sábado, 30 de julio de 2016

Nuevos atentados contra la vida humana - La Razón

Nuevos atentados contra la vida humana
SERGIO TAPIA T.

            El desarrollo de los conocimientos y la práctica de la investigación en las ciencias de la vida (embriología, biología, medicina, etc.), cuando se pierden los causes de la moralidad, se trastocan y producen daño, alejándose del bien que inicialmente tenían intención de procurar.
El Perú hoy es objeto de apetencias para nuevos mercados, entre los que hay que destacar los servicios de la fecundación artificial, que traerá consigo el tráfico comercial de gametos y de embriones; y el alquiler de vientres para el embarazo.
Los gametos son las células reproductoras de la vida humana: el espermatozoide masculino y el óvulo femenino. Los embriones son los óvulos fecundados por los espermatozoides. “Fecundados” nos indica que hay vida humana inicial. El embrión, entonces, es persona protegida por el derecho.
            La compraventa de gametos usualmente se encubre como “donación”. Pero como se paga por el arreglo, no es donación, aunque así se le llame.
            Se provocará una subversión jurídica en la identidad de los seres humanos producidos mediante artificios técnicos. Lo que entendíamos por padre y madre, por razones biológicas y por el ADN comprobatorio, será sustituido por la expresión de un acto de voluntad: “Quiero que mi hijo sea tú”, y con plata de por medio, eso basta. Se alterará el derecho de familia.
            Habrá costos que serán endosados a los empleadores y ESSALUD, porque la que resulte madre (por manifestación de voluntad pro-creacional), no porque su óvulo fue fecundado, ni porque haya gestado la maternidad, sin embargo le será reconocido el derecho laboral del descanso natal.
            El ser humano producido técnicamente podrá tener dos papás (el que aportó el esperma y el que lo compró) y tres mamás (la aportante del óvulo, la que lo compró y la del vientre alquilado para el embarazo).
            Lo jurídico tiene límites, la verdad de las ciencias biológicas y la bondad que aporta el raciocinio moral. No descansa en la voluntad perversa del legislador.
            Si esto sucediera en el Perú, próximamente, sugeriría modificar el guion de Frankenstein, ya no un enajenado médico que experimenta las propiedades resucitadoras de la electricidad; sino un legista que plasma sus categorías ideológicas al servicio de intereses comerciales de terceros.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 10 de julio de 2016, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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