes que manejan con suma profesionalidad manipuladora: los Derechos Humanos y el Ecologismo.

Esta es la etapa de los ONG y el caviar, sustitutos publicitarios del sindicato y el líder sindical, como de la guerrilla y la pose (fusil al hombro) del “Che” Guevara.

La combinación de todas las formas de lucha.

            Sin embargo, no hay que creer que la acción revolucionaria sindical es cosa del pasado, ó que ya no habrá más guerrilla ni terrorismo. No. No sólo estaremos rodeados de caviares. Porque el Socialismo del Siglo XXI, desde el Foro de Sao Paulo, promueve “La combinación de todas las formas de lucha“.

            Para enfrentar esta compleja y múltiple agresión, no sólo hay un papel a desempeñar por la empresa minera. Por su propio interés y sobrevivencia, es indispensable que haga esfuerzos para adecuar y transformar sus planes e inversiones en la denominada responsabilidad social empresarial.

Pero, no es suficiente ese papel por parte de la empresa minera; hay también un rol insustituible del Estado. La autoridad no puede abdicar en su obligación de protector del bien común, que es paz y seguridad para el correcto ejercicio de nuestros derechos y deberes.

Diario “La Razón”, jueves 22 de diciembre de 2011, págs. 10-11



jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Esos militares, son nuestros enemigos?

LA RAZÓN DEL DÍA



¿Esos militares, son nuestros enemigos?

Director Jurídico de UnoAmérica





            Alejandro Toledo descalificó el nuevo gabinete ministerial del presidente Ollanta, sólo porque lo preside un comandante del Ejército, retirado desde 1991.

            Toledo tiene aversión contra los militares, y los discrimina. Toledo no encuentra mejor expresión para censurar políticamente a Ollanta, que acusarlo de “militarizar” el consejo de ministros.

            Pero, la incongruencia y la contradicción de Toledo, son patentes. Toledo seleccionó en el Callao como su principal candidato al Congreso a un general; Toledo apoyó la candidatura del comandante Ollanta para su elección presidencial; Toledo propuso y obtuvo en el primer gabinete ministerial de Ollanta, para ministro de defensa, a un militar de sus filas partidarias: ¿Quién militariza más, ó militariza menos?

Por este acto de discriminación (debido a la sola condición de ser militar), Toledo deberá rendir cuentas.

Pero, constatamos que hay aversión contra los militares en algunos sectores políticos, en la línea institucional de la Defensoría del Pueblo, así como en ciertos fiscales y jueces penales.

Después de la derrota militar del marxismo guerrillero y terrorista, el presidente Fujimori aplicó diversas medidas para resanar las inevitables heridas que se producen en las guerras entre nacionales. Amnistió a militares opuestos políticamente a su gobierno y a todos los militares que habían combatido al terrorismo durante los gobiernos de Belaunde, de Alan García y del suyo propio. Hizo revisar condenas que pudieron haber sido exageradas o injustas, mediante un mecanismo dependiente de la Defensoría del Pueblo (la Comisión Lansiers). A todos los altos dirigentes del comunismo terrorista, que fueron apresados, se les respetó la vida y fueron juzgados. Descoyuntó la organización terrorista, suscribiendo un acuerdo de paz con su máximo líder.

Los gobiernos de Paniagua (2000-2001) y de Toledo (2001-2006), transformaron la derrota militar del comunismo terrorista en su victoria político-judicial. Paralelamente, inauguraron una maniobra comunicacional para desatar odio contra los militares, para aplicarles persecución judicial y para desmemoriar al país sobre los verdaderos sucesos del terrorismo comunista.

El “Derecho Penal del Enemigo” (DPE) ha sido el instrumento aplicado inmisericordemente contra los militares, por considerarlos “enemigos del país”.

El DPE es una manera de aplicar el derecho penal, pero restringiendo las garantías y derechos que a todos los demás sí se les reconoce, incluso a los comunistas terroristas.

El DPE se aplica antes, durante y después del juicio. Por lo tanto, hay cárcel sin sentencia, no hay prescripción, los procesos son larguísimos, no hay racionalidad en la evaluación de las pruebas, las condenas son extensamente desproporcionadas, no hay amnistías ni indultos, ni conmutaciones de penas.

El DPE es ilegítimo, inconstitucional, antidemocrático e inhumano. Pero, está avalado por los organismos internacionales creados para proteger los derechos humanos, que por estar copados por los caviares, han traicionado el fin para el cual existen.

El actual debate sobre indultar o no, a Alberto Fujimori, proviene de ese Derecho Penal del Enemigo.



Diario “La Razón” (Lima), jueves 15 de diciembre de 2011; pág. 13



jueves, 8 de diciembre de 2011

Lo que hay detrás de Conga

LA RAZÓN DEL DÍA



Lo que hay detrás de Conga

Director Jurídico de UnoAmérica





            No hay que creer que la febril movilización popular contra el proyecto minero Conga, es porque surgen dudas sobre sus previsiones frente al impacto ambiental. No. La arremetida marxista contra este emprendimiento minero, forma parte de su estrategia internacional, que emplea las mismas justificaciones para contraponerse a todo proyecto minero en cualquier país del mundo. Porque, es la lucha del comunismo contra la empresa privada.

            Ya suman quince los países latinoamericanos afectados por la ola marxista anti-minera. Algunas de las experiencias, que han sido modélicas, se iniciaron hace unos cinco años.

            En Ecuador se ha demandado la anulación de las concesiones, porque que la minería “amenaza la subsistencia de la población”.

En Canadá, un grupo de activistas accedió a una junta de accionistas de una empresa minera, para denunciar que en México producen peligro para el medio ambiente, y que sobornan a las autoridades.

En Argentina, se bloquean carreteras para suspender explotaciones mineras, y en algunas universidades de provincias se rechazan donaciones de dinero si provienen de las empresas mineras.

En Brasil ya han sido objeto de denuncias algunos proyectos mineros.

En Colombia las luchas anti-mineras se auto-presentan  como campañas “en pro de los derechos humanos” y en contra de “las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas” en las que incurren las mineras (?).

En Guatemala a la minería se la denuncia por causar violencia en los derechos de la mujer. Y, avanzan en declarar zonas liberadas de minería.

En Panamá el esfuerzo se orienta a declarar, a todo el país, libre de minería.

Entre las campañas de manejo internacional se destaca la de organizar protestas callejeras frente a las Embajadas de Canadá.

Hay otra campaña internacional para crear la “Corte Penal Internacional del Medio Ambiente”, que persigue calificar los desastres naturales como crímenes de lesa humanidad, para lo cual el esfuerzo se orienta a modificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional; así podrían iniciar la inmisericorde cacería contra empresarios mineros, en cualquier lugar del mundo, y con el plus de la “imprescriptibilidad”. Esta campaña la preside Adolfo Pérez Esquivel y participa Rigoberta Menchú, cuenta con el apoyo de organizaciones comprometidas con la Teología de la Liberación, y la militancia del presidente de Senegal. Se encuentran en la etapa de recolección de firmas e instalación de comités de campaña en cada país, el primero ha sido en Francia. Luego seguirán a la etapa de sensibilización de gobiernos y parlamentos.

Circula un leccionario de la Teología de la Liberación, para distorsionar la doctrina religiosa, en el que se replantea las relaciones de la Iglesia con la minería.

El Perú es un laboratorio para las estrategias del mundialismo anti-minero, y exporta “sus experiencias” para consumo de otros países. La anti-minería en el Perú, se venían dando en condiciones diferentes a las de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Pues, en años anteriores nuestros gobernantes no eran cómplices de esta revolución anti-minera.



Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 8 de diciembre de 2011, pág. 13

jueves, 1 de diciembre de 2011

La inhumanidad de los derechos humanos

LA RAZÓN DEL DÍA



La inhumanidad de los derechos humanos

Director Jurídico de UnoAmérica





Los procesos judiciales se han desfigurado, al punto de ser una actividad persecutoria cruel, arbitraria e inmisericorde, gracias a los ONGs de derechos humanos que desnaturalizan la noble tarea de “dar a cada uno lo que es lo suyo”, como reza la antigua definición de la justicia.


Los derechos humanos han sido sustraídos de su destino: perfeccionar la administración de justicia para la paz social. En su lugar, constatamos vileza y maldad, porque se emplean para la venganza política contra los enemigos del marxismo. El cinismo con que se perpetra es asombroso, porque esos mismos derechos humanos se emplean para favorecer a verdaderos criminales, si son terroristas y psicópatas revolucionarios.


