viernes, 26 de agosto de 2016

Otra vez la píldora - La Razón

Otra vez la píldora
SERGIO TAPIA T.

La “píldora del día siguiente” o “anticoncepción oral de emergencia” “la AOE”, son denominaciones que esconden el fatal significado del invento de las biotecnologías y la investigación médica. Que desquician el progreso cuando los límites son rechazados, por ideología y/o negocios.

            La píldora, tiene como elemento constitutivo el “levonorgestrel”, que pertenece a las progestinas, que son hormonas sintéticas. La píldora no es medicina, no tiene la finalidad de curar ninguna enfermedad. Es una creación de laboratorio cuyo consumo se promociona luego de “tener relaciones sexuales sin ningún método anticonceptivo o con un método anticonceptivo que falló o que no se usó de manera correcta”. El propósito de la píldora es evitar un embarazo. Y, el embarazo no es una enfermedad.

            Para evitar el embarazo, la píldora desarrolla tres efectos: (1) Inhibe la ovulación, este efecto anovulatorio es cuando aún no se ha producido la fecundación; (2) Evita la fecundación del óvulo por los espermatozoides, por lo que tiene efecto anticonceptivo, que es previo a la fecundación, y (3) Modifica el recubrimiento interno del útero para evitar la anidación del óvulo ya fecundado, por lo tanto impide el desarrollo del embarazo, y esto sí que es abortivo.

            Ante un pavoroso cuadro de insuficiencias en la atención de la salud, por parte del Estado, que incluye al colapsado y mal administrado EsSalud, que no es ente estatal. No es justo ocasionar más sufrimiento a los pacientes, y agudizar más su dramática desatención. Maniobrando para que el Estado asuma gastos adicionales, y no presupuestados, a fin de que en 30 días (que ya están corriendo), se compren ingentes cantidades de píldoras del día siguiente, para distribuirlas gratuitamente a quienes no requieren curarse ni prevenirse de enfermedades. Ya que sólo les servirá para, gratuitamente, evitar de manera abortiva el embarazo para el que libremente actuaron y ocasionaron.

            Es inconstitucional que un juez ordene al Estado hacer una compra tan sobredimensionada. En especial, cuando ni el Congreso tiene la iniciativa del gasto en la aprobación de leyes, y el Poder Ejecutivo está obligado a comprar mediante un complejo sistema de contrataciones. Pero, hay un juez que ordena al MINSA que en 30 días distribuya, a nivel nacional, las píldoras.

No es correcto propiciar la causa, evitar el efecto y que el Estado pague. Sin embargo, es lo que una fiscal en sus ratos libres se le ocurrió demandar, lo que un juez ha decidido cautelarmente, y lo que el colaboracionismo ideológico del MINSA cumplirá. Es lo más injusto en un país de escasos recursos, con familias sumidas en la miseria, en el que niños y ancianos mueren por carecer de suficiente asistencia médica y de oportunas medicinas sin costo.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 26 de agosto de 2016, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario