sábado, 19 de marzo de 2016

Sensibilizando discriminaciones - artículo La Razón

SENSIBILIZANDO DISCRIMINACIONES
SERGIO TAPIA T.

Con cierta periodicidad, como planificada  campaña, se vienen dando en diferentes municipios de Lima, demostraciones obscenas de homosexualidad las que, salvo en un muy reciente caso en el Distrito de Pueblo Libre, han terminado en la desautorización pública del custodio que en uso de su criterio, sentido común y formación municipalista, exhortó a cumplir los extravagantes, guardar decoro en lugares de pública concurrencia.
A fuer de repeticiones, el método de los promotores de esta sensibilización a las discriminaciones, se puede apreciar: (1) Elección de un municipio que causará particular resonancia, y en el cual se encontrará un alto grado de indiferencia por parte de la “mayoría silenciosa”; (2) Selección de un lugar público e iluminado (parques, veredas con bancas, etc.), el que sería rápidamente intervenido por la autoridad municipal; (3) Manifestaciones grotescas, licenciosas, provocadoras y que rayen en la obscenidad, para propiciar que los vecinos demanden la intervención de la autoridad edil; (4) Videograbación -por los escénicos protagonistas- sobre el agente edil, sus gestos y palabras, durante la intervención recriminatoria; (5) Denuncia en redes sociales por discriminación; (6) Generar la reacción de la autoridad municipal contra los intereses superiores de la comunidad.
En Miraflores se sancionó al guardián de un centro comercial. En San Isidro, el Alcalde, amnésico al deber del ornato: ¡Pidió disculpas a la pareja gay! (¿cómo?: La obscenidad es delito; se denuncia) y anunció sanciones al sereno interventor (entonces ¿para qué están?).
La discriminación es negar el ejercicio de uno o más derechos, que con la misma capacidad de goce, sí pueden ejercer otros.
El derecho de unos termina donde empieza el derecho de otros. No es discriminación impedir a alguna pareja matrimonial heterosexual, que consuman su legítimo derecho nupcial, en cualquier parque público de la ciudad. Por lo que, a los homosexuales no se les discrimina si se les impide que copulen por las calles.
Esta terca, irracional e intransigente insistencia, homosexual, para exhibirse impúdicamente, sin respetar el derecho estético y ético de los demás. Es porque se está trastocando el significado de “discriminación”. Lo que es altamente peligroso para la vida social, que exige un mínimo de respeto y concordia: ¡Cuidado!

Publicado en el diario “La Razón”, viernes 11 de marzo de 2016, pág. 6

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/


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