Contra los que el comunismo considera sus enemigos (militares, políticos, empresarios, y pobres no manipulados como los campesinos de Uchuracay y los ronderos), no existen garantías penales ni derechos fundamentales, no se atempera la venganza privada, ni se respeta el rol monopólico del Estado como árbitro justo para aplicar el castigo.


Siempre y cuando sea contra sus enemigos ideológicos, esos ONGs determinan el curso de los procesos, invisten y degradan magistrados, deciden las penas y niegan los mínimos derechos a los procesados y sentenciados: como amnistías, indultos humanitarios, prescripción, cosa juzgada, etc.


El comunismo, que en el siglo XX causó en todos los continentes el mayor genocidio y la mayor crueldad en crímenes de guerra y de lesa humanidad. Tiene hoy seguidores que, sin abjurar del aspecto criminal de la motivación ideológica del marxismo, se han apoderado de buenas causas como la democracia, los derechos humanos y la justicia social. Pero, las adulteran con ánimo de restaurar el autoritarismo persecutor, como en los mejores tiempos del stalinismo.


Frente a esos derechos humanos desdibujados, se ha producido la deserción en las funciones legislativas y judiciales, cuyos responsables caen rendidos ante los nuevos areópagos surgidos desde el intenso lobbing de las ONGs. Adopto la acepción de la palabra “areópago”, que con ironía describe cualquier reunión de individuos que se atribuyen autoridad para resolver cualquier asunto.


Lamento constatar que ni la Constitución ni las leyes ni los tratados internacionales se aplican cabalmente en nuestra República, porque se claudica ante las extravagantes doctrinas tergiversadoras de los derechos humanos.


Todo proceso penal que pase por la deformación de esos derechos humanos, concluirá en una condena excesiva, asentado en conjeturas sin rigor probatorio y sostenido en espeluznantes violaciones a las más elementales garantías procesales.


Es una desgracia sufrir la judicialización en nombre de esos derechos humanos, que son el potro de tortura del marxismo actual. Que, luego de haber arrinconado a las FFAA por derrotar al terrorismo, intenta ahora iniciar la persecución por “crímenes de lesa humanidad ambientalistas”, contra los empresarios mineros. El movimiento liderado por el premio nobel de la paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, trata de modificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional: ¡Cuidado! La guillotina revolucionaria no descansa.





Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 1 de diciembre de 2011, pág. 13




jueves, 24 de noviembre de 2011

La ideología marxista y la antiminería

LA RAZÓN DEL DÍA



La ideología marxista y la antiminería

Director Jurídico de UnoAmérica





            A la vista de la agitación en Cajamarca contra las actividades mineras, se vienen ensayando desatinadas argumentaciones por parte de quienes creen presenciar una insatisfacción causada por problemas de agua, ó por un ansia de más recursos del canon minero.

            Se nos viene una ola de movilizaciones, fruto del trabajo de agitadores marxistas. Pero, tratar de enfrentarlas con mesas de conversación, talleres de responsabilidad social, ó con incrementos de recursos financieros y facilitando la ejecución presupuestal para las autoridades locales. Es, sencillamente, perder el tiempo, ó lo que es más dramático: echar gasolina al fuego. Porque nada de eso sirve para sofocar el incendio social que ideológicamente se viene promoviendo.

El conflicto contra la minería es causado por la ideología marxista, frente a la que no sirve dar explicaciones de que se tendrá más agua para la agricultura, o prometiendo que se revisará el estudio de impacto ambiental de la empresa.

            Mientras subsistan autoridades regionales y municipales intoxicadas por la ideología marxista, tendremos confrontaciones sociales.

            El marxismo no contempla la realidad tal cual es, sino que la interpreta para deformarla. El comunismo promueve la sublevación social contra lo que considera las causas que producen la dependencia: Religión, propiedad privada y cultura. Los métodos podrán ser la guerrilla y el terrorismo (método leninista-maoísta) o el trabajo sobre la cultura (el modelo gramsciano), pero la base común de ambos es la agitación social.

            El empresariado habrá quedado sin comprender por qué lo infructífero de su inversión en responsabilidad social, inservible para neutralizar ó aminorar los ánimos revolucionarios de sus poblaciones vecinas. Tampoco comprenderán las autoridades gubernamentales, que uno de sus aliados electorales promueva su desestabilización política y económica. Esto ocurre porque no han captado la naturaleza del fenómeno que deben confrontar: La partidocracia marxista, el método revolucionario con más de 100 años de práctica renovada y los cuadros profesionales de agitación-movilización-propaganda.

El obsesionado fin del comunismo peruano es desestabilizar económica y productivamente al país, porque hay enemistad ideológica entre el marxismo y el llamado “modelo imperante”.

De otro lado, constatamos una suicida ausencia de los partidos en el debate doctrinal de hoy contra el marxismo, en el Congreso, en los consejos regionales y en los concejos provinciales y distritales. La actividad política se ha reducido a un repaso de formalidades, deficiencia de la que se aprovecha hasta “Sendero Luminoso”, que está en vísperas de ser reconocido como la próxima organización política partidaria, a través del MOVADEF.

La manipulación marxista no va a cesar en las poblaciones cercanas a los yacimientos mineros, mientras subsista la infiltración de profesorado comunista en la educación escolar, técnica y universitaria. Lástima que dar solución al problema ideológico de nuestro sistema educativo no sea prioridad para el Estado, ni merezca importancia para los presupuestos de responsabilidad social empresarial.



Publicado en diario “La Razón”, Lima (Perú); jueves 24 noviembre 2011; pág. 13

La demolición de la minería

LA RAZÓN DEL DÍA

La demolición de la minería

Director Jurídico de UnoAmérica





No sólo es contra las explotaciones mineras en Cajamarca. No es sólo contra la minería peruana. Los conflictos se alientan, promueven y financian en todos los países de América Latina. Y, no sólo contra la minería, también contra todas las industrias extractivas, es decir, el petróleo y el gas. Pero, siempre y cuando sean actividades de inversión privada. No hay protestas contra las explotaciones estatales.

Es que la enemistad hacia la minería se alimenta desde un gran centro del poder: el comunismo.

EL COMUNISMO Ó LA GUERRA CONTRA LA MINERÍA.

La indisposición de los comunistas contra la minería privada, surge de la teoría de la dependencia, tal y como fue elaborada por Marx y sus corifeos.

Los marxistas conceptúan que hay alienación en la economía debido a la existencia de la propiedad  privada de los medios de producción. Razón por la que, para evitar la enajenación que esto produce, tratan permanente y sistemáticamente de impedir la instalación y el desarrollo de la minería privada.

Los marxistas adoptan diversas formas de lucha para impedir el desarrollo de la minería de propiedad privada.



Realizan campañas de desprestigio contra toda actividad minera privada, sin distinguir aquellas que cuidan las buenas prácticas empresariales de las que no. Así: Se acusa a toda la actividad minera, formal y privada, de causar alteraciones al medio ambiente, magnificándolas hasta el paroxismo, para soliviantar a las poblaciones, mediante eficaces campañas de operaciones sicológicas y movilización de masas; se censura la minería calificándola de actividad incompatible con el desarrollo sostenible; se niega que la minería privada tenga las cualidades que tradicionalmente le han sido reconocidas: Importantes aportes a los ingresos del Estado, beneficios a las comunidades vecinas a los centros mineros, generación de puestos de trabajo.

Se deforma la imagen del empresariado minero, presentándolo como un grupo desalmado, contrario a la vida, a la salud y al bienestar de las poblaciones, y hasta de sus propios trabajadores.

Se desprestigia a los responsables de la minería, sindicándolos como un poder económico corruptor, que doblega a los políticos, a las autoridades, a los magistrados y hasta a la prensa.

Estamos ante la presencia de un trabajo político-ideológico, profesionalmente ejercido por expertos en manipulación psicológica colectiva y en manipulación de masas. La minería es víctima de eficaces técnicas de propaganda política revolucionaria. Con el resultado de instalar la “guerra contra la minería”.

Las campañas son de dimensión internacional, para lo cual cuentan con una agencia de prensa “Adital – Agencia de Información Fray Tito para América Latina”, que actúa desde Fortaleza, en Brasil, que está sostenida por la red de sacerdotes y religiosos(as) de la Teología de la Liberación, y que guarda estrechos vínculos con el Foro de Sao Paulo, que es la nueva red internacional del comunismo en América Latina

            Los esfuerzos que se han desarrollado empresarialmente como responsabilidad social de la empresa, resultan ineficaces frente a la agresión organizada con las que se les confronta.



Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 17 de noviembre 2011, pág. 13

jueves, 10 de noviembre de 2011

Política y magia negra: Dédalo y los muñecos "vudú"

LA RAZÓN DEL DÍA

Política y magia negra: Dédalo y los muñecos “vudú”
Director Jurídico de UnoAmérica


            El sistema comunista implantado en Cuba, en 1959, ya pasa más de medio siglo en el poder. Es un régimen comunista clásico y típico: (1) Nepotista (Fidel Castro le transfirió el poder a su hermano Raúl); (2) Edificado en ríos de sangre, vertidos en el paredón de fusilamiento de cuanto cubano disidente fue y es objeto de la sospecha de quienes gobiernan.
Resulta curioso que, obedeciendo a una ideología persecutora de toda religión, como es el marxismo (anti-católicos en Polonia, anti-ortodoxos en Rusia y anti-budistas en China), sin embargo en Cuba el marxismo ha hecho maridaje con el vudú, como bien lo explican los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero en “Claves ocultas del poder mundial”.
Hay mucho escrito sobre el pacto satánico de Fidel Castro, su relación con la tradicional “santería cubana” y la desmedida afición a la nigromancia por la inteligencia cubana. No se ha dicho aún mucho sobre la relación que esto pueda tener con el tratamiento de la salud de Hugo Chávez, ya que en Venezuela ha sido próspera la cultura al sincretismo religioso.
            Hace tres años, la imagen del presidente de Francia fue objeto de una campaña de ventas tildada de humor político. El “kid” costaba 13 euros. Consistía en un muñeco de tela con el rostro de Sarkosy, un libro biográfico de 56 páginas, que contenía también unos conjuros contra el “mal de ojo”, y una docena de agujas para aplicarlas en el muñeco. Jurídicamente, tal broma, tuvo tratamiento de violación al derecho a la imagen.
            Con mucho menor precio, 29 nuevos soles, en Barranco se venden muñecos vudú con la reproducción del rostro de varias personalidades públicas que han ejercido representación política. Coincidentemente ninguna es comunista. No hay muñeco vudú de Abimael Guzmán, a quien todos recordamos con su vestimenta presidiaria, a rayas. Pero, todos los muñecos que se venden en el atelier Dédalo, visten traje de presidiario a rayas.
También están ausentes los personajes de la política actual, ni siquiera los que han posado en la “Ostra de la Semana” (de “Rey con Barba”), ni de los que frecuentemente llenan los titulares y son objeto de los programas cómicos. No hay muñeco para la “Roba-Cable”, el “Come-Oro”, ni el enfadado Javier Diez Canseco, ni para la Ministra de la Mujer Aída García de Naranjo (responsable de una ineptitud en el ejercicio de sus funciones), ni tampoco para el Segundo Vicepresidente Omar Chehade (epicentro de un terremoto político que desestabiliza a su gobierno). Es elocuente la ausencia de políticos gubernamentales, socialistas y comunistas.
Pero, lo preocupante de esta fea campaña, es su antijuridicidad. La que no se reduce a delitos contra el Honor, porque puede propiciar actos de violencia contra las personas representadas fotográficamente en los muñecos vudú.
El Ministerio Público debe de actuar de inmediato, para eso existe el Fiscal de Prevención del Delito.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, jueves 10 de noviembre 2011, pág. 13

