jueves, 25 de octubre de 2012

El Frontón de Sendero Luminoso


El Frontón de Sendero Luminoso

SERGIO TAPIA



 

Mayo 1981, el Comité Central comunista decidió producir un “baño de sangre” en sus propios cuadros. Se ejecutó cinco años después, con el motín de los penales (junio 1986). Se requirió remodelar estructuralmente pabellones carcelarios y excavar túneles.

Dice el co-director del IDL, Gustavo Gorriti: “fácil iba a ser transferir la carga de la culpa al Estado –objetivo central de la propaganda bélica– y tanto más difícil iba a ser mantener la imagen democrática del régimen.

Desde el inicio del terrorismo (mayo 1980), el “marxismo parlamentarista” fue su cómplice. Afirma Gorriti que la actitud “de la izquierda fue atribuir la autoría de los atentados a grupos paramilitares o de comandos, dependientes de la Guardia Civil o del Ejército, o de la Marina, o de la CIA. Según el gusto. (…) fue simplemente una forma de desinformación y propaganda”.

Se ha coaptado la justicia penal (Ministerio Público y Poder Judicial) para el negacionismo de las batallas anti-terroristas. El combate de El Frontón se califica como “genocidio”, “masacre” y “lesa humanidad”. Con la intención de castigar a los marinos sobrevivientes, aplicándoles el “derecho penal del enemigo” (la total negación de los DDHH). En la parodia, los hechos no interesan, bastan las teorías.

Manuel Febres es el modelo del juez senderista. En 1981 liberó toda una célula terrorista. Expulsado de la magistratura, re-apareció como defensor de terroristas y de Osmán Morote (el número dos).

Para El Frontón: ¿Prevalecerá la imparcialidad o el modelo del juez senderista?

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, jueves 4 de octubre de 2012, pág. 6

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