domingo, 26 de junio de 2016

¡DDHH: cuántos abusos en tu nombre! - artículo La Razón

¡DDHH: cuántos abusos en tu nombre!
SERGIO TAPIA T.

Lo que internacionalmente se ha venido en denominar “derechos humanos”, son lo mismo que cada Estado legisla en sus Cartas Constitucionales bajo el nombre de “derechos fundamentales”.
Las constituciones de cada Estado, se elaboraron con doble motivo. De un lado, garantizar los mínimos derechos de la mayor parte de las personas, frente a la pequeña porción de personas que ejerce autoridad (legislativa, ejecutiva o judicial, u otra variante de las funciones estatales), y de esta manera evitar la violación de los derechos sustantivos de la persona, cuando la autoridad no es justa y se ejerce arbitrariamente. De otro lado, las constituciones contienen las normas de la organización de los poderes y funciones de las autoridades estatales.
Los tratados de derechos humanos nacen por efecto del perfeccionamiento de los sistemas de comunicación y de transporte, que acortan tiempos y distancias, dando la apariencia de que el mundo se ha empequeñecido, para unos en la proporción de una aldea. Pero, esos tratados son de aplicación supletoria y complementaria a los derechos fundamentales legislados por los Estados.
Los derechos humanos son normas supletorias, esto es proceden aplicarse si no existe la protección en la legislación nacional. Pero, si el derecho nacional protege más los derechos de las personas, es inconcebible que en nombre de “los Derechos Humanos”, se desconozca y se recorte la mejor garantía que ofrece la legislación interna de los Estados
En el Perú resulta extraño y contradictorio que, por resarcir una presunta violación de derechos humanos en perjuicio de terroristas que son violentos violadores de los derechos de todos los demás; sin embargo, a los miembros de las FFAA no se les respete sus derechos más elementales, transformándose la persecución judicial en un derecho penal inmisericorde como si el enemigo del Perú fuera nuestra propia FFAA.
            Este vicio se extiende. Costa Rica fue condenada en el 2012 por violación de derechos humanos, porque su legislación protege la vida desde la concepción (como lo prescribe el tratado).
Paraguay viene sufriendo, actualmente, inconcebibles presiones para que despenalice el aborto y extienda el matrimonio a parejas homosexuales. El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, con pleno apoyo de su Congreso Nacional, ha dicho “Basta” a la intromisión de jueces extranjeros anti-vida y pro-gays.
Es paradójico que tengamos que protegernos de las decisiones de los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quienes fueron elegidos y se les paga para defendernos. Los Estados Americanos deben adoptar pronto medidas correctivas contra la Cultura de la Muerte que favorece el aborto y la eutanasia, y contra la Ideología de Género que confunde la libertad con los derechos, sobredimensionando excesos y banalidades.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 10 de junio de 2016, p. 6

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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