MOVADEF: Amnistía con trampa

LA RAZÓN DEL DÍA

MOVADEF: Amnistía con trampa
Director Jurídico de UnoAmérica

            El Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF) insurge en la vida política partidaria, con el ofrecimiento de amnistiar a militares y civiles. Siendo esos “civiles”, los terroristas de ayer que son los sentenciados de hoy.
            Del MOVADEF se conoce a las personas que lo representan, así como sus planteamientos. Y, desde hace más de un año distribuye el “Periódico Marxista – Leninista – Maoísta Amnistía General” (así lo llaman ellos).
            Tanto el movimiento como ese órgano periodístico, están visiblemente integrados por quienes han ejercido la defensa judicial del fundador y jefe del Partido Comunista del Perú (mal llamado “Sendero Luminoso”, porque este no es su nombre, pero que ha servido para esconder su verdadera identidad ideológica). Los planteamientos se limitan al objetivo capital de liberar a su líder y fundador, el profesor universitario marxista Abimael Guzmán Reynoso (alias “Camarada Gonzalo”). La táctica elegida es ofrecer amnistía tanto a los terroristas como a los militares, a los policías y a los ronderos, es decir, a quienes lucharon contra el terrorismo.
El Perú padece desde hace un tiempo la desgracia de ser un país con autoridades algunas confundidas y otras confusas, hay de ambas.
La pacificación se logró a costa del honor ó la vida de nuestros militares pertenecientes a las generaciones de los ochenta y de los noventa. Quienes fueron acompañados por civiles valientes –los ronderos- y por civiles lúcidos (algunas de nuestras autoridades, un grupo de académicos, una porción de periodistas y muchas personas de buena voluntad), quienes comprendiendo lo que es la guerra subversiva, aquella que recurre al terrorismo como acelerador de un proceso político-militar para la toma violenta del poder político.
Todos ellos enfrentaron la arremetida sanguinaria de los comunistas. Sí, de comunistas con una diversidad de compromisos y de ropajes, tales como: combatientes terroristas; periodistas manipuladores al servicio de la desinformación política; organizaciones especializadas en obtener de los centros de poder internacionales favores para la revolución armada; y hasta escritores de “historias oficialistas” que desdibujan nuestra realidad, sustituyéndolo por un texto laudatorio a favor del agresor marxista y en una catilinaria contra nuestros militares que asumieron la defensa de la vida y el patrimonio de nosotros los civiles.
La amnistía no es novedad del MOVADEF, ya existe en favor de los militares, fue promulgada por Alberto Fujimori. Pero, desde el gobierno caviar de Paniagua se viene negando que el Estado peruano tenga autoridad para amnistiar a los militares. Pero, si se acepta que amnistíe sólo a los terroristas.
Es verdad de Perogrullo que si el MOVADEF obtiene la amnistía a favor de Abimael Guzmán y su camarilla de terrucos, con el engañoso señuelo de amnistiar de paso a los militares. Seremos engañados dos veces en el mismo tema, porque más temprano que tarde se desconocerá la amnistía para los militares, y sólo quedará la que favorezca a los terroristas.
Jueguen sus apuestas.

Diario “La Razón”, Lima (Perú), jueves 3 de noviembre 2011, pág. 13
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LROpinion03&td=03&tm=11&ta=2011

lunes, 31 de octubre de 2011

Otra vez la persecución a militares

LA RAZÓN DEL DÍA

Otra vez la persecución a militares
Director Jurídico de UnoAmérica

            La noticia causó peculiar alboroto, por coincidir con la estadía del Ministro de Justicia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington.
            Los datos son insuficientes aún, para dar una opinión integral sobre este problema de indudable interés nacional, causado por un centro de decisiones en el exterior. Porque, los Informes de la CIDH en los que se pronuncia sobre presuntas violaciones de derechos humanos, son de carácter reservado, y con expresa prohibición al Estado de difundir su contenido (artículo 44.2 del Reglamento de la CIDH).
            Sin embargo, de las declaraciones del Ministro de Justicia, desde Washington, se sabe que la CIDH emitió un Informe sobre el caso “Chavín de Huántar”, que fue recibido durante el gobierno de Alan García; que en este gobierno de Ollanta Humala se ha solicitado a la CIDH dos prórrogas para poder estudiar la problemática que se plantea.
Los Informes de la CIDH contienen la visión de los dos grupos de sus integrantes: los 7 comisionados y una veintena de asesores burocráticos; de distintas nacionalidades pero con un común denominador: su público compromiso ideológico socialista, y haber militado en ONGs que se han caracterizado por ser profundamente anti-militares. Por lo tanto, en los últimos tres decenios la opinión de la CIDH, en materia de lucha contra el terrorismo comunista, ha tenido la lamentable tendencia de aplicar el llamado “derecho penal del enemigo” político. Censurando a las fuerzas armadas de los países hispano-luso-americanos, con todo el poder internacional posible, para destruirlas. Estos recursos están vedados por la ética de la función pública, nacional e internacional, y están censurados por el derecho penal universalmente. Sin embargo, todo depende de quién lo hace, y contra quién se hace. Así de sencillo.
            Qué tan grave puede ser lo que les espera a los militares de la operación de rescate de rehenes “más exitosa” del mundo. Pues, que las recomendaciones de la CIDH los relacionen con la violación de los derechos humanos de los terroristas. Pero, esto no es todo lo que puede pasar.
            Además, la CIDH puede entablar una demanda contra el Estado, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de San José de Costa Rica (Corte IDH). Y, así las “recomendaciones” puedan ser transformadas en “obligaciones imperativas” para el Estado.
            Finalmente, hay que reparar en que todo el equipo que el actual gobierno ha designado para atender las “recomendaciones” de la CIDH y defender los intereses nacionales ante la Corte IDH, provienen de las canteras de quienes en los últimos 25 años ó lucran ó se regocijan ideológicamente denunciando al Estado peruano, por las operaciones antisubversivas de nuestras fuerzas armadas. Lo que pone en duda la imparcialidad que tendrán en este embrollo, sobre todo cuando los interesados, o sea los mismos comandos militares y sus abogados, no participan ni en las sesiones ante la CIDH, ni en las audiencias ante la Corte IDH.

Publicado: Diario “La Razón”, Lima – Perú; jueves 27 de octubre de 2011; pág. 13

jueves, 20 de octubre de 2011

El Partido Popular Cristiano (PPC)

LA RAZÓN DEL DÍA

El Partido Popular Cristiano (PPC)
Director Jurídico de UnoAmérica

            El Partido Popular Cristiano (PPC) a sus 44 años de fundado está en vísperas de sustituir su máximo líder. Transitó gran parte de su existencia bajo el liderazgo de Luis Fernán Bedoya Reyes (“El Tucán”), en los últimos años ensayó funcionar bajo Lourdes Celmira Flores Nano (“La Lulú”).
            El PPC no ha dejado de ser un pequeño partido. Tres causas lo han limitado: Su naturaleza de partido político; su ideología demo-cristiana, y el nivel de sus liderazgos.
El pequeño partido no ha gobernado el país. Lo más cerca que estuvo fue en dos de los gobiernos de Acción Popular (1963 y 1980); porque en el tercero de ellos, el interinato del ex-democristiano Valentín Paniagua (2000), Acción Popular prefirió cogobernar con los “caviares”, con los que aún continúa como compañero de ruta.
            El PPC no es un movimiento político-cultural, ni es multitudinario. No ha despertado adhesión masiva de los pueblos del Perú. Es un pequeño partido, un reducido grupo perteneciente al pequeño sector del país que se auto-complace de tener opinión ilustrada, pero ajena a los intereses y las necesidades de las mayorías nacionales.
            El PPC se engendró en la Democracia Cristiana (DC), esa nefasta fusión de Catolicismo con Liberalismo, que en Sudamérica se transformó en socialismo por influencia de la teología de la liberación. Los democristianos de tendencia liberal optaron por fundar el P.P.C., con sensible ausencia de la doctrina social de la Iglesia.
            Las mayorías nacionales son militantemente contrarias a los partidos y a la clase política. Por lo que se explica la constante orientación de votar por fugaces políticos, que no surgen de los partidos (Odría 1956, Belaunde 1963, Fujimori 1990, Toledo 2000 y Humala 2011). El electorado peruano es pro-golpista, lo que explica el consenso favorable a los golpes de estado, sin importar su tendencia ideológica (Odría 1948, Pérez Godoy 1962, Velasco 1968, Morales Bermúdez 1975, Fujimori 1991 y la tentación Ollanta a lo largo de los últimos 10 años).
He conocido excepcionales personalidades de la DC y del PPC. Mi amistad con Rafael Cubas Vinatea y con Luis Giusti La Rosa, me permitió conocer la trampa doctrinal de la DC, y las miserias y malas prácticas del PPC. Nunca dejé de admirar a ambos de mis amigos, por haber soportado el enrarecido ambiente político de la DC y del PPC.
Los dos líderes históricos, el Tucán y la Lulú, han sido sistemáticamente derrotados en cuanta elección presidencial se presentaron. El colmo fue Lourdes Flores, que perdió hasta para alcaldesa de Lima (2010), frente a una contrincante que es un cero a la “izquierda”.
Lo que asombra del PPC es su persistencia institucional al desacierto. Actualmente su bloque parlamentario se desgasta en oponerse a toda iniciativa del fujimorismo. No hay mayor desatino político, que quebrar la oposición democrática frente a un gobierno de izquierdas marxistas, presidido por Ollanta, que busca el extremo y el exceso cada vez que se pueda.

Diario “La Razón”, Lima, jueves 20 de octubre de 2011, pág. 13